Golpe sobre la mesa de Bruselas para evitar la competencia desleal en el mercado automovilístico. La Comisión Europea ha anunciado este miércoles la intención de imponer a partir del próximo 4 de julio aranceles de hasta el 38% a los automóviles procedentes de China. El objetivo de esta iniciativa es compensar los «subsidios injustos» de Pekín a estos vehículos, que según ha denunciado este mismo miércoles la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, están compitiendo “de manera desigual” al ser demasiado baratos para recibir subvenciones del gigante asiático.
En concreto, las autoridades europeas quieren imponer aranceles del 17,4% a BYD -el mayor grupo chino-, del 20% a Geely y del 38,1% a SAIC. Se trata de la primera medida adoptada por la Unión Europea a consecuencia de la investigación iniciada en octubre a los fabricantes de vehículos eléctricos chinos que reciben ayudas de Pekín. Bruselas ha concluido en la investigación que los subsidios chinos suponen un «perjuicio económico» a los fabricantes europeos y el objetivo de los aranceles es «repararlo».
