La transición energética se ha convertido en una prioridad por el gobierno catalán. Desde que Europa puso de manifiesto la necesidad de cambiar los modelos energéticos para hacerlos más sostenibles y frenar el cambio climático, Cataluña ha estado buscando la manera de liderar este cambio. En este contexto, la consejera del departamento de Economía y Hacienda, Natàlia Mas ha presentado este lunes la Nota de Economía 107, la revista especializada con casi una veintena de estudios de expertos que, esta edición, gira en torno la transición energética. Con mucho margen para recalcular, uno de los estudios afirma que la transición energética costará aproximadamente 60.000 millones de euros al Gobierno y empresas privadas de Cataluña.
«No habrá suficiente con solo el sector público y los fondos europeos«, ha explicado la consejera. De este modo, ella ha dado a las conclusiones de la revista y ha asegurado que el cambio implica a todos los actores de la sociedad catalana, no solo a la administración pública. Esta transición no será trueque, de hecho, tendrá afectaciones al PIB catalán hasta al 2050, según ha comentado la consejera y los expertos participantes del estudio. Aun así, no se han puesto de acuerdo con las cifras concretas de gasto de esta transición. Primeramente, la consejera ha hablado de una inversión total de unos 200.000 millones de euros en las próximas casi tres décadas. Aun así, Joan-Ramon Rovira y Jaume Martí han especificado en uno de los estudios que esta cifra podría llegar a los 59.024 millones de euros. También hay algunas diferencias en la afectación que tendrá este gasto en el PIB, puesto que Mas ha reconocido que podría ser de entre el 0,7% y el 2%. Mientras tanto, los expertos afirman que se quedaría en el 0,67%.
Todo y las diferencias, el que sí que han puesto sobre la mesa es la necesidad de colaborar con todos los actores de la sociedad. Así pues, tanto la consejera como algunos de los expertos han recordado que los fondos europeos Next Generation no serán suficientes para conseguir toda la inversión necesaria. «Será imprescindible y capital la participación de la administración pública -más allá de los fondos europeos- y del sector privado», ha dicho Mas. De hecho, uno de los estudios, escrito por el experto Xavier Pedrós, ha reconocido que la inversión pública de los fondos europeos solo cubrirá el 5% de las necesidades reales.

Un cambio en el modelo geopolítico
En esta revista han participado una gran cantidad de expertos que han llegado a las conclusiones que ha comentado la consejera de Economía, mediante sus estudios. De este modo, la directora general de Prospectiva y Análisis Económico, Marta Curto ha presentado las conclusiones principales de estos estudios y ha hecho énfasis en la necesidad de poner la transición energética entre las prioridades tanto públicas como privadas. En conclusión, Curto ha recordado que la revista pose de manifiesto los objetivos de sostenibilidad energética y que, con la ayuda de los fondos europeos y la colaboración público-privada la situación podría estar controlada de cara el 2050.
En cifras, el consumo de energía se reducirá un 30,7% en 2050 en comparación con el consumo de 2017. El de los combustibles fósiles representará el 1,5% y la energía eléctrica el 76,6%. Así pues, el Instituto Catalán de Energía, ICAEN asegura que las energías renovables aumentarán un 402,9% en el periodo 2017-2050. Pero para conseguir estos resultados, pero, habrá que dejar de estar subyugados al modelo geopolítico actual. En otras palabras, uno de los estudios de la revista remarca que habrá una necesidad de hacer una transición hacia un modelo descarbonizado. En cuanto al consumo eléctrico, la revista afirma que la electrificación es una de las claves de la transformación del sistema energético. Y es que, según confirma el Colegio de Ingenieros Industrial, en 2050 se podrá electrificar el 60% del transporte, el 40% de la industria y el 70% del sector servicios y doméstico.
Menos trabas y más inversión
Otro eje clave que ha puesto sobre la mesa la revista es la necesidad de reducir la burocracia para hacer que sea más fácil promover alternativas limpias a las fuentes energéticas actuales. Así pues, reducir las barreras fiscales a la electrificación e intensificar el gravamen de consumos y tecnologías fósiles podría hacer avanzar la situación de manera exponencial. De hecho, el libro blanco para la reforma del sistema fiscal de Xabier Labandeira -mencionado en la revista- habla del diseño de un sistema compensatorio, sólido y duradero, que incluya transferencias vinculadas en precios inferiores de los combustibles fósiles en hogares con rentas menores. De este modo, y también lo confirman Jacinto Enrich y Mar Reguant en su estudio, hay que tener en cuenta que la transición energética puede hacer resurgir desigualdades sociales y, por lo tanto, el sistema también tiene que tener en cuenta que la transición también tiene que ser justa por las rentas más bajas.
Con todo, el cuadragésimo número de esta revista económica avisa de los peligros de no priorizar la transición energética y aconseja no perder más tiempo y trabajar de manera rápida para conseguir los objetivos de descarbonización y electrificación de Cataluña el 2050. Los expertos y también la consejera han asegurado que se necesita la colaboración de todos los actores de la sociedad catalana y han recordado que el cambio se tendrá que hacer en todos los estamentos sociales. Mas, ha concluido su presentación recordando que «hasta ahora la emergencia climática se encontraba a la lista, pero ahora ya no la podemos seguir obviando».