El gobierno español avanza en el proceso de nombramiento del nuevo presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. La Comisión de Economía, Comercio y Transformación Digital del Congreso de los Diputados ha avalado este martes la candidatura de Carlos San Basilio para dirigir el regulador bursátil; así como la de Paloma Marín para ocupar la vicepresidencia. Ambos han superado el trámite parlamentario -no vinculante, pero que fundamenta la decisión de Moncloa- con 18 votos a favor. En el caso del presidenciable, las derechas se han abstenido, mientras que el número dos ha recibido 17 votos negativos, insuficientes para emitir un juicio negativo. Los grupos parlamentarios han destacado de San Basilio su «perfil técnico» como directivo del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo. Marín, por otra parte, ha sido una de las mujeres fuertes de los primeros meses del exministro José Luís Escrivá al frente del Banco de España, donde lleva 20 años trabajando. La proximidad con Escrivá explica en buena medida las reticencias de las derechas con respecto a su encargo. De hecho, la portavoz popular, Cuca Gamarra, ha hecho referencia durante su intervención, destacando el carácter técnico
Durante su intervención ante los diputados, San Basilio ha enfatizado su posición como futuro presidente respecto de la OPA del BBVA sobre el Banco de Sabadell. En línea con lo que ya argumentaba el presidente saliente, el aún candidato aboga por esperar el dictamen de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia antes de emitir su juicio. Aunque no ha querido expresar una opinión sobre la idoneidad o no de la compra, el candidato ha asegurado que es «razonable» contar con la visión de Competencia antes de hacer cualquier movimiento. Ahora bien, cabe recordar que las posturas que ha mostrado el organismo presidido por Cani Fernández son, por ahora, marcadamente reticentes hacia las aspiraciones del presidente de la entidad bilbaína Carlos Torres. También ha insistido en sus intenciones de cooperar con las cámaras legislativas en cualquier proceso de toma de decisiones económicas: «Me parece fundamental la colaboración desde el punto de vista de la transparencia, compartir inquietudes, y también agilizar el proceso legislativo», ha declarado.

Por otro lado, el presidenciable ha defendido la necesidad de sacar adelante la Autoridad de Defensa del Cliente Financiero. «Tiene sentido», asegura, conectar mejor a los usuarios bancarios con la administración para defenderse de los agravios causados a través de un «mecanismo extrajudicial» que no alargue los plazos. Ahora bien, San Basilio ha puesto condiciones: que no implique ninguna incompatibilidad con «los actuales mecanismos supervisores» del mundo bancario ni empresarial, entre los que cuenta la misma CNMV. Por su parte, Marín ha reivindicado la futura entidad, defendiendo la necesidad de generar «doctrina de conducta» entre las firmas del mundo financiero a través de una «coordinación» entre las instituciones que las fiscalizan.
El tratamiento de las criptomonedas
Ante los avances del Bitcoin, que ya supera los 100.000 euros de cotización, el presidenciable se ha mostrado satisfecho respecto de las regulaciones que ya ha puesto sobre la mesa la CNMV en cuanto a los criptoactivos. En este sentido, y a pesar de la buena acogida que la moneda inventada por Satoshi Nakamoto tiene ahora en el mercado, no prevé «una avalancha» de nuevas empresas financieras en busca de inversiones en el mundo cripto. La adopción será, asegura, más lenta: una «digestión controlada» que provocará un goteo hacia el mercado español. Por su parte, Marín ha defendido una «vigilancia estrecha» de este segmento, para el que promete «ajustes» si son necesarios.