El sector de las telecomunicaciones siempre ha estado de difícil acceso por culpa de la gran inversión que supone desplegar toda la tecnología e infraestructura que requiere. Ahora bien, con la llegada de la fibra óptica, todo hacía pensar que este hecho cambiaría y empezaron a surgir operadoras más pequeñas que aportan más competencia a un mercado que, aun así, sigue siendo un oligopolio encubierto. En Cataluña, este empeño por las operadoras de telecomunicaciones ha llevado a tener más de 70 repartidas por todo el territorio -la mayoría muy pequeñas- que lamentablemente en los próximos años tendrán que luchar, de nuevo, contra la concentración del sector después de las últimas modificaciones legislativas de la Unión Europea, que busca tener pocos operadores y muy grandes. Los ejemplos de estos operadores son claros, Telefónica, Vodafone, Orange, Tim o Deutsche Telekom.
Ante esta circunstancia, el CEO y fundador de Parlem Telecom, Ernest Pérez Mas, asegura que si las empresas catalanas no quieren acabar diluidas en empresas más grandes, la solución es juntarse en un solo operador catalán y así, como mínimo, poder negociar mejores condiciones gracias al gran número de clientes que podrían llegar a captar. Ahora bien, el empresario catalán también recuerda que estas operadoras catalanas apenas llegan al 5% de la cuota de mercado, el que quiere decir que el 95% del mercado lo ocupan las operadoras tradiciones como Telefónica, Orange o Vodafone.

Ante este conflicto ya tenemos los primeros casos de concentración de empresas de telecomunicaciones en Cataluña. El último ejemplo fue el nacimiento de Vera, surgido de la fusión entre Goufone, Iguana y Soomfibra. De hecho, el CEO de la nueva compañía, Marc Mundó, asegura que en los últimos años se ha producido una concentración enorme dentro del sector porque, en efecto, si estos operadores locales quieren competir en el mercado actual tienen que unirse para sobrevivir. De hecho, a largo plazo Mundó coincide con Pérez Mas y también le gustaría que se llegara a la creación de un operador nacional con capital 100% catalán e infraestructura propia, un hecho que sería clave para las infraestructuras del país.
Por su parte, los fundadores de Fibracat, Meritxell Bautista y Josep Olivet, recuerdan que la idea de esta concentración surge de la normativa europea y ha provocado que todo el mercado europeo haya tendido a esta fusión de empresas. De hecho, ellos defienden que estas fusiones también llegan para aspirar a competir con las grandes operadoras. Ahora bien, todo y esta aspiración, consideran que si las operadoras locales quieren ser realmente competitivas tendrán que buscar algún tipo de colaboración o alianza con una gran empresa para poder acceder en mejor tecnología. Además, todo este contexto se une al hecho que las grandes empresas y fondos de inversión también han entrado en una fase muy agresiva de compra o absorción de operadoras más pequeñas.

Vender «es un riesgo»
Ante esta situación hay empresas -como hizo Fibracat en su momento- que optan para dar entrada a fondos de inversión externos, como recientemente ha sido el caso de la catalana XTA. Jordi Bastardas, fundador y director general de la compañía, asegura que, evidentemente, dar entrada a un fondo de inversión es un riesgo para la compañía, porque siempre puede salir mal. A la vez, pero también recuerda que es una oportunidad para la empresa de seguir creciendo y aglutinar más infraestructura. En esta línea, asegura que su confianza en el fondo, Olin Group, cumple las condiciones necesarias que buscaban desde XTA y añade que ellos hacían un año y medio que buscaban un socio financiero para dar un nuevo impulso en la empresa y poder llegar a alcanzar todo el territorio catalán. De hecho, Bastardas considera que haber seguido solos también hubiera sido un riesgo y ahora pueden mantener el proyecto y el equipo de cara al futuro, aunque admite que, evidentemente, en caso de discusión quien acabará mandando será el fondo de inversión. Además, añade que a pesar de que el fondo tenga la sede a Madrid, él cree que si fuera catalán la situación sería muy parecida y no cambiaría demasiado.

Sobre esta venta de un negocio local, Bautista y Olivet, que lo han vivido, recuerdan que el volumen de inversión para una operadora es altísimo y añaden que llega un momento en el cual «no puedes crecer más por tú solo» y tienes que acabar buscando una inversión externa. A la vez, los cofundadores de Fibracat recuerdan que detrás de estas operaciones hay una intención genuina de crecimiento de la compañía y que cuando acceden a la entrada de un fondo o empresa más grande te tienes que acabar fiando de los contratos firmados. Aun así, recuerdan que si no se cumplen los contratos hay repercusiones legales, un camino que ellos mismos ya están siguiendo. Sobre la compraventa de empresas, Bautista añade que ahora mismo el sector de las telecomunicaciones a Europa vive un momento muy competitivo e incluso un poco de «canibalismo», puesto que muchas empresas están aprovechando para comprar y cree que las empresas pequeñas «lo pasarán mal».
Sobre esto, Bastardas añade que él cree que los operadores locales se seguirán vendiendo en los próximos años, puesto que en el negocio de las telecomunicaciones o creces o decreces y no hay un promedio normalmente. Además, considera que si adhiriéndose a empresas más grandes se los brinda esta oportunidad de seguir creciendo. Ahora bien, también avisa que fusionándose, como ha sido el caso de Vera, a veces puede ser complicado, puesto que cada empresa funciona diferente y no siempre puedes encontrar puntos en común.

Con la venta de empresas se pierde «la visión del territorio»
A propósito de esto, hay que recordar que en los últimos años han sido varias operadoras catalanas las que han sido vendidas a fondos de inversión extranjeros, como recientemente ha hecho XTA o ya hizo la misma Fibracat hace un par de años. Ante esta situación, Mundó lamenta que con la entrada de estos grandes players al mercado catalán «se pierde la visión del territorio», que era el que caracterizaba las empresas locales los últimos años.
Por su parte, Pérez Mas considera que estas ventas son una «noticia lamentable» por el sector de las telecomunicaciones catalán. A la vez, el CEO de Parlem ha asegurado que el camino que ha emprendido XTA le recuerda al que pasó con Fibracat. A todo esto, ha sentenciado que no cree que sea realista que una empresa invierta más de 100 millones de euros en una compañía que solo en factura ocho, añadiendo que el anuncio es para «disimular».
La fusión de MásMóvil y Orange no dejará nada en Cataluña
A toda esta situación, se le suma que en los próximos meses, si todo va tal como está previsto, se consumará la fusión entre MásMóvil y Orange, que originará el operador de telefonía más grande de todo el Estado, incluso por ante Telefónica. Ante esta circunstancia, tanto los cuatro empresarios del sector aseguran que el más probable es que ninguna empresa catalana podrá asumir la compra porque no hay bastante músculo empresarial y la idea, además, es que quien compre esta red acontecerá -salvo de sorpresa mayúscula- lo cuarto operador del estado. En definitiva, que pase el que pase para los operadores catalanes, todo continuará igual, puesto que tendrán que seguir alquilando la red de telefonía móvil a una gran empresa de telecomunicaciones de ámbito estatal. De hecho, Olivet considera que las empresas mejor situadas por esta compra son Digi, Adamo – con sede en Barcelona-, Finetwork y Avatel, aunque la primera de la lista es la que tiene más números para llevárselo.