Grifols cierra en horas bajas un marzo que parecía prometedor. La multinacional catalana de hemoderivados se acerca a la última sesión del mes rozando sus mínimos anuales de cotización. Al finalizar la sesión de este viernes, las acciones han caído hasta los 8,58 euros, apenas por encima de los 8,12 a los que cayó el valor bursátil de la empresa poco antes de la presentación de los resultados anuales. Lo hace tras un alza que duró solo unas semanas: tras reportar más de 157 millones de euros de beneficios y una generación de flujo de caja que, en el momento, dejó satisfechos a los analistas, los servicios jurídicos de la CNMV lanzaron un golpe contra la línea de flotación de la compañía: a juicio de los expertos del regulador bursátil español, la dirección actuó con «dolo continuado» entre 2021 y 2023, revelando datos financieros inexactos en sus estados de balance anuales. A pesar de que la catalana ha negado las acusaciones, el mercado ha reaccionado en contra, y ya ha reducido su cotización un 19,8% en los últimos treinta días.
Como ya era el caso antes de la publicación de resultados, sin embargo, los fundamentales de la empresa van por otro camino. El cuarto trimestre de 2024, Grifols generó una caja positiva de 334 millones de euros, que logró equilibrar la poco halagüeña operativa de los primeros tres meses del año. Las expectativas para el curso 2025, además, son alcistas, con un incremento del Ebitda estimado hasta los 2.000 millones y la promesa de los 500 millones de caja libre. De hecho, el consenso de los analistas es mejor ahora que a principios de mes: tras los resultados, el valor objetivo de la farmacéutica, según las dieciséis firmas de análisis que la observan, era de unos 15,5 euros, un 70% por encima del valor actual. Ahora, con la acción rozando los mínimos, los expertos acuerdan una valoración cercana a los 16,1 euros, con un margen de crecimiento del 86%. El estado contable y las bases financieras de la Ibex catalana, pues, apuntan en un sentido opuesto al que recoge el sentimiento diario de los inversores.
El accionariado de la catalana rechaza ampliamente la situación bursátil de la empresa. Según un comunicado lanzado este mismo viernes la asociación de accionistas minoritarios de Grifols (AMG), han reiterado que la desconfianza del capital proviene de un informe de Gotham que permanece bajo vigilancia. «Nuestra empresa fue objeto de un ataque por una compañía que se lucró lanzando información sesgada y, claramente, orientada a obtener ganancias con operativas en corto», alegan los minoristas. Por ahora, el juzgado continúa investigando qué hay detrás del informe del fondo especulador de Daniel Yu. El juez José Luis Calama, de la Audiencia Nacional, ha citado el próximo 24 de abril al director del departamento de Información Financiera de la CNMV, Eduardo Manso, para que detalle el análisis que el regulador bursátil español hizo de las cuentas de la compañía, y el encaje con la versión de los estadounidenses -que, cabe recordar, ingresaron cerca de un millón y medio de euros gracias a sus posiciones bajistas en la farmacéutica catalana-.
Esta misma semana, Gotham ha encontrado un nuevo objetivo: la antigua filial de IBM Kyndryl. Como en el caso de Grifols, el nuevo informe los acusa de haber inflado las cifras, en su caso las de ebitda ajustado, y alertan -también como el pasado enero- que «la acción podría valer cero». Un portavoz de la multinacional ya ha alertado que el estudio de los bajistas es «inexacto y deliberadamente engañoso»; pero la tecnológica ya ha perdido un 13% de su valor bursátil en menos de 24 horas. Los efectos se pueden notar también en Cataluña: la sede operativa de su filial en el Estado, Kyndryl España, está en Sant Cugat del Vallès. A ojos de Gotham, su cadena de valor «podría enfrentar una subida significativa de costos» -un análisis que no dedicaron a Grifols, ya que la materia prima de la farmacéutica, el plasma, tenía prevista una importante bajada de precios pocos meses después del ataque especulador-.

El peso de los bajistas
La mala situación frente a los mercados de Grifols ha vuelto a atraer un perfil de inversor que había desaparecido en los últimos meses de 2024. Según el registro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, el fondo bajista Kintbury Capital LLP el pasado lunes afloró una posición en corto al capital de la catalana del 0,71% de su capital. Es la única apuesta contra la salud de Grifols por encima del 0,5% de las acciones, el umbral de publicación obligatoria de la CNMV. Hay, sin embargo, hasta cuatro actores financieros más que se beneficiarían de una bajada aún más intensa de la catalana: AKO Capital, que no llegó a devolver sus acciones prestadas tras el año de crisis, se mantiene con poco más del 0,43%; mientras que tanto Gladstone como Point 72 abrieron posiciones cortas el pasado mes de febrero. Curiosamente, la última operación registrada por el fondo británico fundado por George Michielakis se produjo pocas horas después de que la empresa hiciera públicos sus resultados, cuando el mercado aún mostraba euforia por las nuevas capacidades de Grifols. En el momento, la acción valía poco más de 11 euros, un salto de cerca de dos euros y medio por acción en beneficio del LLP.
A juicio de los minoristas, las nuevas posiciones en corto sirven como agente desestabilizador para la confianza del mercado en Grifols. En declaraciones a la agencia Europa Press, el presidente de la asociación de minoritarios, Eduardo Braño, ha lamentado que «el incremento de la operativa en corto» de las últimas semanas podría llegar con «el ánimo» de enturbiar las inversiones en la catalana y «sembrar dudas en el mercado» para poner un tope a su recuperación. Su lectura es, de hecho, aún más ambiciosa que la del consenso del mercado, y estima que los títulos deberían cotizar por encima de los 20 euros.
La perspectiva internacional
Fuera de los enfrentamientos locales, el capital continúa mostrando una cierta confianza en la capacidad de Grifols para recuperar el aliento. Sin los vencimientos de deuda que cancelaron con un crédito de 1.000 millones el pasado diciembre, y con las perspectivas anunciadas por la directiva, una docena de analistas especializados en la farmacéutica animan a sus clientes a comprar acciones, estimando una ganancia potencial de entre el 50 y el 80%. Solo se mantienen en recomendación de compra, según los datos que la multinacional ofrece a los inversores en su web corporativa, Oddo BF y el siempre crítico Bankinter, que en ningún momento ha cedido su postura contraria a la multinacional. Algunos de los perfiles más relevantes, cabe decir, se mantienen neutrales: es el caso de Deutsche Bank, que plantea a los inversores mantener sus posiciones actuales sin nuevos movimientos. Ahora bien, la entidad alemana mejoró sus perspectivas para la empresa a finales de febrero, hasta los 11 euros por acción -2,5 euros por encima de los niveles actuales- y aún mantiene su lectura.