La economía española vuelve a aprovechar el impulso de los fondos europeos para crecer por encima de la media comunitaria. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, el producto interior bruto del Estado acumuló un crecimiento del 3,2% en 2024, impulsado principalmente por la demanda interna. Lo hace en un momento de especiales complicaciones macroeconómicas para el resto de grandes economías de la Eurozona: según las estimaciones de los respectivos institutos estadísticos, el PIB alemán perdería dos décimas al cierre del pasado curso, mientras que el francés crecería poco por encima del 1%, y el italiano lo haría en torno a las ocho décimas. La cifra final es medio punto superior a la que había previsto el gobierno de Pedro Sánchez a inicios de año, si bien el ministerio de Economía dirigido por Carlos Cuerpo ya había avisado que el avance definitivo estaría por encima del 3%.
En el cuarto trimestre de 2024, la economía española registró un incremento del 0,8% en comparación con el periodo anterior. El protagonista de la expansión fue la demanda interna, tal como ya lo fue en la lenta recuperación pospandémica, con una aportación al incremento del 1,2%, mientras que la demanda exterior restó cuatro décimas al ritmo del conjunto de la economía. Por segmentos, la formación bruta de capital -es decir, las nuevas inversiones y adquisiciones de capital fijo, entre otras- creció un 2,8% en términos interanuales, después de haberse quedado rezagada los meses anteriores. El consumo final de los hogares, que fue el gran elemento tractor de 2022, ha escalado un 1% año a año; mientras que el de las administraciones públicas lo habría hecho un 0,4%, dado que ya ronda niveles muy elevados -el tercer trimestre, cabe recordar, este fue el principal motor del crecimiento económico en el Estado-.

La construcción gana terreno
En cuanto a los sectores económicos, solo el primario notó un ralentizamiento de su valor añadido bruto. Por su parte, la industria creció un 0,3%, con las manufacturas a la cabeza, al contrario de lo que se puede observar en las principales economías de los 27. La construcción confirma la recuperación del impulso que desde hace tiempo notaban los empresarios del sector, y gana un 2,6% en comparación con el trimestre anterior; mientras que los servicios crecen, pero a un ritmo más lento que previamente, con un alza del 0,9% marcada por la significativa inflación sectorial que sufren en el conjunto del continente.
El ministerio de Economía que dirige Carlos Cuerpo ha sido especialmente efusivo en la celebración de las cifras. En un comunicado posterior a la publicación de los datos del PIB, el departamento asegura que la expansión confirmada por el INE «refleja la fortaleza y el crecimiento equilibrado de la economía española, que día tras día corroboran los principales organismos internacionales».