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OPA al Sabadell, un año después: entre el «descarrilamiento» y el favor de Competencia

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia no quiere dejar pasar un día más sin resolver el estudio de la OPA del BBVA sobre el Banco Sabadell. Exactamente un año después de la filtración que reveló la segunda ofensiva de Carlos Torres por el banco catalán -tan criticada por el mercado-, la autoridad de competencia española deberá resolver por fin los términos de la potencial adquisición. El organismo que preside Cani Fernández llega a la meta once meses después de iniciar el estudio, cinco de los cuales inmerso en una fase 2 muy accidentada. El próximo miércoles, inversores y clientes conocerán finalmente los obstáculos que deberá superar el banco vasco si quiere integrar al Sabadell. Las escasas informaciones que se filtran en el mundo financiero apuntan que el banco comprador no sufrirá especialmente para cumplir con las nuevas demandas. Aun así, la oferta llega con una salud frágil, y con el banco opado subiendo en la bolsa cada vez más lejos del equilibrio con el intercambio planteado la pasada primavera.

El consenso de los analistas financieros, desde el inicio del proceso, apuntaba que la OPA hostil debía ser un blitz: BBVA estaba especialmente interesado en llevar a cabo la compra lo antes posible, aprovechando un momento de fragilidad económica, un entorno de resultados récord y unas amenazas económicas y geopolíticas que eran todavía una promesa de futuro. Un año después, los inversores ya han probado el peligro: los aranceles de Trump han puesto en peligro algunos de los mercados clave de los vizcaínos, las entidades luchan como pueden con las bajadas de los márgenes de intereses y las acciones de ambas firmas se han movido a favor del Vallès. Ya desde las primeras semanas del año, los títulos del Sabadell superaron ampliamente la valoración impuesta por Torres, eliminando toda la prima del intercambio -unas 5,3 acciones catalanas por una vasca y un pago de unos 70 céntimos, tras ajustar el precio a dividendos-.

El precio de la OPA se puso patas arriba ya en el mes de enero, y los accionistas del Sabadell comenzaron a alertar que la valoración no era correcta. En una entrevista con Món Economia, el presidente de la Asociación de Minoritarios del Sabadell, el exdiputado de Unió y asesor de presidencia de Foment del Treball Jordi Casas, aseguraba que “a este precio, la oferta no tiene sentido”. Una lectura que comparten los directivos del banco catalán, que han llegado a asegurar que el intercambio “descarriló hace tiempo”. Según ha explicado en varios encuentros con medios el CEO de la compañía, César González-Bueno, las dudas han llegado incluso a los accionistas institucionales -los grandes fondos de inversión-. En palabras del directivo, “a estos niveles, no lo ven claro”.

El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, en su llegada a la junta de accionistas / EP
El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, en su llegada a la junta de accionistas / EP

En el último mes, además, los títulos vallesanos han tomado aún más distancia. Según las cifras de la bolsa española, desde finales del pasado marzo las acciones clase A del Sabadell se han revalorizado más de un 1,5%, mientras que las del BBVA han perdido un 1,67% de su evaluación bursátil. La publicación de los resultados trimestrales, además, no ha favorecido a los vascos, que han chocado con el intenso retroceso del Ibex tras el apagón general que dejó la península Ibérica a oscuras el pasado lunes. En la jornada de este martes han perdido más de un 2% de su valor, mientras que los catalanes han amortiguado mejor el golpe, con un 1,51% en rojo. Aun así, el balance trimestral presentado por Torres, con un aumento del beneficio del 23%, da aún más argumentos a los inversores que reclaman una mejor oferta por el capital sabadellense. Los 2.900 millones de beneficio declarados por el Banco de Bilbao han elevado su margen de capital por encima del 13%. Así, dejan atrás en cerca de cuatro puntos el mínimo regulador impuesto por el BCE, lo que otorga un importante margen para valorar al alza las acciones del Sabadell. Un margen que, antes del primer trimestre, ya era amplio: los resultados anuales facilitaban el acceso a unos 1.900 millones de euros para aumentar la carga de la OPA. Ahora, la cifra supera los 2.000 millones.

La batalla por la fusión

Una vez la CNMC complete la fase 2 de estudio, la OPA pasará a manos del ministerio de Economía, que tendrá tres semanas adicionales para estudiar una oferta a la que siempre se han opuesto. El ministro Carlos Cuerpo, de hecho, ha sido una de las voces más vehementes contra la potencial adquisición, en alerta por los efectos perniciosos sobre clientes particulares y corporativos en todo el Estado, pero especialmente en Cataluña y en la Comunidad Valenciana. En esta fase 3, el Consejo de Ministros puede imponer sus propias condiciones, siempre que estas no se refieran al ámbito de la competencia. En los últimos meses, Cuerpo ha esgrimido argumentos de integración financiera y equilibrio territorial para justificar su oposición; mientras que el ministerio de Trabajo y Economía Social de Yolanda Díaz se ha resistido contra los potenciales despidos fruto de la integración -unos 5.000, según la directiva del Sabadell-. La Moncloa podría, incluso, prohibir la fusión, y obligar al BBVA a mantener ambas empresas separadas.

La posibilidad de una compra sin fusión ha enfrentado a las directivas de Sabadell y Bilbao, que han defendido posturas diametralmente diferentes. Torres y Genç han insistido en las numerosas tribunas públicas que han ocupado durante la campaña de la OPA que las sinergias -las posibles reducciones de costos- se mantendrían incluso con los bancos separados. Desde Sabadell, sin embargo, se ha alertado a los inversores que buena parte de la complementariedad desaparecería. Para González-Bueno, sin un gran cierre de oficinas, despidos y unificación de sistemas, difícilmente se podría alcanzar el ahorro que espera BBVA.

El presidente del BBVA, Carlos Torres, durante la Junta General de Accionistas del banco / EP
El presidente del BBVA, Carlos Torres, durante la Junta General de Accionistas del banco / EP

La trinchera empresarial

A medida que se ha acercado la resolución de Competencia, el mundo empresarial catalán ha elevado la presión sobre las autoridades españolas. En su primer test de mercado, cabe recordar, el organismo rechazó la participación de cerca de 80 organizaciones patronales, sindicales y económicas. La negativa provocó el rechazo del mundo corporativo, que ha elevado el tono contra Fernández. Foment del Treball, sin ir más lejos, llevó a la Audiencia Nacional la decisión, buscando impedir, incluso, que la OPA pueda salir adelante. Por otra vía, la patronal de las pequeñas y medianas empresas de Cataluña, Pimec, ha reclamado a la CNMC que detenga el procedimiento de compra, alegando los agujeros de financiación que podrían sufrir las pymes del país en caso de concentración bancaria. Poco antes de la resolución, la comisión lanzó un segundo test de mercado ligeramente más abierto, pero sin la participación de todos los afectados. Pimec, según ha podido saber este medio, sí recibió la invitación para participar; mientras que desde Foment «no han sabido nada». El veredicto final de competencia, pues, llegará previsiblemente el próximo miércoles sin el input del conjunto del tejido empresarial.

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