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Francia impone los beneficios a las nucleares al nuevo mercado eléctrico europeo

Los ministros de energía y clima de los 27 y el Parlamento Europeo han acabado de ratificar este jueves el diseño del nuevo mercado eléctrico de la Unión. El pacto, estancado durante meses a raíz de la crisis inflacionista, busca establecer unas normas que «estabilicen» los precios de la luz a Europa y eliminen la «volatilidad» a la que condenaba los consumidores comunitarios el sistema marginalista. Entre otras características del nuevo mercado, destaca el impulso en los contratos por diferencia, acuerdos de compra de energía a largo plazo por los cuales Estados y empresas proveedoras se comprometen a cubrir, en un sentido u otro, el coste de las oscilaciones del precio eléctrico. A pesar de que esta prebenda estaba reservada solo para las energías limpias, finalmente Francia y sus aliados, la mayoría de ellos países de la Europa del este, han conseguido incluir las centrales nucleares dentro de los modelos beneficiados por los nuevos contratos. De este modo, una fuente de energía no renovable se infiltra en el grupo de beneficiarias de los nuevos contratos formado por la eólica, la solar, la geotérmica y la hidráulica.

Imagen de archivo de la central nuclear Ascó II, a Tarragona / EP
Imagen de archivo de la central nuclear Ascó II, a Tarragona / EP

La negociación se resuelve así a favor de los intereses del sector energético francés, con un problemático diseño centrado en la nuclear que ha exigido en los últimos años ingentes inversiones públicas a fondo perdido e incluso la nacionalización de EDF. Los grandes perdedores, el grupo de países que buscaba el impulso de las renovables, entre los que destacaban Alemania y el Estado español. Esta división había estado en el centro del enquistament de las negociaciones durante los últimos meses del 2022 y la primera mitad de este año. Con todo, los contratos por diferencia que finalmente se aplicarán también a las nucleares buscan «reducir en el mínimo» la influencia del modelo marginalista sobre los precios, hecho que limitará extremadamente la dependencia del gas natural extranjero, uno de los grandes motores de la escalada de precios energéticos a partir de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Así, estados y proveedores firmarán pactos a largo plazo de compra de energía con un coste fijo. En caso de que la referencia del mercado se encarezca, sería la administración pública la encargada de abonar a la empresa prestamista la diferencia con el precio pactado; mientras que en un entorno bajista, la compañía sería la que devolvería al ente público en cuestión las ganancias extraordinarias. En caso de una tensión inesperada al mercado energético, además, el Consejo Europeo podrá declarar una situación de crisis para limitar cualquier espiral inflacionista.

Sostenibilidad social

Más allá del conflictivo acuerdo por los contratos por diferencia, el nuevo mercado europeo incentivará las compras de energía conjuntas, hecho que armonizaría los precios en una UE extremadamente fragmentada por las condiciones de cada país; así como la protección a los consumidores vulnerables. En la salida de una COP28 poco satisfactoria, además, los 27 han acordado con el parlamento europeo nuevos límites a las emisiones de CO₂. Con todo, la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica del gobierno español Teresa Ribera ha concedido que el acuerdo, a pesar de las concesiones en Francia, es una «gran noticia». La reforma, asegura una de sus grandes impulsoras, «permitirá reducir todavía más la dependencia del gas ruso e impulsar las energías libres de combustibles fósiles» -y no solo las renovables-.

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