La patronal catalana de las pequeñas y medianas empresas, Pimec, ha iniciado este viernes una ronda de consultas con los líderes de los principales partidos políticos del país para alertar sobre los estragos que, a su parecer, causará la reducción de jornada en el tejido empresarial. El primer encuentro ha sido con el presidente de la Generalitat en el exilio y presidente de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, que ha recibido al presidente de Pimec, Antoni Cañete, en Waterloo. Según ha descrito la organización, Cañete ha trasladado la «inviabilidad» de la medida. Para el dirigente empresarial, la propuesta de las 37,5 horas está «desconectada de la realidad empresarial y de las necesidades del país, con déficits claros en el mercado laboral». Cabe recordar que Junts será clave en la votación para sacar adelante la reforma en el Congreso de los Diputados, y es el único partido de la mayoría de investidura de Pedro Sánchez que ha anunciado su voto negativo.
En el encuentro, Cañete criticó las formas de la Moncloa en la aplicación de la medida. Cabe recordar que el ministerio de Trabajo y Economía Social dirigido por Yolanda Díaz solo cuenta con el apoyo de los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, en su proyecto. La patronal española, la CEOE, ha mostrado a menudo su oposición -muy vehemente- a la jornada reducida, mientras que otras patronales del Estado se han sumado a su discurso. En este sentido, el presidente de Pimec considera que aprobar una reforma de estas características solo con el sí de la parte social sería un «fracaso del diálogo social estatal». En este sentido, reclama incluir en el debate las preocupaciones del empresariado, como el fomento de la formación profesional o las mejoras de la productividad.

Las 37 horas y el peligro de Trump
Según Cañete, reducir la jornada sin recortar el salario a los trabajadores en los términos que propone Díaz comportaría unos «sobrecostes evidentes e inasumibles para las empresas de menor tamaño». El impacto sería especialmente pernicioso en el marco de la guerra arancelaria global iniciada por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Algunos sectores exportadores catalanes, como el de la maquinaria industrial o el químico, están en la línea de fuego, y su estabilidad tambalea incluso con las 40 horas actuales. En este sentido, el presidente de Pimec alerta que la batalla comercial «puede afectar gravemente la competitividad de las empresas y distorsionar las cadenas de suministro, agravando aún más la situación de las pymes».