Un juez de Barcelona ha sentenciado que 3.572 repartidores de la empresa Glovo eran falsos autónomos entre 2015 y 2018. De esta manera el juez da la razón a Inspección de Trabajo, que interpuso una denuncia tras una inspección a la compañía en 2019 donde detectó irregularidades.
Esta sentencia es similar a otras que ya ha recibido la compañía anteriormente, pero es la que afecta a más trabajadores. En este escrito, el juez determina que Glovo decidía el precio del servicio y la remuneración al rider, lo que determina que los repartidores se encontraban en situación de falsos autónomos. Además, se deben sumar otros factores como la gestión que hacía Glovo de los horarios de los repartidores o que fuera Glovo quien compensara a los clientes en caso de robo, como hechos que demuestran a juicio del juez que había una relación laboral entre los dos actores.
Anteriormente, Glovo había impugnado las actas de Inspección de Trabajo defendiendo que la relación con los riders era mercantil.

Juicio con Just Eat
Este no es el único problema legal al que se enfrenta la empresa de Óscar Pierre. El último juicio enfrenta a la compañía catalana con Just Eat, que la acusa de ignorar la normativa laboral para conseguir una “posición predominante” en su mercado.
En el juicio, el vicepresidente internacional de Glovo, Arnau Cortés, defendió que la compañía catalana opera con autónomos donde la legislación lo permite porque “los repartidores así lo prefieren”.
Glovo apostó en diciembre de 2024 por un cambio de modelo que dejaba atrás a los repartidores autónomos y apostaba por trabajadores asalariados. Según la compañía, este cambio de modelo podría llevarlos a operar con grandes cadenas como El Corte Inglés, que hasta ahora se había negado a trabajar con la compañía catalana porque su plantilla estaba formada por autónomos.