El conocido como
Uno de los casos más llamativos es el de ExxonMobil. La multinacional texana ganó durante el ejercicio pasado 36.000 millones de dólares limpios, una contracción del 35,4% respecto del 2022. Incluso con este golpazo, la firma dirigida por el magnate Darren Woods -sucesor del que fuera secretario de Sido Rex Tillerson- celebra con estas cifras su segundo mejor resultado de los últimos 10 años; superado solo por los cerca de 56.000 millones ingresados doce meses antes. Similar es el caso de Shell: la británica capitaneada por Wael Sawan ha cerrado el año con un balance positivo de 28.000 millones de dólares, un 30% menos que un año antes, por la «reducción de los márgenes de refino» -con diferencia la fuente de ingresos más importante de los protagonistas del sector petrolero-. La escalada de precios del 2022 y el impacto de la guerra en Ucrania condujeron a un resultado récord para la británica, que acabó para repartir un dividendo de más de 20.000 millones de dólares entre accionistas -una cifra que superaría el 10% del valor bursátil de Shell-.

Todavía en el Reino Unido, British Petroleum ha sufrido una bajada importando si se compara con el 2022. El primer año de guerra a Europa dejó a las arcas de la firma de Murray Auchincloss cerca de 28.000 millones de dólares, poco más o menos el doble que las cifras comunicadas este febrero. Según el balance anual de la compañía, el beneficio se ha quedado en los 13.800 millones de dólares, unos 100 millones por debajo del que preveían los analistas del mercado. El CEO, justo es decir, tiene motivos para «continuar confiando en la estrategia»: la normalización del mercado después de la guerra no ha impedido que BP celebre el 2023 su segundo mejor año en cuanto a la cifra final del balance desde el 2012. De retorno en los Estados Unidos, más ambiciosa que sus competidoras ha estado Chevron. La firma texana, bajo dirección del CEO Mike Wirth, registra un gigantesco paso atrás de beneficios el 2023, de un 40%, si bien se mantiene por encima de los 20.000 millones de dólares. Cómo en el caso del resto de grandes petroleras, Chevron entregó a raíz de las ganancias del 2022 un dividendo histórico, superior a los 26.000 millones de dólares a repartir entre los accionistas. A pesar de que la ventaja de la guerra en Ucrania empieza a desaparecer, Wirth ha declarado que aumentará un 8% los pagos a inversores como «muestra de confianza».
Récord por la pérdida de Rusia
Solo una de las multinacionales que ocupan los primeros lugares en la industria petrolera global decidió salir de Rusia cuando Putin puso en marcha la invasión a gran escala de Ucrania. Se trata de la francesa Total Energías que, bajo el mandato de Patrick Pouyanné, abandonó sus enclaves rusos a un coste desorbitado: si bien la firma petrolera cercó los 20.000 millones de dólares en beneficios, sufrió un golpe a las cuentas gigantesco, de 15.000 millones, a raíz de la retirada de Rusia. La normalización de las cuentas durante el 2022 por el retroceso ruso la alejó de los balances estratosféricos del resto de monstruos petroleros. Este año, pero, TotalEnergies sí ha conseguido establecer su récord histórico, con un resultado neto de 21.400 millones, un 4% más en términos interanuales.