Cataluña sostiene un trimestre más el suyo buen ritmo macroeconómico. Según los últimos datos definitivos publicadas por el Idescat este mismo viernes, el Producto Interior Bruto (PIB) catalán habría crecido un 2,5% en términos interanuales el primer trimestre. EL alza es considerable, y superior en una décima a la española; pero supone un retroceso del 0,1% respecto de las estimaciones elaboradas por el mismo instituto estadístico a principios del mes de mayo. Trimestre a trimestre, la variación positiva es del 0,7%, similar a la española y sustancialmente por encima de la Unión Europea. El paso atrás en comparación con los datos previstos es equivalente si se compara con el periodo entre octubre y el diciembre del 2023: una décima menos.
Los datos de contabilidad trimestral publicadas por la Idescat revelan que, de nuevo, la demanda interna se ha mantenido como la variable que más ha aportado al crecimiento económico catalán. Según el instituto, el consumo de los hogares crece un 2,3% año a año, a un ritmo mucho más bajo que el de finales del 2023, cuando se elevó hasta el 3%. El ritmo de gasto de los catalanes da cuenta, así, del sostenimiento de la inflación en comparación con Europa; así como la lenta revalorización de los salarios. También escala el consumo de las administraciones públicas, en este caso un 4,4%, dos décimas más que ahora hace tres meses. Desde el ámbito de la demanda, la formación bruta de capital escala considerablemente, en un 1,8% respecto del anterior trimestre. La inversión, pero, no llega a igualar los niveles del año pasado, en uno en torno a tipos todavía marcadamente hostil para el crédito y aquellos sectores que lo usan como motor. La mejor previsión en cuanto al coste de la financiación, pero, empieza a notarse al sector inmobiliario, con un incremento del 1,4% de las capitalizaciones para la construcción.

La agricultura recupera impulso
En cuanto al ámbito de la oferta, la industria vuelve a ser el sector más valioso en cuanto a crecimiento interanual de su aportación al PIB, con una escalada los últimos 12 meses del 4,4%, seis décimas por encima de la registrada en diciembre. Los protagonistas, los de siempre: automoción, farmacia y alimentación; con el añadido en este caso de los productos informáticos. La sorpresa, pero, lo ha dado el campo: en medio de las protestas agrarias más intensas en dos décadas, la agricultura y el resto del primario registran un crecimiento del 5,5%, el primer número verde de los productores en más de dos años. El terciario, por su parte, sube un 2,2%, mientras que la construcción lo hace ligeramente por encima del 1% -y por debajo, justo es decir, de su incremento inversor-.
Moderación internacional
Fuera de las fronteras catalanas, las exportaciones parecen volver a tener los pies en el suelo después de dos años de absoluto récord. Según apunta el Idescat, las ventas internacionales pierden cuatro décimas año a año, y más de tres puntos en comparación con el cuarto trimestre del 2023. También caen con bastante las importaciones, por motivos similares -unos poderosos efectos de base y la dificultad de acceder a crédito-. Ahora bien, el sector exterior se sostiene en parte por el turismo; tanto el ajeno en el país como el propio en el extranjero. Suben sustancialmente las aportaciones al PIB del consumo en territorio catalán de los no residentes (15,7%); así como lo de los ciudadanos del país afuera de sus fronteras (14,7%).