Nuevo golpazo a la política industrial de Moncloa. La dimisión del CEO de Seat y Cupra Wayne Griffiths como presidente de la patronal española del coche Anfac recuerda, en palabras del mismo directivo, la «inacción» del gobierno del Estado respecto de la lenta transición hacia el vehículo eléctrico. En la rueda de prensa en que comunicó su decisión, Griffiths reprochó al ejecutivo «no estar progresando a la velocidad que tendría que hacerlo». «El objetivo es estar por encima del 25% de vehículos eléctricos, y es más lejos ahora que hace un año; en lugar de ir adelante, vamos atrás», sentenciaba el hasta ahora presidente. Los explícitos ataques desde el sector automovilístico -que se han repetido, además, en otras agrupaciones de negocio- son, para el ministro de Industria Jordi Hereu, «un toque de atención que tenemos que tener presente». Pocos días después de la presentación de una nueva partida de el difamado Perte VEC, Hereu ha reivindicado la acción del Consejo de Ministros de Pedro Sánchez para favorecer el camino hacia la descarbonización. » estamos invirtiendo no centenares, sino miles de millones», remacha.
La patronal automovilística, pero, no parece reconocer esta tarea que hace suya Hereu. En declaraciones de Griffiths, el pasado mas de diciembre -cuando renovó su mandato- «el gobierno se comprometió a ser un aliado del sector y poner en marcha medidas concretas y eficaces». «Estas medidas -lamenta el dirigente industrial- no han llegado». Si bien los primeros paquetes normativos después de la pandemia sirvieron para «arrancar» la transformación del sector, los subsiguientes movimientos de Moncloa no han acabado de hacer al peso al mundo del coche. «Decepcionado», el ya expresidente ha hecho referencia al despliegue del Perte o a la finalización del Pla Moves III como claros ejemplos de la carencia de agencia de Madrid a este respeto. En lo sucesivo, Griffiths reclama que las administraciones «mejoren la infraestructura de recarga y faciliten la compra de coches electrificados con un verdadero plan de incentivos fiscales». A esta postura se ha añadido la patronal catalana de los concesionarios, Fecavem: su presidente, Jaume Roure, ha asegurado que la industria se siente «poco apoyada» institucionalmente, a pesar de que «genera mucho de progreso».

Un «proceso irreversible»
Todo y las amargas críticas patronales, Hereu ha continuado defendiendo la tarea de Moncloa. Según el ministro, los proyectos de recuperación y transformación económica impulsados desde Madrid «han impulsado la gran transformación de las cadenas productivas de la automoción». «El proceso hacia la movilidad eléctrica es irreversible», continúa el que fuera alcalde de Barcelona; a pesar de que reconoce que los incentivos públicos para hacer este camino tendrían que ser «más claros de cara al consumidor». En lo sucesivo, y todo y la retirada de Griffiths, el titular de Industria pide «seguir contando con su impulso, ilusión y energía». El directivo se ha ofrecido, de hecho, para continuar trabajando «defiende de los intereses de la industria española del automóvil». Con un último dardo, pero, en el gobierno español: «sin compromiso real por parte de los representantes políticos, ya no puedo aportar más».