El ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, ha señalado que confía en el liderazgo de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, para conducir las negociaciones de los 27 sobre la reforma de las reglas fiscales de la Unión Europea durante la presidencia española del Consejo en la segunda mitad del año, porque cree que si alguien puede unirlos, es ella.
«Estamos convencidos que Nadia Calviño conseguirá un acercamiento para encontrar consenso entre los Estados miembro», ha afirmado Lindner en una entrevista en Europa Press junto a otras agencias europeas en la ‘European Newsroom’ y en la cual ha trasladado a la ministra el apoyo de Berlín para encabezar la negociación en torno al retorno de unas normas fiscales que, después de cuatro años congeladas para el pandemia, volverán a exigir una reducción del déficit público por debajo del 3% del PIB y una deuda pública por debajo del 60%.
La propuesta de la Comisión sobre este tema otorga un mayor poder en los gobiernos para decidir como cumplir estos objetivos, aunque exige un ajuste anual mínimo de déficit del 0,5% del PIB hasta llegar al 3%, mientras que plantea una reducción gradual de la deuda a lo largo de cuatro años, prorrogable hasta siete. El liberal alemán ha reconocido que será «difícil» llegar a un consenso pero ha insistido que «si alguien es capaz de unir a todos, es Nadia Calviño», a pesar de que España llegue a la presidencia del Consejo «bajo circunstancias muy específicas» por el adelanto electoral.niño este sentido, ha evitado pronunciarse ante la posibilidad que otra persona impulse el expediente si es otro el Gobierno que resulta de los comicios del próximo 23 de julio.
Garantizar la estabilidad del euro y los consensos
Lindner ha incidido en qué Berlín tiene una idea «muy clara» del que se necesita para mantener y garantizar la estabilidad del euro, una cosa de la cual cree que se benefician tanto la integridad de la Unión monetaria como la competitividad del Mercado Único. «Sabemos que el camino no consiste a facilitar el endeudamiento público, sino a apostar por unas finanzas públicas sostenibles», ha añadido.
Alemania aboga por esfuerzos «ambiciosos» para reformar las reglas fiscales a fin de conservar estas ventajas, mientras que el que preocupa el gobierno tripartido del canciller Olaf Scholz -compuesto por socialistas, liberales y verdes- es la posibilidad de «debilitar en la UE en el futuro» apostando por ratios de deuda más elevados y déficits anuales más altos.
Por eso, el que defiende Lindner es una reducción mínima del deuda del 1% del PIB anual para los países con una deuda más elevada, como es el caso de España -que supera el 110,6% de previsión- y del 0,5% para aquellos menos endeudados, unos parámetros que considera plausibles a pesar de que algunos países los critican para ser demasiado frugales.
«Sé que hay algunos colegas que piensan que nuestras salvaguardias comunes, el límite mínimo de reducción del déficit del 1%, podrían ser demasiado procíclicas, pero no creo que esto sea correcto porque, en determinadas circunstancias, habría una cláusula general de escape, de forma que, en caso de crisis no se activaría», ha explicado.