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Alemania desbloquea un plan de deuda masiva para invertir en defensa

El líder conservador Friedrich Merz logra su primera victoria política antes de ser nombrado canciller. El ganador de las elecciones alemanas consigue la mayoría necesaria para desbloquear su gigantesco plan de endeudamiento para emprender nuevas inversiones en defensa e infraestructuras. La Unión Demócrata Cristiana ha llegado a un principio de acuerdo con los Verdes para que el gasto militar evite el tope constitucional al déficit, que limita el desequilibrio presupuestario del gobierno al 0,35%. En declaraciones posteriores al pacto, Merz ha celebrado que «Alemania ha vuelto». «Haremos nuestra gran contribución a la defensa de la libertad y la paz en Europa», declaró el canciller prospectivo ante reporteros en Berlín.

La semana pasada, Merz anunció un acuerdo con el Partido Socialdemócrata, su socio de gobierno más probable, para que las inversiones en política de defensa superiores al 1% del PIB quedaran exentas de cumplir el tope constitucional al endeudamiento. Además, el partido del canciller en funciones Olaf Scholz introdujo en la misma hoja de ruta un paquete de gasto adicional de 500.000 millones de euros para renovar las deterioradas infraestructuras del país. El alcance del pacto exigía una mayoría calificada en el Bundestag, y los partidos de la Gran coalición necesitaban a los Verdes del exvicecanciller Robert Habeck para alcanzar el mínimo de votos. Ahora, la coalición podrá llevar adelante su programa.

Según ha adelantado el digital Politico, los Verdes habrían logrado dos concesiones clave a conservadores y socialdemócratas de cara al nuevo mapa de gasto estratégico. En primer lugar, el gobierno alemán incluirá dentro de las partidas de defensa programas de ayuda internacional para «países atacados ilegalmente bajo la normativa internacional». Así, el canciller podría ordenar ayudas a Ucrania por encima del límite constitucional de gasto. Incluso asistencia humanitaria, en tanto que el acuerdo con los Verdes supera el ámbito estrictamente militar. Por otro lado, los ecologistas también habrían conseguido que parte del gasto en infraestructuras se dedique a implementar políticas contra la emergencia climática.

El líder ecologista y exministro de Economía y Protección climática del gobierno alemán, Robert Habeck / EP
El líder ecologista y exministro de Economía y Protección climática del gobierno alemán, Robert Habeck / EP

Críticas de la izquierda

El proyecto de Merz requiere una reforma constitucional que solo puede llevarse adelante con una mayoría calificada como la que forman, por ahora, conservadores, socialdemócratas y Verdes. Sin embargo, esta mayoría no existe en el Bundestag salido de las elecciones del pasado 23 de febrero. La irrupción de Die Linke y el crecimiento de Alternativa para Alemania hace imposible alcanzar una mayoría de dos tercios una vez se constituyan las nuevas cortes. Así pues, Merz aspira a aprobar su reforma antes del próximo 25 de marzo, cuando se inaugura la nueva legislatura. La líder de la izquierda postcomunista, Ines Schwerdtner, ya ha anunciado que llevará la reforma al tribunal de Karlsruhe. A juicio de los suyos, el movimiento del candidato conservador ignora los resultados electorales, y surge de un Parlamento que ya no cuenta con la legitimidad de las urnas. El apoyo de los ecologistas, sin embargo, permite llevar adelante el programa sin preocuparse por la oposición izquierdista.

La Unión Demócrata Cristiana aplica al partido de la izquierda, heredero del Partido del Socialismo Democrático de Alemania del Este, el mismo cordón sanitario que rige su relación con la extrema derecha de Alternativa para Alemania. Así, más allá de la oposición de Schwerdtner y los suyos al nuevo gasto militar, la derecha tradicional también rechazaría buscar su apoyo en el nuevo Bundestag. En cuanto a los ultras de Alice Weidel, siempre se han mostrado reticentes a cualquier reforma del límite de endeudamiento. AfD, cabe recordar, nació como un partido ultraliberal a raíz de la crisis de los refugiados y el rescate europeo de Grecia durante los primeros años de la crisis financiera de 2008.

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