La patronal de las pequeñas y medianas empresas de Cataluña, Pimec, ha culminado este martes por la noche la celebración de su medio siglo de vida. Los 50 años de la fundación de la Sefes, una sociedad anónima que operaba en la clandestinidad durante el tardofranquismo para representar el tejido de negocio del país, se ha conmemorado con una gira que ha llevado al presidente de la entidad, Antoni Cañete, a muchas de las delegaciones del territorio. La asociación empresarial la ha culminado, «de manera simbólica», en palabras de su presidente, en el primer acto celebrado en el nuevo auditorio de la reformada sede de la calle Viladomat. En su intervención, Cañete ha anunciado que se presentará a la reelección en el proceso electoral que enfrenta a principios de 2025, tras haber tomado el relevo del histórico Josep González en 2021 -entonces con la oposición de una candidatura alternativa, Eines Pimec; ahora aún sin alternativa-. De cara a las elecciones internas, el dirigente patronal ha celebrado los desarrollos de los últimos años en el ámbito del diálogo social, unos avances que los han llevado al «cénit de la institución«. Entre otras autoridades, han protagonizado la jornada un grupo de presidentes de la Generalitat, con discursos de Jordi Pujol, José Montilla, Artur Mas, Carles Puigdemont -telemáticamente-, Quim Torra, Pere Aragonès y Salvador Illa.
Entre los elementos destacados de su presidencia, Cañete ha subrayado la entrada de Pimec en el Consejo Económico y Social español como entidad representativa del tejido de negocio, la primera vez que una patronal «específicamente de pymes» accede a un órgano de este nivel. Ha retomado puntos clave de su discurso desde su acceso a la presidencia, recordando que el Estado «no habría completado la transición democrática hasta que las pymes no tuvieran voz propia en el diálogo social». Un hecho, cabe recordar, aún no logrado a escala española, dado que la CEOE monopoliza todavía la representatividad del sector privado en la negociación colectiva. También ha puesto especial énfasis en la reciente reforma del impuesto de sociedades, vehiculada a través del grupo de Junts per Catalunya en el Congreso de los Diputados, mediante la cual las firmas de base verán reducida su presión fiscal en cinco puntos, del 25 al 20%. «Había pequeñas tiendas con una fiscalidad mayor que las grandes corporaciones; reducirla era un elemento de justicia», ha afirmado Cañete.
La principal reivindicación a futuro del presidente de la patronal, reconocida por el conjunto de los líderes políticos presentes, es la «desburocratización» de la actividad empresarial. Ha recordado, en este sentido, los poco halagüeños datos publicados por el observatorio de la pyme, según los cuales las pequeñas y medianas empresas del país ocupan 42 horas al mes en «llenar papeleo». En este sentido, el presidente de la Generalitat Salvador Illa ha hecho suya la demanda de la «reforma de la administración», aunque ha remarcado la ambición empresarial con una defensa de la institucionalidad. «Una sociedad sin normas no funciona», ha sentenciado Illa; aunque ha reconocido que la normativa debe ser «un acompañamiento y no un obstáculo» para los emprendedores catalanes. Similar ha sido la aportación del presidente Artur Mas, que ha hecho un llamado a la ligereza administrativa para que las administraciones «no sean un freno sino un estímulo» para el talento del país; recordando el protagonismo de González en las conversaciones para iniciar este proceso.

Un jefe del ejecutivo especialmente administrativo ha recordado también otros puntos clave de la legislatura, como la expansión de las energías renovables o la gestión hídrica, y ha alabado las «aportaciones concretas y tangibles» que Pimec, como parte del diálogo social, ha hecho en estos ámbitos. También ha recogido el guante de Cañete en el reconocimiento a la penetración europea de Pimec, «el único actor del diálogo social catalán con estructura en Bruselas». «Debemos estar en Europa, que es nuestro campo de juego», ha reclamado Illa; especialmente frente al regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
El «compromiso con la libertad» de las pymes
Más allá de su actividad empresarial, varios de los presidentes de la Generalitat presentes en la jornada han querido destacar el rol de Pimec en el apoyo al avance nacional de Cataluña, especialmente en los momentos más tensos de la última década. Así se ha expresado el presidente de la Generalitat en el exilio Carles Puigdemont en su breve intervención telemática desde Waterloo, que ha alabado a las pequeñas y medianas empresas del país como «colaboradoras necesarias y aliadas» no solo de la «prosperidad», sino de la «libertad de nuestro país». El presidente en el exilio ha vinculado próximamente la «manera de hacer» del tejido empresarial de base con el espíritu social catalán, contrapuesto con los «grandes poderes políticos, económicos y sociales» concentrados en Madrid. «A derecha e izquierda, es más cómodo tener unos pocos, grandes interlocutores», ha acusado el líder de Junts; que ha situado en la trinchera propia el «mosaico rico y complejo» que representan las pequeñas y medianas empresas catalanas. Contra esta uniformidad marcada por los grandes poderes económicos, el presidente José Montilla ha celebrado el «carácter plural de la nación, que es más nación en la medida que todos se pueden sentir incluidos»; un objetivo en línea con la diversidad del tejido económico del país.

El presidente Quim Torra, en línea con Puigdemont, ha celebrado el papel de la pequeña y mediana empresa en las movilizaciones a favor del «derecho a decidir» de Cataluña. «Se estuvo al lado del país, y es nuestro deber agradecer aquel posicionamiento», ha celebrado Torra, en referencia, entre otras posturas, al Manifest del Far; el entendimiento empresarial a favor del derecho a decidir de Cataluña. En este sentido, Aragonès ha destacado el mérito de la historia empresarial y productiva de Cataluña «sin un Estado y sin grandes capitales para llevarla adelante», ya desde la primera revolución industrial. Así, el presidente se ha sumado a sus predecesores en la identificación del espíritu nacional catalán con el tejido de pymes. «El país se hace con esta manera de hacer las cosas», ha destacado Puigdemont, que ha vinculado la capacidad del empresariado del Principado de generar el tipo de riqueza que busca a la «soberanía necesaria para hacerlo posible».
Una Cataluña «optimista»
Tanto Cañete como los siete presidentes de la Generalitat han defendido una visión optimista del futuro económico catalán. En la intervención que ha abierto la jornada, Jordi Pujol ha reconocido a las pymes la «capacidad de mantener el equilibrio general del país y su bienestar», una responsabilidad que reconoce históricamente, y que pide mantener a futuro. «Entre los diversos factores que pueden ayudar a que un país vaya bien, destaca la gente con ideas y ambición», analiza Pujol, como las que concede a las pymes catalanas. Sobre este fundamento, Aragonès ha hecho un llamado a «confiar en la economía del país», conformada mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas; especialmente después de años de crecimientos del PIB «superiores a la media del entorno europeo». En adelante, Torra ha echado mano de Mercè Rodoreda. La escritora, recuerda, «decía que la mejor manera de servir al país era hacer lo que mejor sabía hacer, que era escribir. Ahora os pido que sirváis al país con el talento para crear la riqueza que podemos distribuir entre todos».