Fluidra es el ejemplo que siguen la mayoría de empresas catalanas que buscan internacionalizarse. Con una facturación de 564 millones de euros en el primer trimestre, la multinacional de piscina & wellness -el segundo actor mundial en su industria- lleva más de cinco décadas expandiéndose desde sus raíces en Cataluña hacia todos los mercados del planeta. «Ha habido temporadas de todo: hemos reído, pero también ha habido intriga y terror», reconoce su presidente ejecutivo, Eloi Planes, en su intervención en el último desayuno ejecutivo de Foment del Treball y la consultora PWC. Entre la multitud de obstáculos y sacudidas que ha tenido que superar la cotizada de Sant Cugat, sin embargo, el liderazgo asegura encontrarse en uno de los más peligrosos. La guerra arancelaria iniciada por Donald Trump -que el empresario ha calificado de «rifa», ante los movimientos erráticos del presidente de EE.UU.- a principios de abril genera una «incertidumbre en el sector» que puede marcar su futuro inmediato. «Frenamos contrataciones, frenamos inversiones, subimos los precios», enumera Planes, entre los agravios causados por los obstáculos comerciales. Además, el plan de la Casa Blanca, a su parecer, no llegará en ningún caso a buen puerto: el objetivo de relocalizar las cadenas de valor industriales fugadas durante los 90 y los 2000 a Asia o América Latina es inalcanzable. «Como buenos americanos, fabricamos muy poco en EE.UU. Y volver a traer la producción en masa al país es imposible», declara el empresario.
A pesar de la amenaza que suponen los aranceles, Planes celebra la «resiliencia» de su sector. Según los análisis de su departamento financiero, asegura, la catalana logrará cubrir los costos excepcionales causados por las tasas con líneas productivas más eficientes y un aumento de precios para el consumidor. Un factor, este último, que no debería restar atractivo de cara al usuario final, dado que «todos los competidores están en la misma situación». De hecho, asegura entre risas que «el impacto será cero, o quizás un poco positivo, porque siempre dejamos algo en el cajón». En cuanto a la ralentización de la economía estadounidense, Planes reconoce que lastrará la construcción de nuevas piscinas. «En 2024 solo se hicieron unas 60.000, muy pocas», recordaba. Sin embargo, esta línea de negocio solo genera el 30% de la facturación global del sector. El 70% restante proviene del mantenimiento, una actividad «muy resiliente», que soporta las sacudidas macroeconómicas. Así, los efectos del plan trumpista podrían llevar al «estancamiento» del mundo de la piscina, pero no mucho más allá. «Y, si consiguiéramos más certezas, quizás veríamos incluso un ligero crecimiento», añade.
OPA al Sabadell: «son necesarios bancos arraigados»
Durante su intervención, Planes también ha dejado entrever su oposición a la OPA hostil del BBVA sobre el Banc Sabadell. Cabe recordar que la entidad vallesana fue el primer gran inversor que se sumó a la compañía, en el año 2002, con una importante inyección de capital y dos asientos en el consejo de administración. Según el directivo, las aportaciones del Sabadell cambiaron la estrategia de la multinacional, y comenzaron el largo proceso de fusiones y adquisiciones que la han llevado a ser la segunda del mundo en su línea de negocio. «Nos hicieron ver que el crecimiento inorgánico generaba valor, y ayudaron al cambio generacional», recuerda. En este sentido, ha subrayado la necesidad de contar con «bancos arraigados en el territorio, que ayuden a las empresas», con una referencia velada a «la situación que vive» el banco catalán.

A raíz de la acelerada vinculada al Sabadell, de hecho, Planes destaca su exitosa salida a bolsa en 2007. «Éramos como el Barça de Guardiola: chutábamos desde el centro del campo y el balón entraba por la escuadra», ha bromeado -pidiendo disculpas al presidente de la patronal, Josep Sánchez Llibre, que tuvo que aguantar la respiración hasta la última jornada de LaLiga, hasta que el Espanyol logró la permanencia-. En contraste, durante la larga salida de la crisis financiera de 2008 «intentábamos, pero no entraba ni una». La multinacional superó definitivamente la década perdida por la Gran Recesión en 2017, cuando inició la fusión con Zodiac y aterrizó definitivamente en el mercado norteamericano. «Desde la operación, somos los segundos mejores del mundo en lo que hacemos, y ya comenzamos a ver al líder del pelotón, allá al fondo, cuando hay una recta larga», ha reflexionado el presidente ejecutivo, esta vez con una metáfora ciclista. A medio y largo plazo, el objetivo es apropiarse del maillot amarillo. «Conquistamos una cima y vamos por la siguiente: la visión de futuro es liderar el sector», ha sentenciado Planes.
Empresas catalanas
El «gran reto» del crecimiento de Fluidra, según el directivo, es mantenerse arraigado. «Vamos mucho de abajo hacia arriba», ha defendido, en una estructura que se detiene a «escuchar» cada uno de sus territorios. Sin embargo, a pesar de la «descentralización», Planes sostiene la necesaria identificación de los empresarios con el país. «Son un activo de valor incalculable», argumenta. Para mantener esta buena práctica, toma como ejemplo el tejido alemán de medianas empresas, el conocido como mittelstand. «Empresas especializadas, arraigadas, de tamaño mediano y de su nicho», ha definido. Ante los miembros de Foment, ha enumerado los casos de éxito de firmas catalanas que han superado este rango medio; desde Casa Tarradellas hasta Puig. Sobre estos ejemplos, reclama «valorar la figura del empresario, que se vea con orgullo y respeto». Atrapado entre los 50 años de actividad y un futuro transformado, pues, Planes acepta la «mochila» del legado empresarial de Fluidra y del conjunto del tejido empresarial catalán. «La llevamos puesta, y debemos asegurar que siga adelante», se ha comprometido.