El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado cinco décimas al alza su previsión de crecimiento para la economía española en 2024. De este modo se estima que se elevará hasta el 2,4%. Aun así, el organismo mantiene el pronóstico para 2025 al 2,1%, igual que por el 2026, según ha informado la institución multilateral al final de su visita en el país en el marco del
El organismo dirigido por Kristalina Georgieva ha explicado que el comportamiento de las exportaciones de servicios ha estado «sólido» y que, junto al consumo público, han sido los principales motores del crecimiento reciente. Por otro lado, también ha reconocido que el mercado de trabajo ha mantenido sus «buenos resultados», en particular gracias a la importante afluencia de inmigrantes y al aumento de la tasa de actividad. Ahora bien, en cuanto a la inversión todavía continúa por debajo de los niveles de finales de 2019, todo y el repunte más reciente y esta «debilidad» -que confirma el organismo- ha contribuido al bajo crecimiento de la productividad. Además, indica que a pesar del «significativo» descenso de la tasa de desocupación, esta continúa siendo la tasa más alta de la eurozona.
Una subida moderada en 2025, pero por sobre la del Estado
El FMI prevé que el crecimiento español consiga el 2,4% en 2024, cuatro décimas más que la estimación del gobierno español, y el 2,1% en 2025 -dos décimas más que la previsión estatal-, ayudado por el mayor crecimiento de la demanda interna.»Se espera que el consumo privado se fortalezca a medida que la tasa de ahorro de los hogares se normalice gradualmente y los ingresos salariales reales continúen aumentando de manera constante», ha remarcado el informe.

Precios e inflación en una caída sostenida
Sobre los precios, el FMI ha destacado que la inflación general ha caído «considerablemente» desde su máximo de 2022 y la variable subyacente también ha seguido una tendencia a la baja, impulsada por la transmisión de la bajada de precios de la energía a los precios de los alimentos elaborados y los bienes industriales no energéticos. El FMI también anticipa que tanto la inflación general como la subyacente continúen disminuyendo a lo largo de 2024-25, acercándose al objetivo del 2% fijado por el BCE antes de mediados de 2025. Este dato también se añade a la resiliencia de los actores sociales hacia los salarios, puesto que a pesar de la «rigidez» del mercado laboral que ha apuntado el FMI, las presiones salariales han seguido «contenidas».