Lo Banco de España descuenta que los tipos de interés a Europa empezarán a caer el próximo mes de junio. Según ha explicado el gobernador del organismo, Pablo Hernández de Cuerpo, los datos de precios actuales son «compatibles» con una primera flexibilización de la política monetaria al continente. Según el estudio mensual publicado por el Eurostat este mismo miércoles, de hecho, el IPC en la zona euro se habría quedado este mes de marzo en un 2,4%, solo cuatro décimas por encima del objetivo de precios a medio plazo del Banco Central Europeo. De Cuerpo, pero, alerta que sus estimaciones no son «incondicionales», en cuanto que habrá que tomar la decisión sobre los datos de las primeras semanas del verano.
El gobierno del Banco Central Europeo, justo es decir, ha sido especialmente prudente en los últimos meses, evitando dar ningún tipo de señal de la dirección de su política monetaria a medio plazo. El posicionamiento de De Cuerpo, pues, se sale de la estrategia del binomio Christine Lagarde-Luís de Guindos desde el inicio de la tendencia a la baja de la espiral inflacionista. El gobernador español, de hecho, reconoce que su hoja de ruta puede servir para «orientar» el mercado y los ciudadanos, y ofrecer seguridad a corto y mediano plazo a inversores y ahorradores. Pocos días antes de una nueva reunión del consejo de gobierno del regulador monetario, De Cuerpo ha dejado en el aire la «conclusión» a la que llegarán el conjunto de banqueros nacionales europeos. Hay que recordar que las principales caras de las finanzas centroeuropeas, como por ejemplo el alemán Joachim Nagle o el austríaco Robert Holzmann, hace meses que intentan enfriar las expectativas de los mercados y sostener durante más tiempo un precio del dinero elevado.

La inversión no vuelve
Los buenos datos macroeconómicos que se conocen a los principales mercados europeos en las últimas semanas, con un crecimiento español más elevado del que esperaba el mismo BdE, entre otros, no cubren el conjunto de inseguridades económicas del continente. Tal como lamenta el mismo De Cuerpo, la inversión privada –clave para la recuperación después de la pandemia, con buenos datos de formación bruta de capital– no ha salido del agujero de los altos tipos de interés, anclado también por una elevada «incertidumbre» macroeconómica. «Uno no puede pensar en un crecimiento próspero a medio y largo plazo si la inversión privada no juega un papel fundamental», alerta el banquero.
Tiempo de recortes
Lejos ya de los meses de confinamiento provocados por la Covid y de la espiral inflacionista agraviada por la guerra en Ucrania, Europa ya ha vuelto a hacer caer su bota financiera sobre los países miembros. El retorno de las reglas fiscales de los 27 vuelve a aterrizar los límites de deuda y déficit, especialmente tensos después de un periodo de elevado gasto público. Ante esta rendija, especialmente pronunciada en el caso del Estado español, De Cuerpo ve «absolutamente necesaria la consolidación fiscal para situar las finanzas saneadas y sostenibles». La situación de las finanzas españolas, con una deuda superior al 110% del PIB, ya era «débil» el 2019, y no hace confiar en una recuperación inmediata; hecho que hace peligrar una caída del gasto público mediante ajustes fiscales –es decir, recortes–.