La prosperidad económica va más ligada con la educación de lo que podría parecer y en este aspecto Cataluña tiene un serio problema. Según un estudio reciente de la Cámara de Barcelona, Cataluña tiene uno de los mercados laborales más cualificados de Europa, pero este hecho se contrapone con una baja inversión en educación pública que, a la larga, podría poner en riesgo la calidad del modelo educativo y, consecuentemente, un problema económico considerable en no aportar al mercado laboral y al tejido económico aquello que demanda.
En este sentido, la Cámara reclama a la Generalitat que dedique más recursos en la educación, porque repercutiría positivamente con unas mejores condiciones de bienestar económico. Además, consideran que hay que gastar mejor los recursos disponibles, concentrando más esfuerzos en los centros más desfavorecidos, promoviendo titulaciones universitarias científicas y tecnológicas y apostando decididamente por uno modelo de formación profesional que se traduzca en una elevada inserción laboral con sueldos competitivos en el ámbito europeo.
Y es que el déficit de financiación en la educación pública en Cataluña puede acabar revirtiendo en unos peores resultados académicos y, por lo tanto, peor calidad de los trabajadores futuros, el que empobrecería la economía del país. De hecho, actualmente Cataluña se encuentra en la parte baja en términos comparativos con Alemania, Francia, Italia, Bélgica y Países Bajos en cuanto a los resultados de las pruebas PISA. En concreto, la puntuación mediana en matemáticas en Cataluña en 2018 fue de 490 puntos, una cifra muy inferior a la de los Países Bajos (519). Además, es importante destacar la relación positiva entre el gasto público por estudiante y los resultados de las pruebas PISA. En concreto, en Bélgica y en los Países Bajos el gasto público por alumno no universitario fue de 10.453 y 9.611 euros respectivamente en 2019, una cifra muy superior a la de España (5.776 euros) e Italia (6.742 euros). Ahora bien, si se analizan comparativamente los resultados de las pruebas PISA con el Estado, los resultados son ligeramente mejores en Cataluña, todo y la menor gastada pública por alumno y el número más grande de alumnos por profesor.
Incremento en educación sí, pero menor al del conjunto del presupuesto
Uno de los otros de los puntos clave del sistema educativo catalán y su carencia de financiación es la falta de presupuesto. Concretamente, la Cámara considera que el país, y el Gobierno, tiene que apostar de forma decidida para mejorar la calidad de la enseñanza pública, uno de los principales instrumentos para reducir la desigualdad de oportunidades. Una de las palancas para lograr este objetivo es mejorar la financiación de un sector que se vio duramente afectado por los recortes de la última crisis.
A pesar de que el gasto educativo ya ha recuperado los niveles previos a la crisis y el aumento del gasto en educación prevista a los presupuestos de este año ha sido bastante considerable, la Cámara lamenta que sea inferior al aumento del gasto consolidado del conjunto del sector público (7,6%).
Invertir en educación se traduce en mejores condiciones laborales
Hay que recordar también que la inversión en educación se traduce en un mayor nivel educativo que puerta a estas retribuciones salariales más elevadas y una menor probabilidad de estar al paro. De hecho, Cataluña el salario por hora trabajada de los ocupados con estudios universitarios era de 15,3 € el 2006, un 61% superior al de los trabajadores que solo cuentan con estudios de ESO. Adicionalmente, hay que destacar que el diferencial en términos absolutos entre los dos grupos se ha ampliado entre el 2006 (5,8 €) y el 2018 (6,4 €). En relación con la tasa de paro, esta es sistemáticamente superior entre la población activa con estudios hasta la ESO (17,5% el 2021) si se compara con la de los graduados universitarios (6,6%). Además, hay que añadir que la tasa de paro aumenta más intensamente en etapas recesivas en el colectivo de trabajadores de baja calificación.
La educación no solo puede condicionar la trayectoria laboral de los individuos, sino que también está positivamente vinculada con un nivel de bienestar físico más elevado. De hecho, el estudio de la cámara muestra como la esperanza de vida a los 30 años es más elevada para el colectivo con un grado universitario o superior (55,6 años el 2019) respecto a las personas con estudios hasta la ESO (53,4).
Elevada sobrecalificación universitaria
Otro de los problemas que muestra el sistema educativo en Cataluña es la elevada polarización formativa, un factor que podría explicar, en parte, los elevados niveles de desigualdad salarial en comparación con la mayoría de países europeos. Concretamente, la tasa de abandono prematuro de los estudios en Cataluña se sitúa en el 14,8% el 2021, claramente superior al 10,2% del núcleo europeo. Por otro lado, el porcentaje de la población activa con estudios superiores en Cataluña (45,7%) es sistemáticamente creciente y muy superior en la UE-5 (34,3%).
Malgrat el elevado gasto en educación universitaria en Cataluña, el mercado laboral no es capaz de absorber el aumento de la población activa con estudios superiores. Como resultado de esto, el porcentaje de sobrecalificación universitaria juvenil es muy superior en España (35,3% el 2019) en comparación con el núcleo de Europa (23,9%). Este resultado es preocupante, dado que reduce de forma ostensible el retorno social de la educación. De hecho, el estudio muestra como Cataluña es el territorio del estado que presenta un porcentaje de sobrecalificación más bajo, gracias a un tejido productivo de más alto valor añadido. Aun así, Cataluña tiene que dedicar más recursos a vías alternativas de educación para encontrar una mejor ensambladura entre la oferta y la demanda de trabajo.

Apuesta por la FP
Por todo esto, la Cámara considera que Cataluña tiene que apostar firmemente por la formación profesional que se ha demostrado un completo éxito al núcleo europeo y «uno de los factores que explica los bonos resultados de su mercado laboral». Adicionalmente, los resultados de la formación profesional en cuanto a la inserción laboral en Cataluña son positivos, puesto que la tasa de afiliación de los alumnos de formación profesional de grado superior dual después de un año de graduarse fue más elevada (66,2%) que la de los universitarios (65,7%) para la promoción 2016-2017.
En conclusión, la cámara reclama que Cataluña converja hacia un modelo educativo y de formación más equilibrada y homologable al de los países europeos. En este sentido, considera que apostar por una formación profesional de calidad, especialmente la que permite obtener una experiencia formativa directamente a las empresas. Todo ello podría contribuir a reducir la elevada tasa de paro estructural de la economía catalana y mejorar el retorno social de la inversión en educación pública.
El déficit de gasto en educación en Cataluña es 630 millones
Esta carencia de inversión se traduce en un déficit importante si se compara con el resto de Europa. En este sentido, la Cámara estima el gasto público en educación no universitaria por alumno en centros públicos es inferior al que le correspondería en Cataluña, de acuerdo con su nivel de PIB per cápita. De hecho, en Cataluña le correspondería un gasto público por estudiante de 6.846 euros, un 11,5% más de la que actualmente se efectúa. Por lo tanto, Cataluña presenta un déficit anual de gasto en educación pública por alumno de 705 euros con relación con el resto de estados europeos. Esto lleva al hecho que el déficit anual en gasto público no universitaria se estima en 628,7 millones de euros, según los últimos datos disponibles que datan del 2019.
Como con todo en Cataluña, hay que recordar que una parte de este déficit en educación se explica por la actual sistema de financiación autonómica, que esencialmente recauda en función del PIB y redistribuye los recursos según la población ajustada. En este sentido, la presidenta de la cámara, Mònica Roca, ha asegurado que sin déficit fiscal que arrastra Cataluña el país podría dedicar muchos más recursos a educación y reducir estas diferencias respecto los estados europeos.