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Aranceles o subida de precios, la nueva realidad de las empresas catalanas en EE.UU.

El relevo en la Casa Blanca traerá consecuencias para las empresas catalanas que tienen intereses comerciales en los Estados Unidos. Para bien o para mal, todo lo que ha afirmado en los últimos meses el presidente electo, Donald Trump, acabará afectando en el día a día a las compañías no estadounidenses que operan allí. En el caso catalán, cabe recordar que la federación representa el 3,6% de las exportaciones del país. Según los primeros escenarios previstos por las instituciones y organizaciones catalanas, la afectación más inmediata para las 3.109 empresas catalanas que exportan a los Estados Unidos será la imposición general de un arancel del 10% que aplicará la nueva administración a los productos provenientes de la Unión Europea. Ahora bien, si el gobierno de Trump lleva a cabo todo lo que el magnate ha prometido durante la campaña, las compañías extranjeras podrían acabar saliendo beneficiadas. En este sentido, la directora de Negocio Internacional de ACCIÓ, Cristina Serradell, apunta que si finalmente Trump consigue tener «un dólar fuerte», las exportaciones a EE.UU. en euros podrían, incluso, revertir el efecto de los aranceles.

Antes de llegar a este escenario, sin embargo, Serradell afirma que en un primer momento las exportaciones a los Estados Unidos «serán menos competitivas», ya que, automáticamente, los precios subirán un 10%. Esta pérdida de competitividad podría truncar el buen comportamiento que tienen los EE.UU. como mercado exterior para los catalanes, expone la directiva de ACCIÓ, que añade que solo en el primer semestre de este año, las ventas al país norteamericano aumentaron un 16%. Desde el ámbito patronal, el director del Área de Economía y Empresa de la patronal catalana de la pequeña y mediana empresa Pimec, Carles Mas, considera que en este primer momento, como mínimo, las empresas deberían decantarse por buscar nuevos mercados donde dar salida a sus productos para intentar no verse muy afectados por las nuevas políticas proteccionistas de Trump. A pesar de las primeras amenazas, el presidente de la Comisión de Economía Internacional del Colegio de Economistas de Cataluña Xavier Ferrer, recuerda que no habrá ningún cambio hasta el 20 de enero -cuando Trump será investido- y añade que hay la posibilidad de que «muchas políticas que ha anunciado, podría no poder aplicarlas». Por otra parte, el economista asegura que las empresas europeas «deben estar preparadas para superar estas políticas proteccionistas«.

En cuanto a los sectores más afectados, Serradell expone que en principio lo serán todos, ya que el arancel es general a toda la economía exterior. Ahora bien, añade que los productos catalanes que más venden al otro lado del Atlántico son la maquinaria, los perfumes y los productos farmacéuticos y que, por tanto, serán los que más sufrirán este aumento de impuestos por una cuestión de volumen. Por su parte, Mas añade la automoción y la tecnología, ya que los EE.UU. son fuertes en este aspecto, y la industria local se volverá mucho más atractiva que los productos foráneos. En cuanto a los productos agroalimentarios y los farmacéuticos, el experto recuerda que son mucho más estables y singulares y el aumento de los precios podría no afectarles tanto en cuanto a las ventas. Ferrer cree que tras la negociación entre Bruselas y Washington hará que los aranceles afecten solo productos concretos, aunque apunta que la automoción podría acabar siendo el gran perjudicado de la nueva realidad frente a los EE.UU.

Imagen de archivo de Donald Trump / Alie Skowronski - TNS via ZUMA Pre
Imagen de archivo de Donald Trump / Alie Skowronski – TNS via ZUMA Pre

Un dólar fuerte puede traducirse en una mejora de las exportaciones

Ahora bien, el aumento de los aranceles no es la única política que ha prometido Trump. Entre sus planes también está el hecho de aumentar la demanda interna del país gracias a esta política proteccionista, un hecho que podría llevar a un aumento considerable de los precios dentro de los Estados Unidos. Esta dinámica hará que se tengan que volver a subir los tipos de interés para controlar la inflación, un hecho que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ya ha avisado que ejecutará, en caso de una nueva ola de crecimiento de los precios. En este sentido, Ferrer pronostica que cuando comience esta espiral de aumento de precios Trump y Powell podrían tener algún choque por las políticas monetarias. El motivo de este posible conflicto a medio plazo es que el magnate busca «efectos inmediatos» en la economía mientras que el presidente de la Fed debería optar por mantener cierta normalidad en la economía, apunta el economista. A pesar de ello, Ferrer asegura que es de esperar que tras el ciclo de estancamiento, lo que se espera es que en los próximos meses la economía estadounidense mejore, en parte gracias a la normalización de los tipos.

Esta nueva dinámica económica, provocaría un notable fortalecimiento del dólar y posibilitaría que las empresas catalanas, y europeas en general, que exportan en euros salieran beneficiadas gracias a una mayor competitividad de precios gracias a un cambio favorable con el euro. Esta posible realidad haría que, llegados a cierto punto, los aranceles quedaran completamente contrarrestados a causa del aumento de los precios, reflexiona Serradell. Al mismo tiempo, este fortalecimiento del dólar provocaría que las importaciones también aumentaran los precios, especialmente en el sector energético, que desencadenaría una nueva subida de los costos, aunque en ningún caso tan pronunciada como la de hace dos años a raíz de la guerra en Ucrania, sentencia Serradell. Todo ello, sin embargo, no dejan de ser posibles escenarios sobre lo que ha prometido Trump y, por tanto, habrá que ir viendo cómo avanza, recuerdan los tres expertos.

Las filiales, un filón para las empresas

En todo este mar convulso sobre posibles escenarios de política internacional sí que hay una cosa clara, aquellas compañías catalanas que han decidido abrir una filial en los Estados Unidos, especialmente aquellas que han trasladado una parte de la producción, saldrán beneficiadas, ya que no tendrán que pagar tantos aranceles al producir ya dentro del país. De hecho, 728 filiales catalanas en EE.UU. verán como Trump les baja los impuestos solo al poner un pie en la Casa Blanca, lo que les podría facilitar una mayor inversión y más rentabilidad. Este hecho facilitará que las empresas catalanas establecidas puedan reinvertir sus beneficios y crecer, especialmente aquellas ubicadas en los sectores que Trump quiere reforzar. Por el contrario, Serradell alerta que si se dan todos los supuestos anteriores, una subida de tipos podría dificultar estas inversiones productivas.

Aunque las empresas con filiales pueden ganar un punto de competitividad, Serradell asegura que los Estados Unidos «siguen siendo un mercado muy atractivo para las empresas catalanas», incluso con el aumento de las dificultades para entrar en él. En esta línea, la directiva recuerda que con el Brexit -que también trajo ciertas complicaciones para operar en el Reino Unido– en un primer momento muchas empresas decidieron abandonar el mercado, pero como era un filón de crecimiento asumieron las dificultades -en aquel caso burocráticas- y volvieron a entrar en el mercado británico. Es por eso que Serradell considera que a pesar de los nuevos aranceles, aquellas compañías que les parezca que los EE.UU. son un mercado atractivo irán a pesar de los impuestos y las dificultades. «Tenemos un tejido empresarial muy resiliente, se buscarán las vías que sean necesarias» para estar presentes en EE.UU., concluye Serradell.

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