Los campesinos contrarios al Hard Rock se movilizan este domingo en Cambrils. A la espera de obtener los permisos, la idea del campesinado es llenar de tractores parte de la N-340, la AP-7 y la A-7 durante 24 horas para criticar como usan el agua complejos como el macrocasino que se quiere implementar en Tarragona. El campesinado es uno de los colectivos que ha criticado la gran cantidad de recursos hídricos que estos espacios necesitan para llevar a cabo su actividad. Justo en un momento de sequía y en el que el riego del campo está en el punto de mira, algunos campesinos han decidido aparecer junto a aquellas entidades que critican al Govern y al PSC por utilizar el Camp de Tarragona «como moneda de cambio» en la negociación presupuestaria.
Aprovechando la movilización campesina, diferentes entidades del territorio han decidido unirse a las protestas que piden al Govern que dé marcha atrás con el Plan Director Urbanístico del Hard Rock. El campesinado quiere «enterrar definitivamente» el proyecto del macrocasino y lo Lotte Energe Materiales, que se prevé hacer en el Baix Camp. Los campesinos reclaman a las autoridades que prioricen la inversión de agua para proyectos del campesinado y no en macroproyectos como estos. También que se protejan los terrenos agrícolas «para garantizar la soberanía alimentaria».

Aturem Hard Rock pide al Govern que se deje de excusas
Unió de pagesos i Revolta pagesa secundan la protesta del domingo. También participarán otras entidades como Aturem Hard Rock, Salvamos Mont-Roig, StopCreuers Tarragona, Plataforma CelNet, Red Sur, GEPEC-EdC, Xarxa de Casals y Ateneus del Camp. En una comparecencia en el Parlament, recogida por la ACN, el portavoz de la plataforma Aturem Hard Rock, Eloi Redón, ha dado algunos detalles de las movilizaciones y ha criticado que la patronal y el PSC aprieten para construir un complejo que «favorece la precariedad laboral, la pobreza y la ludopatía» y consume «enormes» cantidades de agua y energía.
Redón ha criticado el interés de patronal y PSC en el casino, y a la vez ha criticado el «victimismo» del Govern: el activista pide al ejecutivo de Pere Aragonès que «deje de hacerse las víctimas» y «asuman la responsabilidad política» de parar el proyecto. «Una vez más, entre despachos muy alejados del Camp se negocia cuál tiene que ser el futuro de nuestra tierra, sin escuchar las necesidades y las demandas de las vecinas organizadas», ha denunciado Redón.