Pimec pose sobre la mesa una propuesta alternativa a la de la gran empresa para favorecer el retorno de las sedes sociales en Cataluña. La patronal presidida por Antoni Cañete propone un incentivo fiscal para los negocios que «tengan la sede allá donde tiene su actividad principal». Con esta fórmula, según Cañete, se intensifica el atractivo catalán para el sector sin «discriminar» aquellas compañías que decidieron quedarse en el país a raíz del referéndum del 1 de octubre. También, pero, a aquellas que han abandonado Cataluña «por cuestiones fiscales», un fenómeno mucho más común entre la pequeña empresa que no las presiones políticas. Con esta reclamación, la entidad busca mejorar el atractivo del territorio para establecer sedes sociales esquivando lo
«Las sedes sociales tendrían que ser dónde es la actividad de la empresa», razonaba Cañete en un almuerzo con la prensa. A pesar de que ya es un requisito normativo de cara a las empresas, el presidente de la patronal insta las administraciones a «favorecer» que el tejido de negocio lo cumpla. La recuperación de las sedes sociales en Cataluña, pero, se tiene que desvincular de cualquier «medida en negativo» que penalice las firmas que deciden aterrizar en otros territorios, en cuanto que las empresas, para el dirigente, «tienen que tener libertad para ser donde quieran ser». En un sentido similar, proclama la necesidad de palancas para mejorar la situación de la actividad empresarial en Cataluña, como por ejemplo una «reforma profunda de la administración pública» que evite que las instituciones públicas del país sean «extractivas en vez de tractoras». «Estamos creando una máquina burocrática que genera tantos costes que no nos permite hacer inversiones», lamenta.

Orden a la nueva financiación
La mejora de la salud de los sector privado catalán también la define, a ojos de Pimec, el modelo de financiación que sufre el país. En este sentido -y en un momento de activas conversaciones para la reforma del reparto de los recursos en el Estado-, Cañete exige aplicar «el principio de ordinalitat» en la asignación fiscal española. «No puede ser que Cataluña aporte el 19% de la recaudación y reciba solo el 13%, con inversiones ejecutadas de poco más del 30%», critica el representante patronal. En este sentido, reconoce la necesidad por parte del tejido económico catalán de ser «solidarios, porque somos una economía rica». «Pero no podemos olvidar el ordinalitat», reitera el empresario.
Perspectivas para la ley de cámaras
En cuanto a uno de los conflictos legislativos en que Pimec ha sido más señalada -la aprobación de la ley de Cámaras de Começ catalana-, Cañete se ha mostrado optimista de cara al 2024. A pesar de que niega «haber rechazado nada», mantiene una posición inamovible en cuanto al «papel de los actores del diálogo social»; una categoría de la cual no forman parte las Cámaras. El cambio de gobierno en Barcelona, comenta, «facilitará» las negociaciones, en palabras del presidente, en cuanto que coincide con Josep Santacreu en las posturas en cuanto al rol de la corporación dentro de la estructura económica del país. «El que no volamos -rebate- es que se retuerza la función de las Cámaras respecto de la de los agentes sociales».
Una «buena cosecha» para Pimec
La patronal ha aprovechado el fin del curso para comunicar sus resultados finales. Pimec, según ha confirmado Cañete, ha superado sus perspectivas en cuanto al resultado económico, con unos ingresos de 22 millones de euros que han permitido un balance positivo de unos 800.000. La organización de las pequeñas empresas catalanas, celebra, «tiene más socios que nunca», con más de 140.000, una alza del 8% en términos interanuales. El censo total, así, supera el 50% de las empresas con más de un trabajador en Cataluña. Así, Pimec encara el próximo curso con un presupuesto de unos 23 millones, hecho que permitirá «aumentar las actividades» y los servicios generales que la organización ofrece a sus asociados. «El 2023 ha sido un año de activismo empresarial, con una cosecha excelente», concluye.