La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha intervenido este lunes por la tarde ante el Cercle d’Economia, un espacio donde seguramente no se siente extremadamente cómodo porque ideológicamente se encuentra a los antípodas del lobby empresarial Barcelonés. La alcaldesa ha empezado exponiendo todas las bondades económicas de los últimos ocho años en los cuales ha gobernado la ciudad, intentando hacer ver al público que los comuns no han sido tan malignos para la ciudad que han vendido partes de la opinión pública con «discursos catastrofistas» que han manchado su gestión. Aun así, a pesar de las previsibles críticas a su gestión, Colau ha sobrevivido a la visita, y podríamos decir que lo ha hecho con nota, buscando las máximas complicidades con su audiencia e intentando evitar, en la medida de lo posible, los temas más conflictivos como la ampliación del Prat y así los golpes más directos.
En un debate con dos miembros de la junta de Cercle, Oriol Aspachs y Carmina Ganyet, Colau ha insistido que su idea era revertir el modelo económico de una Barcelona que hace ocho años estaba únicamente destinado «al monocultivo turístico» que solo ofrecía trabajos precarios y provocaba desigualdades. Para empezar a ponerse el público al bolsillo, ha insistido que su idea siempre ha estado pactar con el sector privado para intentar aprovechar de la mejor manera posible los talentos de la ciudad. Para asegurarse el escudo, previendo el que podía llegar después, Colau ha recordado que la UE pone como ejemplo a Barcelona en cuanto al control de la «masificación turística» y que ya se ha recuperado la creación de empresas prepandemia. Punto a favor para la alcaldesa y alguna sonrisa entre el público.
Uno de los ejes clave del discurso de Colau ha sido la insistencia de la busca de acuerdo con el sector privado en todos los ámbitos posibles para llevar la ciudad en su máximo exponente. De hecho, el catedrático de la UPF José Garcia Montalvo ha puesto aprueba esta voluntad yendo a buscar uno de los más polémicos de los mandatos de Colau, la vivienda. El profesor universitario ha preguntado si estaba a favor de la caída de una enmienda de la nueva Ley de Vivienda que promovía la colaboración entre grandes propietarios y las administraciones para ceder viviendas y poder reducir un 20% el precio respecto al índice de referencia. Pregunta para llegar a la máxima nota en el Cercle. La respuesta: «Estoy a favor de cualquier tipo de acuerdo con el sector privado» para mejorar el conflicto de la vivienda. Aprovechando la ocasión, Colau ha cargado contra la última propuesta de Sánchez en vivienda, el desbloqueo de 50.000 viviendas de la Sareb. La alcaldesa ha asegurado que, como mínimo en Barcelona, no impactarán en las políticas de vivienda porque están en muy mal estado y hay muy pocos.

Un hecho en el cual todas las administraciones -menos la estatal- y el sector privado hoy representado en el Cercle coinciden es la mala gestión de los Fondos NextGenerationEU, un filón que ha vuelto a aprovechar la alcaldesa. En esta línea ha llamado sus colegas a colaborar para llegar más lejos en la movilización de los fondos y poder hacerlo más accesible a la ciudadanía y al tejido empresarial. Para ejemplificarlo, Colau ha explicado que en 2020 ella ya propuso crear una oficina única, pero que nadie le hizo ningún tipo de caso, considerando que «fue un error» que ha provocado una mala gestión de estos fondos europeos. «Es una oportunidad perdida» ha concluido. Nueva victoria.
Mejorar la conectividad de Barcelona sí, pero no a cualquier precio
Uno de los temas donde más diferían la audiencia y la ponen es en la ampliación del aeropuerto del Prat. Ahora bien, la alcaldesa ha abierto el tema felicitando lo Barça para decidir coger el tren siempre que pueda para reducir las emisiones. Con la referencia al fútbol todo empieza mejor. Aprovechando el gancho, Coláis ha asegurado que el que necesita Barcelona por estar mejor conectada es eliminar los trayectos cortos en avión, por ejemplo, a Madrid. Antes de abordar su negativa a la ampliación, Colau tenía guardado un último as bajo la manga, el corredor mediterráneo, asegurando que es una «vergüenza» que todavía no esté terminado.
Cuando ha llegado el momento de la verdad, Colau ha comentado que en ningún momento de la negociación para ampliar el aeropuerto Aena le enseñó ninguna estrategia ni informe de cómo llegarían se captarían más vuelos internacionales en Barcelona en lugar de los actuales vuelos baratos que masifican el turismo de la ciudad. De hecho, ha asegurado que a ella le parece que el único planteamiento de Aena era destrozar un espacio natural para ganar 20 millones de visitantes el año, pero sin estrategia. Para suavizar el impacto, ha acabado asegurando que es muy partidaria de mejorar la conectividad de Barcelona con Europa y el mundo, pero con una estrategia clara por parte de Aena. Todo ello ha acabado con un fuerte aplauso del público, un final que era difícilmente imaginable antes de empezar.



