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Las subidas de tipos ponen fin a la “borrachera de dinero” de las start-ups

La buena racha de las inversiones millonarias en start-ups parece llegar a su fin. Después de años de grandes cantidades de dinero invertido en empresas emergentes, los inversores se han topado con la situación convulsa que vive la economía mundial actual. La crisis postpandemia, la guerra de Ucrania y la incertidumbre del mercado han acabado para desincentivar las inversiones millonarias en start-ups. Además, la continua subida de tipo de interés han acabado para hacer explota la burbuja de las inversiones y han conseguido que los inversores se piensen dos veces donde ponen su dinero. Ante esta situación, las empresas emergentes se encuentran en un cruce, donde para conseguir la financiación necesaria tienen que poder justificar su rentabilidad céntimo a céntimo: «No hemos perdido inversores, pero su respuesta es más lenta y reflexionada», explica Rat Gasol, inversora y experta en start-ups.

La situación actual pone el punto final en una era de sobrevaloración de las empresas emergentes. De este modo, encontrar financiación con tan solo una idea era una situación muy común en el mundo de inversiones por start-ups. Las rondas de financiación millonarias no eran escasas hace dos años, pero ahora esta tendencia ha empezado a decaer. El principal problema es la situación incierta que se vive actualmente, puesto que los inversores han dejado de tener confianza ciega en los proyectos y piden muchas más garantizabas. «Vivíamos una situación fuera del normal, puesto que la gran cantidad de liquidez a la cual podían acceder los inversores hacía que se creara una borrachera de dinero que se traducía en un empujón para entrar a participar en proyectos nuevos», explica Pep Garcia, bussiness angel de start-ups.

En el momento que el crédito es más caro y la situación inflacionaria no invita al invertir en operaciones de riesgo, los inversores han decidido poner el freno a la oleada de rondas de financiación y han empezado a pedir más garantías sobre los proyectos: «No solo vale al tener una idea buena, ahora tienes que justificar de manera completa que harás con el dinero que te dan», describe Gasol. De hecho, la misma inversora también explica que este cambio de tendencia no es del doliendo, puesto que «hasta ahora los inversores invertían de manera muy poco normal», y añade que «siempre abogo por el crecimiento tradicional de las empresas», es decir, sin la ayuda de una fuente de financiación externa.

A pesar de que la situación no es crítica, los inversores aseguran que ha habido un cambio de mentalidad. De hecho, Garcia reconoce que la pérdida de nivel adquisitivo de las familias hace que el riesgo de perder capital se haga mucho más real. Mientras había incentivos para invertir en empresas -porque los intereses se encontraban al rape- la gente se permitía el lujo de continuar jugando a invertir en start-ups, sin realmente saber si estas ideas llegarían a buen puerto. «La percepción del riesgo era muy baja», dice el bussiness angel, que añade que ahora «se lo piensan dos veces» antes de invertir en una empresa emergente.

La revalorización de las empresas emergentes

Uno de los principales problemas que hicieron hinchar la burbuja de inversiones en start-ups fue la sobrevaloración de estas. De este modo, en una época donde había mucha liquidez, los inversores pagaban a precio de oro por algunos proyectos, puesto que el dinero no eran un problema. Actualmente, la situación ha cambiado radicalmente y el valor que tienen las empresas emergentes es más similar a la realidad y no a la especulación que se creaba en las rondas de financiación. Para hacerlo sencillo, Gasol explica que «las compañías hinchaban su valor para conseguir más dinero», una práctica del todo normal, pero que podía llevar a una valoración muy alejada de la realidad. Desde que la liquidez se ha convertido en un problema, esta sobrevaloración ha caído en picado. «Es mal momento por las start-ups, puesto que el que podían llegar a valer hace un tiempo no es el que valdrán ahora», dice la inversora.

No solo son los inversores los que han cambiado la manera de pensar, sino que las start-ups también empiezan a tener otras prioridades, puesto que el entorno ya no los pide tener un gran éxito efímero, sino una rentabilidad clara para su supervivencia. Tal como explica Gasol, la recomendación principal para las start-ups es poder subsistir sin necesidad de abrir una ronda de financiación, puesto que de este modo su valor se acercará mucho más a la realidad. «Venden años complicados, por eso hace falta que las empresas reconozcan que el objetivo principal no es hacer una ronda de financiación» critica la inversora, que añade que hay compañías que todavía no entiende cómo han llegado a tener el valor que tienen con su modelo de negocio: «Yo no te aseguro que Glovo hubiera tenido financiación si hubiera nacido este año», concluye.

La profesionalización de los inversores

El otro pilar esencial de esta nueva tendencia es lo ya mencionado cambio de mentalidad de los inversores, que priorizan un proyecto con rentabilidad y poco riesgo que la disrupción por sí sola de las ideas. De este modo, Garcia expone que las rondas de financiación no desaparecerán, pero habrá muchos más filtros a partir de ahora. «Los emprendedores tendrán que entender que si no levantas una ronda es porque la empresa no está muy montada, no porque no hay dinero». Así pues, los equipos muy formados, las ideas claras y los objetivos marcados serán aspectos clave en la hora de invertir en una compañía. Además, el bussiness angel asegura que esta tendencia no solo viene marcada por la situación económica complicada, sino que también es provocada por la profesionalización de los inversores. «Aquí los bussiness angels eran una cosa muy nueva y después de unos años ya hay mucha más experiencia», asegura el inversor.

Con todo, pues, esta nueva etapa abre una ventana de oportunidad a los inversos, puesto que podrán invertir en proyectos a precios mucho más asequibles, pero, por el contrario, se convierte en un problema para las start-ups, que tendrán que trabajar mucho más sus planes de futuro si quieren conseguir financiación. A pesar de que los expertos remarcan que es una situación puntual y que como todos los periodos económicos es cíclico, no se volverán a ver aquellas rondas de financiación millonarias por ideas abstractas sobre una empresa. «Es un cambio, pero esta corrección de las valoraciones de las empresas emergentes es necesaria para el buen funcionamiento del mercado», dice Gasol.

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