La carrera para ocupar la primera posición entre los más ricos del planeta hace meses que está apretada. Ya a principios del 2023, el magnate sudafricano Elon Musk, propietario de Tesla, Space X y la red social X (antiguo Twitter) perdió la primera posición que arrebató al fundador de Amazon Jeff Bezos pocos años antes. El beneficiario, un europeo: el francés Bernard Arnault, patriarca de la familia Arnault y máximo accionista del grupo de bienes de lujo Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH). El choque de megamillonarios se ha mantenido durante todo el curso, con Arnault y Musk avanzando a su competidor cuando el mercado los favorecía, y perdiendo posiciones si llegaban tendencias bajistas. Según la lista Real Time Billionaires de la agencia norteamericana Bloomberg, a estas alturas el francés ha cogido la delantera por unos exiguos -para los patrimonios que gestiona- 2.000 millones de dólares: mientras que el magnate europeo registra un patrimonio de 206.000 millones de dólares, el del minero de Pretoria se queda en los 204.000 millones. Los balances anuales de sus empresas, publicados ambos en los últimos días, han tenido mucho que ver.
En el caso del holding del lujo -con marcas de alto

Por su parte, el importante atractivo de Tesla a los grandes mercados internacionales no ha estado suficiente para lograr las expectativas que los analistas de mercado ponían para el cuarto trimestre sobre la firma reina del coche eléctrico. Los 25.600 millones que las grandes finanzas esperaban al final del balance de la compañía de Musk eran un objetivo alcanzable, si bien las cuentas de la automovilística han fallado por unos 500 millones de dólares. Así, la facturación por acción de la multinacional se ha quedado en unos 71 centavos, tres por debajo de las previsiones ofrecidas por los analistas de la consultora LSEG. En total, los ingresos del año de Tesla han estado inferiores a los de LVMH, unos 82.420 millones de dólares. Se trata de una escalada de un 15% si se compara con el 2022 -una escalada de difícil ensambladura con la reducción del beneficio-. La multinacional alega un abaratamiento de sus productos, que habría limitado la inmensa capacidad de escala que mostraban en los ejercicios anteriores. Con todo, pero, su coche más popular, el Tesla Model Y, ha sido el coche más popular del mundo de este 2023.
Las acciones, en sentido opuesto
El beneficio de sus compañías -ambas con una enorme estructura y diversidad de capitales, y una legión de accionistas esperando dividendos- no reporta tanto a las arcas de los dos megarricos como sí que lo hacen las acciones de aquellas. Ganar dinero con el negocio del automóvil o del champán no es tan relevante, pues, para el patrimonio de Arnault y Musk como el reflejo que estas ganancias tienen a los mercados de capital. El histórico rendimiento de LVMH ha recuperado intensamente unas acciones que habían sufrido una importante caída a principios de enero: desde la publicación de los resultados, los títulos del holding de lujo han escalado en unos 100 euros por unidad, hasta los 770, unos niveles inauditos desde el verano pasado. Tesla, por su parte, que acumulaba ganancias estables desde noviembre, ha sufrido con la comunicación de su balance una reducción de valor de más de 20 dólares por acción, hasta los 185. Arnault, así, sale del 2023 vencedor de la carrera por el beneficio. Habrá que ver si el excéntrico Musk tiene negocios preparados para recuperar el trono.





