La oposición social y económica a la OPA hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell se calienta a medida que se acerca el fin de la fase 2 de estudio de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Las organizaciones empresariales, tanto catalanas como españolas, buscan vías para expresar su descontento por la posible fusión, así como por la actitud del regulador español presidido por Cani Fernández. La dirección del banco vallesano, cabe decir, se está aprovechando en la batalla por el relato público de la operación. Sobre el choque que ha planteado el mundo patronal -escenificado por Foment del Treball, Cepyme y la CEG este mismo martes en un acto conjunto en Madrid-, el presidente de la entidad, Josep Oliu, ha arengado a sus potenciales aliados para que continúen aplicando presión pública. «Es una OPA destacable por su capacidad de agrupar intereses en su contra«, ha ironizado en una intervención previa a la junta directiva de la patronal catalana de las pequeñas y medianas empresas, Pimec. En su discurso, que ha ido precedido de un recordatorio del informe que lanzó la entidad el pasado verano compilando los agravios que podría generar la OPA sobre el tejido de negocio del país, Oliu se ha lanzado a defender la posición de la trinchera vallesana.
Oliu identifica, visto el comportamiento del accionariado, una cadena de oposición que va desde los usuarios hasta el gran capital. «Es una OPA que no quieren los clientes, ¿cómo se puede decir que es buena para los accionistas?», ha cuestionado, en claro choque con las halagüeñas declaraciones que ha reiterado el presidente del BBVA, Carlos Torres, para reivindicar la compra. Ante la audiencia -pequeños y medianos empresarios- ha centrado su intervención en el rol del Sabadell en la sostenibilidad del tejido de negocio. El mundo corporativo, cabe decir, cada vez recela más de la situación en la que quedarían en caso de darse la fusión. El pasado verano, Pimec cifró en unos 54.000 millones de euros la erosión del crédito corporativo que sufrirían con el nuevo banco. Este mismo martes, Foment ha hecho más grande el agujero, hasta los 75.000 millones de euros, un 50% de la actividad inversora del Sabadell. Si la OPA tiene éxito, argumentaba el presidente Josep Sánchez Llibre, «muchas pequeñas y medianas empresas tendrán que cerrar».
En las últimas semanas, además, el Sabadell ha roto su silencio respecto a la calidad del análisis que está llevando a cabo la CNMC. El CEO de la entidad, César González-Bueno, se mostró comprensivo en un primer momento respecto a la decisión, entendiendo que Competencia excluyera del proceso a cerca de 80 entidades interesadas en dar su opinión. En un encuentro previo a la junta general de accionistas, sin embargo, cuestionó la segunda negativa: la decisión de Competencia de no consultar a las patronales en el test de mercado que forma parte de la investigación. «No es la mejor manera de garantizar la competencia», remarcaba entonces el directivo. En su intervención ante la junta de Pimec, Oliu ha ido más allá, y ha reprochado a la entidad pública que solo haya consultado a los dos bancos y al resto de principales actores del sistema financiero español. «Es como si le preguntas a la zorra qué le parece si sueltan las gallinas», bromeó Oliu; en tanto que, asegura, «los únicos beneficiarios de la fusión son los competidores». La oposición del tejido empresarial, que ha llevado a los tribunales la actitud de Competencia, podría llevar a Fernández a realizar un segundo test de mercado. En este sentido, Oliu ha avanzado que, posiblemente, la decisión definitiva del regulador llegará aún más tarde de lo previsto. «Se esperaba una decisión para este mismo mes de abril. Yo lo dudo, pienso que llegará entrado mayo», ha informado a los asistentes.

Las variaciones de la acción
En cuanto a los rendimientos económicos de la compra, el directivo catalán ha sido contundente. «Los números nos han dado la razón», ha recordado. La oferta inicial, cabe recordar, valoraba al Sabadell en torno a los 2 euros por acción. «Y hemos llegado a valer más de 2,8», ha añadido. El potencial de crecimiento, según las posiciones de los analistas, es dudoso: el consenso sitúa el objetivo poco por encima de los 2,5 euros la acción -por debajo de los niveles actuales-; pero las lecturas más halagüeñas lo elevan hasta los tres euros. En todo caso, la prima -que, según defendía Torres durante la primavera de 2024, «no desaparecería»-, se ha esfumado, en línea con las tesis vallesanas. «Nos llegó una oferta de fusión que sabíamos que no era lo suficientemente buena», ha argumentado Oliu.
En una reciente intervención en un acto organizado por el digital madrileño El Español, Torres aseguraba que, sin importar el precio de las acciones, la OPA es «más atractiva ahora que hace un año». A su parecer, la escalada de la cotización bancaria en los últimos 12 meses fundamenta una fusión más fuerte, una «entidad más provechosa» para los inversores, en caso de que logren culminarla. La solidez que el presidente atribuye a la entidad resultante es, argumenta, más valiosa que las ganancias inmediatas del intercambio. Ahora bien, la directiva del Sabadell lleva tiempo argumentando que el precio del intercambio propuesto por los vascos es clave para atraer a los accionistas, tanto los minoristas como los institucionales. «A este precio, los grandes fondos nos trasladan que no le ven sentido», relataba González-Bueno en un encuentro con periodistas previo a la junta de accionistas.
El pasado viernes, el BBVA envió a la CNMV un cambio en la oferta de intercambio que estableció el pasado abril, obligado por los dividendos entregados por ambas empresas a finales del primer trimestre. En concreto, la nueva cifra añade el pago de 0,41 euros por acción que recibieron los inversores vascos el pasado 10 de abril, y da cuenta de los 0,1244 que recibieron los catalanes. El nuevo folleto, si no hay más cambios antes de que se establezca la OPA, se concretará en una acción de nueva creación del BBVA y 70 céntimos por cada 5,3456 títulos del Sabadell facilitados.

Por ahora, el banco de Oliu cotiza a 2,68 euros, mientras que los vascos se van a 12,83. Aplicado el cálculo que proponen los de Torres, la prima es negativa a cuenta de unos 50 céntimos por paquete. Según las cifras del estudio elaborado por Pimec el pasado junio, el margen contra la OPA se mueve entre el 4 y el 6%. Por tanto, las condiciones sobre las cuales el CEO vallesano ve lejano el apoyo del gran capital a la operación se mantienen intactas, con dividendo o sin él. El mundo financiero madrileño, además, ve grietas en el plan de la dirección del Banco de Bilbao, que, según fuentes del mercado, se está revelando menos sólido de lo que se preveía.
Fondos activistas
Según voces del análisis financiero, los movimientos de algunos de los institucionales del Sabadell dentro del capital del banco catalán hacen dudar del plan de Torres. En concreto, este mismo martes, el banco norteamericano Goldman Sachs ha culminado su escalada en el accionariado sabadellense hasta el 3,1%, y se ha situado como quinto accionista. Los mercados ven a GS como uno de los opositores a la OPA dentro del accionariado. Más aún cuando la dirección sabadellense los incorporó como asesores para navegar la oferta vasca. Voces financieras apuntan que estas tácticas pueden leerse como activistas. «Quieren hacer de lobby para presionar al alza el precio», contempla el analista Javier Cabrera. Así, los institucionales que más dudas muestran ante los planes de Torres «piensan que el Sabadell vale más y toman posiciones fuertes para que, o bien la OPA se pague mejor, o bien que esta se cancele». En la misma línea se puede entender la aparición de la aseguradora Zurich dentro del banco catalán, que ya es el segundo con más títulos, un 4,1% del total. Cabe recordar que la multinacional helvética vehicula a través del Sabadell su oferta de seguros bancarios, un negocio que perdería en caso de fusión, porque BBVA tiene un acuerdo exclusivo con Allianz.
Otros perfiles sí que se han sumado al capital con ambición especuladora, a la búsqueda de una mejora de las cifras por parte de BBVA. Es el caso del especulador Marshall Wace, uno de los cortistas más activos del Ibex-35. En este caso, sin embargo, el 1% y algo que ha aflorado en el capital del Sabadell no es una apuesta bajista, sino un movimiento que confía en que Torres mejorará sustancialmente la oferta. También se lee en este sentido la entrada de Zürcher Kantonalbank, la banca de inversión helvética, que sí ha entrado en el banco catalán con «voluntad especuladora». Cabe decir que tanto el presidente como el CEO vizcaíno, Onur Genç, han rechazado consistentemente elevar por encima de los niveles actuales el valor de compra del Sabadell. Siguiendo las cifras de las cuentas anuales del banco, el margen para elevar el atractivo es de unos 1.900 millones de euros. Ahora bien, fuentes sindicales consultadas rechazan que las reservas se dediquen a fundamentar la OPA. «Todo aquello son dineros que no se dedican a mejorar las plantillas», rematan los representantes de los trabajadores bancarios.




