El gobierno español ha aprobado este martes un nuevo reglamento por estandarizar la facturación de las empresas y evitar el fraude fiscal. Esta nueva norma establece los requisitos que tienen que adoptar los sistemas y programas informáticos de las empresas que soportan los procesos de facturación de empresarios y profesionales y está impulsada en el marco de la Ley de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal. El objetivo de la medida es luchar contra el incumplimiento tributario por el uso del ‘software de supresión de ventas’, conocido como ‘software de doble uso’. Todo y la aprobación de la norma, el gobierno español dará de margen hasta el 1 de julio de 2025 para adaptar los cambios de software, mientras que a los fabricantes solo los dará nueve meses.
La normativa también pretende conseguir la modernización de pymes, microempresas y autónomos y va dirigida, además de empresarios y profesionales, a productores y comercializadoras del software de facturación. La regulación afecta a todas las facturas o justificantes, pero tiene algunas excepciones, no se aplicará, entre otros, a los obligados al Suministro Inmediato de Información (SII) ni algunos supuestos del régimen de agricultura y pesca.
Garantizar la trazabilidad
Uno de los puntos más importantes de la nueva norma es que los nuevos sistemas informáticos tendrán que garantizar la integridad, conservación, accesibilidad, legibilidad, trazabilidad e inalterabilidad de los registros de facturación. Así, la pieza fundamental del sistema es la capacidad de generar y almacenar de manera segura los registros de facturación. Para lo cual, los registros informáticos de facturación de alta tendrán que incluir, entre otras, el número de identificación fiscal y nombre y apellidos, razón o denominación social completa del obligado a expedir la factura; el número y, en su caso, serie de la factura o la fecha de expedición de la factura y la fecha en que se hayan efectuado las operaciones que se documentan en ella.
La norma también incluye dos elementos de seguridad para garantizar que no se alteran los registros de facturación una vez producidos. En primer lugar, el denominado ‘hash’ encadenado. Es decir, cada factura genera una huella única que la vincula con determinados elementos de las facturas anteriores, de forma que una alteración en cualquier factura altera la referida huella. En segundo, lugar la firma electrónica de los registros que no es necesario en el supuesto de envío de datos voluntario a la Agencia Tributaria.