Lo Banco Sabadell intenta transmitir calma a los accionistas después de la no oposición del Banco Central Europeo a la OPA del BBVA. Después de una corta reacción de la entidad el pasado jueves al atardecer, su presidente Josep Oliu ha vuelto a recordar ante los accionistas los escollos reguladores que todavía tiene que superar la compra por parte del banco bilbaíno. En una carta a los inversores, Oliu se ha remitido a las necesarias respuestas de la Comisión Nacional de Mercado de Valores; así como de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia y el gobierno español, antes de dar por hecho la adquisición hostil. Como ya apuntaba el Sabadell en su primera nota, el presidente ha señalado que Frankfurt baza su respuesta en criterios técnicos, como por ejemplo la solvencia de la entidad resultante de la potencial fusión. En este sentido, ha dado especial relevancia al diagnóstico de los reguladores españoles.
En defensa de la postura contraria a la OPA, Oliu ha insistido en los efectos perniciosos que una unión de los dos bancos tendrá sobre la financiación de las pequeñas y medianas empresas, especialmente las catalanas y valencianas, las más expuestas a la capitalización del Sabadell. El proceso, en este sentido, es «largo y complejo»; y tendrá que superar la intensa oposición de Moncloa. El ministro de economía, Carlos Cuerpo, reiteró el pasado martes el «pie en pared» que el gobierno español sostiene respecto de una operación que rechaza desde el primer día. Por su parte, la dirección del Sabadell emitirá un informe valorando la oferta, esperando haber «divulgado información clara, transparente y completa sobre todos los aspectos de la oferta que puedan afectar su valor». En caso de que se superen todos los trámites -si bien el más relevante es el de la CNMV- serían los accionistas los que tendrían la última palabra; y el BBVA buscaría el apoyo de más de la mitad del capital.

atrás a la bolsa
La aceleración del proceso de OPA ha erosionado, en las últimas jornadas, el valor en bolsa de ambas entidades. Sin ir más lejos, este mismo viernes el ente vasco se ha dejado un 2,13% al parqué madrileño; mientras que el de origen catalán ha retrocedido un 2,06%. Hoy por hoy, los títulos del banco dirigido por César González Bueno ostentan un valor de 1,8 euros; mientras que los de Carlos Torres frotan los 9 euros por acción. En la última semana, ambas entidades han perdido un 7% del valor total; si bien no todo es atribuible a la potencial adquisición. De hecho, todas las entidades financieras de la Ibex han hecho pasas atrás desde lunes, si bien cabe tan intensa como la de los dos afectados. Así, Unicaja ha descontado un 5,6% del valor de la acción; mientras que el Santander se ha dejado un 4,5% y CaixaBank un 2,6%. Bankinter ha sido la menos afectada, con una bajada del 0,78%.