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Naturgy evita por ahora el regreso a Cataluña: «Lo debatiremos cuando toque»

El presidente ejecutivo de Naturgy, Francisco Reynés, ha negado cualquier conversación, por ahora, para recuperar la sede en Cataluña. Preguntado por la posibilidad de regresar siete años después de haberse trasladado tras el referéndum de independencia del 1 de Octubre, el directivo ha sentenciado que «lo debatiremos cuando toque y haremos lo que tengamos que hacer»; subrayando que es un tema que aún «no se ha debatido» en el seno del consejo de administración. La energética sostiene una posición más abierta que la que declaró CaixaBank en su presentación de resultados anuales, que descartó el regreso alegando el arraigo de la estructura de Bankia en la Comunidad Valenciana. Reynés, además, ha recordado la «relevancia» del Principado en la operativa de la compañía: «tenemos algunas de las principales filiales del grupo con sede social allí», ha subrayado el presidente ejecutivo.

Durante la rueda de prensa dedicada al balance anual de la cotizada, así como al plan estratégico que cubrirá el período 2025-2027, Reynés ha reivindicado la paz entre los accionistas, entre rumores de posible malestar, así como el regreso del interés de la compañía de Abu Dhabi Taqa por recuperar la OPA sobre la energética que cayó a mediados de 2024. «Todas las medidas del plan estratégico se han aprobado por unanimidad», ha destacado. «Nunca ha habido guerra». En este sentido, han puesto el foco sobre la autoOPA presentada por la compañía para adquirir unos 88 millones de acciones a un valor de 26,5 euros, una inversión de poco más de 2.300 millones de euros para mejorar la liquidez y ampliar el capital flotante, afectado durante los últimos años por la concentración de participaciones de accionistas relevantes.

Con este movimiento, la compañía espera devolver al mundo retail un 5% adicional de sus acciones para alcanzar el 15% del capital dedicado a los minoristas, una exigencia que ya puso sobre la mesa la Comisión Nacional del Mercado de Valores el pasado otoño, y que ya provocó su expulsión de los índices MSCI a principios de 2024. «Regresar a los índices es importante, porque es donde participan las compañías importantes por capitalización, y atraen a otros inversores», ha declarado.

Todos los accionistas mayoritarios de la compañía se han mostrado, según la dirección, dispuestos a adherirse a esta autoOPA en busca de un capital más líquido. De este modo, una vez superado el 25% de asignación general que prevé la legislación española, tanto Criteria (26,7%) como GIP-BlackRock (20,7%), así como CVC (20,6%) e IFM (16,9%), todos ellos con representación en el consejo de administración, se desharían de la parte proporcional de su capital en esta OPA. No han aclarado, sin embargo, si ya han llegado al compromiso para estas cifras, aunque lo asumen partiendo de la unanimidad de los apoyos al proyecto. Cabe señalar, sin embargo, que el precio establecido por el consejo de administración, esos 26,5 euros por acción, está por encima del nivel al que el mercado cotiza las acciones de Naturgy. A finales de la sesión de este jueves, los títulos de la multinacional se mueven en torno a los 25,6 euros. En este sentido, Reynés ha reivindicado la decisión, señalando que la etiqueta establecida «debe ayudar a que los accionistas se adhieran al ejercicio». Ha negado, sin embargo, que el precio de la compra voluntaria establezca una referencia para futuras ofertas de adquisición, una conversación que «no corresponde» a la dirección corporativa. «Nosotros somos la compañía, eso se debe preguntar a los accionistas», ha respondido el presidente ejecutivo.

Fachada de la sede de Naturgy en Madrid / Eduardo Parra / Europa Press

«Facilitar» los movimientos de acciones

Preguntado sobre las intenciones de algunos accionistas mayoritarios de salir del capital, Reynés ha celebrado que «haya interés por la compañía» por parte de inversores externos. «Eso es bueno», valora, en tanto que «nadie compra por encima del precio que cree que tiene algo». El directivo ha reiterado que la relación entre el accionariado es positiva, disipando teorías que dicen que esto es «un gallinero»; si bien acepta las intenciones de permitir mejor movilidad entre el capital -precisamente, a través de una mayor liquidez del capital, como la que permitirá la operación anunciada-. «Cualquier cotizada debe facilitar la entrada y salida de accionistas. Si no, deberíamos dejar de serlo», ha razonado el presidente; un objetivo que en ningún caso está sobre la mesa, en tanto que el consenso de la dirección es permanecer abierta al mercado bursátil.

Aun así, niega que la autoOPA ponga «una alfombra roja a nadie», en referencia a una posible oferta de Taqa. Tampoco, sin embargo, se trata de un movimiento «defensivo», dado que Naturgy, a juicio de su presidente ejecutivo, «no tiene enemigos, y menos internos». La oferta, en este sentido, sirve exclusivamente para aumentar el dinamismo de su acción; una característica muy vinculada a que la multinacional «tenga el precio que debe tener». Con todo, otorga a potenciales inversores exteriores cualquier decisión relacionada con una OPA, sea esta parcial -como la que ejecutó IFM- o total. «Cualquier inversor interesado puede lanzar una OPA sobre la compañía, por supuesto, pero eso depende del capital», comenta. Y añade: «ha habido total estabilidad accionarial alrededor del plan estratégico».

Lamentos renovables

Más allá de las gestiones del capital, el plan estratégico de Naturgy contempla más de 6.000 millones de euros de inversiones para el período 2025-2027. Buena parte de este avance financiero, ha recordado Reynés, fundamenta la transición energética de la compañía, con una importante dedicación de capital a energías renovables. Un proyecto, lamenta, que encontrará importantes obstáculos en Cataluña: «es el territorio donde los permisos son más tardíos, y la administración es más lenta», ha criticado el directivo. En este sentido, celebra las intenciones del Gobierno de Salvador Illa de revertir esta situación -tal como ya ha hecho a menudo el sector de las energías verdes del Principado, a pesar de que las intenciones de Sant Jaume aún no se hayan materializado-. «Cataluña se ha dado cuenta de que perdía el tren, y que su ratio de generación renovable era la más baja del Estado», ha reflexionado el directivo; celebrando que «algunos de nuestros proyectos en la pipeline se están acelerando».

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