La economía barcelonesa ha experimentado una importante expansión durante el 2023, superior a la de su entorno. Según las cifras publicadas por el Departamento de Análisis de la Oficina Municipal de Datos del Ayuntamiento de Barcelona, el producto interior bruto de la ciudad habría crecido el último año un 2,8%. EL alza de la actividad económica de la actividad del país responde principalmente, según la Oficina, a una mejora en el sector sirve, que ha acumulado buena parte de la nueva economía en la ciudad. En concreto, el terciario barcelonés habría escalado un 3,3% en términos interanuales. También la industria ha funcionado especialmente bien, con un incremento del valor añadido sucio del 2,1% año a año. Solo la construcción, afectada los últimos años por el mal entorno monetario, ha crecido por debajo del 1%, con nueve décimas más que el 2022.
Con esta cifra económica, Barcelona supera anchamente la media del Estado, que se queda en el 2,5%; y también la catalana, ligeramente más elevada, en el 2,6%. Por ramas económicas, el sector servicios ha recuperado progresivamente las cifras anteriores a la pandemia, después del fuerte golpazo que supuso el 2020 para el terciario. En una tendencia que confirma el gradual retorno la normalidad de la todavía considerado «motor» del crecimiento de la región metropolitana, la expansión ha sido cada trimestre más lenta. Mientras que entre enero y el marzo el alza llegó al 5,8%, a cierre del año esta se ha quedado en el 2,1%. Los más de tres puntos de mejora económica barceloneses superan, de nuevo, tanto los datos catalanes como las españolas -un 3,1 y un 3,2% respectivamente-, con una composición anual descendente similar a de la capital.
Economía productiva
La industria barcelonesa, en la línea de las expectativas a medio plazo del Gobierno y las principales asociaciones económicas y empresariales del país, muestra durante el 2023 una clara recuperación después del agujero creado desprendido de la pandemia. El 2022, de hecho, el secundario barcelonés experimentó un importante retroceso en su actividad. Justo es decir que, a diferencia del sector servicios, la rama industrial crece en Barcelona muy por debajo de la media catalana, que escala un 3,8% durante el pasado año. Sí que supera anchamente las cifras del conjunto del Estado, que se quedan en un pobre 2,1%. En cuanto a la construcción, el curso deja una «clara bajada» en todas las escalas territoriales. Después de un primer trimestre alcista, con un 4,3% más de actividad que un año antes, la segunda mitad del año acumula periodos de contracción, que acumula un punto entre junio y el diciembre. Con todo, Barcelona se sostiene como el claro motor del país y una de las regiones más dinámicas del sur de Europa; si bien lo hace especialmente en los servicios a las personas, y no tanto en la producción.
