Los efectos del cambio climático dibujan un nuevo escenario en las ciudades, que enfrentan retos cada vez que se produce una ola de calor extremo. Este fenómeno, que ocurre de manera más frecuente, deja temperaturas récords como el pasado mes de junio en Barcelona. De hecho, los datos del Observatorio Fabra de la capital catalana constatan que los cuatro días con la temperatura más alta durante este siglo han sido este junio de 2025. Frente a este escenario de crisis climática, surgen proyectos como la startup Jungle Roofs, que busca enfriar las ciudades transformando las azoteas de los edificios en pequeñas junglas urbanas.
La idea de crear Jungle Roofs surge cuando uno de sus fundadores, Marco Ogno, veía cómo en los meses de más calor en Barcelona no era posible disfrutar de la terraza de su edificio por las temperaturas excesivas. A partir de ahí quiso desarrollar un entorno verde para poder pasar más tiempo en la azotea. En este punto, su socio, Lorenzo Campini, que es urbanista, pensó en cómo esta solución podría aplicarse a muchos otros edificios de la ciudad. De esta manera, se quería revertir el problema del efecto “isla de calor urbana”, explica Campini a Món Economia. Este fenómeno hace que las áreas urbanas experimenten temperaturas más altas que las zonas rurales que rodean este núcleo urbano. El problema suele ser causado por materiales de construcción que retienen el calor y la alta densidad de edificios que pueden dificultar la circulación del aire, pero también juega un papel importante la falta de vegetación en estas zonas para agravar la sensación de calor.

Con este escenario de crisis climática, la idea de aportar más espacios verdes a las ciudades a través de azoteas y cubiertas de edificios comienza a materializarse hacia la creación de Jungle Roofs en 2024, tal como explica Campini. A partir de aquí, desde la compañía se plantean “el gran objetivo” de cubrir el 30% de las azoteas infrautilizadas de Barcelona en espacios verdes donde se promueve que tanto empresas como ciudadanía financien la construcción y mantenimiento de estos. Aunque la compañía todavía se encuentra en la early stage de su actividad, desde Jungle Roofs apuntan hacia este propósito por el impacto ecológico. “Estamos hablando de millones de metros cuadrados que tenemos el objetivo de cubrir, pero queremos alcanzar esta meta porque los diferentes estudios de impacto climático apuntan a los beneficios climáticos medibles que tiene la incorporación de verde a esta escala”, apunta Campini.

La relevancia de los proyectos sostenibles
Precisamente ha sido en la parte de hacer entender los beneficios de este proyecto donde la compañía ha encontrado uno de sus grandes retos. Según Campini, crear la confianza suficiente con las comunidades de vecinos donde estas “junglas” urbanas se situarán ha sido una de las dificultades. “Los vecinos son nuestros primeros clientes, y debemos explicar bien la importancia de esta infraestructura para la transformación de la ciudad”, explica Campini. En este sentido, el cofundador de la compañía asegura que la educación y el cambio cultural hacia la sostenibilidad también es uno de los objetivos de la empresa, aparte del impacto urbanístico. “Renovar una cubierta con cemento tiene un costo similar a hacerlo con verde, lo que se necesita es un proceso social para comprender la relevancia de este cambio”, añade.
De momento el proyecto se está desarrollando en Barcelona, pero Jungle Roofs quiere poder expandirse a otras ciudades del estado español, como Madrid o Valencia, en los próximos años; además de otros lugares de toda Europa como Italia. «Esta ‘infraestructura’ verde se puede reproducir en muchos otros lugares donde también hay bastantes metros cuadrados sin utilizar y donde el verde puede tener un papel esencial», concluye Campini.