El deuda pública pesa sobre Cataluña más que cabe otro territorio del Estado. Según las estimaciones de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ninguna administración territorial española tendrá que pagar más en concepto de intereses que la catalana en los próximos años. El 2022, la deuda catalana fue el único que generó unos intereses superiores a los 1.000 millones de euros, y la escalada será rápida: los datos de Fedea apuntan que el gasto en este concepto en 2026 superará los 2.400 millones de euros, una variación que frota los 1.300 millones en solo cuatro ejercicios.
De acuerdo con el estudio publicado por la Fundación, Cataluña abonará este año unos 1.179 millones de euros en concepto de intereses, que escalarían hasta los 1.462 millones el 2024. El 2025, el salto sería todavía más pronunciado, hasta superar los 1.870 millones de euros; para acabar escalando por encima de los 2.400 en solo tres ejercicios. La variación durante el periodo estudiado se levantaría hasta los 1.383 millones de euros, sustancialmente superior a la de cualquier otro territorio del Estado. Solo el País Valenciano verá su gasto en intereses incrementada en una cifra próxima, y se queda en los 985 millones de euros.
De hecho, muy pocas administraciones regionales acabarán pagando más de 1.000 millones de euros anuales en concepto de intereses de deuda a corto plazo. Solo lo harán, según Fedea, el mismo País Valenciano, que escalaría hasta los 1.346 millones en 2026; Andalucía, que se quedaría en los 1.013 millones; y la Comunidad Autónoma Madrileña, con unos 1.104 millones de euros en concepto de abono del pasivo con el Estado.

El fondo autonómico, un àncora para los territorios
El principal motor del crecimiento de los intereses de la deuda durante los próximos años será un aumento sin aturador de los tipos. Actualmente, el tipo de referencia de la deuda pública catalana es del 1,2%, comparable al del Aragón o Asturias, y muy inferior, por ejemplo, al de Madrid. Justo es decir, pero, que la escalada será diferente según la dependencia de cada región de las vías de financiación del Estado. Según Fedea, de hecho, aquellas administraciones que dependen del Fondo de Financiación de las Comunidades Autónomas (FFCCAA) verán sus intereses encarecidos a un ritmo de entre 1,6 y 1,8 puntos en los próximos tres años. Cataluña, sin ir más lejos, escalará hasta el 2,8% a corto plazo -cosa que explica que todo y la reducción de deuda hacia el PIB que experimentará el país hasta el 2026, pague más en concepto de intereses-. Por otro lado, los territorios que se financian fuera de este mecanismo, el País Vasco, Madrid y Navarra, verán como los tipos que afectan el retorno de sus préstamos crecen menos de un 1%, gracias a contar con una cartera de deuda más longeva.
Caída de la deuda
Durante los próximos tres años, según las previsiones de Fedea, Cataluña conseguirá recortar significativamente su ratio de deuda sobre PIB. Si bien la relación escaló el 2022 hasta el 33,4%, el 2026 esta habría retrocedido en más de cinco puntos (5,3%), hasta el 28,6%, una de las contracciones más marcadas de todo el Estado. Solo el país Valenciano -que sufre una deuda del 44,4%% de su PIB- registrará una mejora de su balance superior a la catalana, con una caída del 6,1% del pasivo sobre el conjunto de la economía.