Europa avisa la banca española que «se está quedando atrás» en cuanto a la remuneración del ahorro. A pesar de haber trasladado los tipos de interés al cobro de sus préstamos, el vicepresidente de el Banco Central Europeo y exministro de Economía espanyol Luís de Guindos ha alertado que no lo están haciendo así en los intereses que reciben los clientes por sus depósitos al banco. «Las subidas de tipos de interés son para los prestamistas, pero también para los ahorradores», asegura De Guindos, criticando la negativa del sector financiero del Estado a trasladar correctamente el endurecimiento de política monetaria en beneficio de los clinets. «En algunos países, los bancos se apresuran a ajustar las tasas de interés de los depósitos; otros, como España, se están quedando atrás«, ha declarado un duro vicepresidente en una entrevista con los diarios belgas
La retribución de los depósitos según los tipos de interés es, para De Guindos, parte esencial de «la transmisión de la política monetaria», en cuanto que desincentiva el gasto en favor de un ahorro que «se vuelve más atractivo». «La remuneración de las cuentas de ahorro tendría que reflejar los tipos de interés», reitera el economista; hecho que la banca española no está cumpliendo. Los bancos españoles -como la mayoría de entidades comunitarias, también las que están aplicando correctamente las tasas- cuentan actualmente con una elevada liquidez. Por lo tanto, no se encuentran en un momento de necesidad urgente de nuevo ahorro. Aun así, avisa De Guindos, el BCE «ya está tomando medidas para reducir el exceso de liquidez de forma que las tasas de interés más altas se vuelvan una realidad a las cuentas de ahorro». Así, Frankfurt ya prepara operaciones para que los bancos trasladen de una vez por todas la política monetaria también a las medidas que benefician el consumidor.
Golpe a la rentabilidad
Justo es decir, pero, que estos movimientos afectan directamente a uno de los puntos débiles de la banca española: su baja rentabilidad. La desaceleración económica, para el vicepresidente del BCE, provocará una caída en estas rentabilidades bancarias, hecho que, lamenta, aumentará la morosidad y provocará que se tenga que pagar más para atraer nuevos depósitos. «Una alta rentabilidad bancaria no es sostenible», subraya De Guindos, apuntando a las bajas valoraciones bursátiles de los grandes bancos del continente -unos valores que, concluye, no «reflejan de ninguna forma expectativas de elevados beneficios»-.