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Two Poles, la empresa catalana que busca hacer cosmética «sin complicaciones»

El sector de la cosmética ha encontrado en internet y las redes sociales una plataforma para crecer y promocionarse a todos los públicos, que a menudo aprovecha momentos de viralidad para favorecer la compra de ciertos productos, sean acertados o no. Aunque las redes sociales son un espacio “donde falta información y hay datos muy confusos”, asegura Anna Fuster, fundadora de Two Poles y conocida en las redes como @partners.incream, también sirven para impulsar espacios como el perfil de Anna, formada en dermofarmacia y formulación cosmética, centrados en la divulgación sobre el cuidado de la piel. Este interés por la cosmética y los problemas de piel atópica que sufría su hija la llevaron a empezar su propia marca con productos “que funcionan y respetan todo tipo de pieles”. 

Aunque Two Poles está orientada a pieles adultas, la idea de buscar una solución para cuidar la piel sensible “sin complicaciones” surge con la necesidad de tratar los eccemas de su hija sin depender de la cortisona. “Me di cuenta de que, una vez está bien localizado el problema en la piel, se puede conseguir con la cosmética una solución que sirva,” asegura Fuster en una conversación con Món Economia. Con esta premisa, se desarrolló el primer producto en el laboratorio. Cuando Fuster comenzó a distribuir los primeros sérums y cremas hidratantes la idea era construir un e-commerce para realizar las ventas en línea directamente al consumidor, pero al cabo de tres meses de iniciar su empresa ya comenzó a recibir propuestas para vender sus productos en establecimientos. “No tenía previsto estar presente en farmacias tan rápido”, explica Fuster, pero a través de la comunidad de cosmética online que había construido, más puntos de venta se interesaron por la compañía. Tres años después, Two Poles se encuentra presente en casi 200 establecimientos, además de acumular más de 70,000 seguidores en las redes sociales. Con esta presencia en internet y en tiendas, Fuster logró facturar medio millón de euros en su primer año emprendiendo, una cifra que ha llegado a los 2 millones de euros para el 2024

Anna Fuster, fundadora de Two Poles y conocida en las redes por @partners.incream / Cedida por Two Poles

La comunidad en internet

El posicionamiento online tanto de la empresa como del perfil de divulgación también permite que en el proceso de innovación de los productos se busquen soluciones que respondan a las necesidades que los consumidores reclaman. “En el I+D de la empresa hago un gran nexo entre el laboratorio y el mercado. A raíz de tener conexión con gente interesada en la cosmética veo qué quieren”, añade Fuster, quien asegura que es ella misma quien hace la primera formulación desde el laboratorio. “El objetivo es conseguir un producto potente y eficaz, pero que también funcione para pieles sensibles”, añade. 

Imagen de los productos de Two Poles, empresa catalana de cosmética / Cedida por Two Poles

Ahora los retos de futuro de Two Poles pasan por consolidar el camino hecho hasta ahora y seguir creciendo en el estado español, que representa más del 90% de su mercado. “Nos queda mucho por crecer en el mercado nacional, me gusta pensar que tendremos mucha más presencia,” explica Fuster. Sin embargo, para el próximo año se plantean cómo empezar a posicionarse en otros mercados extranjeros. 

Además, desde Two Poles también tienen claro cuál es la visión de futuro para la empresa: “queremos ser una marca de referencia en cuestiones de cosmética, cuando alguien tenga una necesidad nos tenga a nosotros en mente”. Aunque son conscientes del reto que supone adentrarse en un mercado tan competitivo, donde en los últimos años las grandes marcas «se han puesto las pilas» en lo que respecta a la dermofarmacia, apunta Fuster. A pesar de estas dificultades, la fundadora de Two Poles asegura que no quieren «estar de moda»: “queremos trabajar lento, pero con calidad y perdurar en el tiempo”, concluye.

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