La vigilancia de las empresas internacionales que han operado en los asentamientos israelíes en Palestina ya ha provocado las primeras consecuencias en Barcelona. La base de datos de compañías vistas como colaboradoras de la invasión del territorio de Cisjordania fue elaborada a raíz de un informe de la OHCHR de 2020, por ahora, ha bloqueado el acceso de la francesa Alstom al concurso para proveer los trenes del metro de Barcelona. La siderúrgica, sin embargo, no es la única que tiembla bajo la presión internacional por haber crecido a costa del expansionismo israelí: el listado de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU incluye un total de 97 empresas, la mayoría de ellas con sede en el país del Medio Oriente. Sin embargo, aparecen un grupo de nombres europeos -uno, de hecho, español- en sectores que van desde la maquinaria al turismo, pasando por la tecnología.
Fuera de Alstom, los barceloneses conocen -y han sufrido, en plena crisis residencial- dos de las marcas que ocupan lugares destacados en el listado: Airbnb y Booking.com. Los dos gigantes digitales del turismo están en la mira de las Naciones Unidas por promocionar viviendas de temporada en las zonas ocupadas del territorio palestino. Según publicó recientemente el medio francés AJ+, el pasado mes de agosto ambas plataformas ofrecían más de 760 ubicaciones en zonas ilegalmente ocupadas por colonos israelíes. De hecho, según ha alertado este mismo verano la relatora especial de la ONU sobre los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese, la presencia de estos alquileres fuera del derecho internacional se ha duplicado en los últimos 10 años, a pesar de la constante agresión por parte del gobierno de Benjamin Netanyahu sobre la población palestina. En la misma línea se justifica la presencia de la agencia de viajes en línea TripAdvisor, acusada por diversas ONG de «proponer pasar las vacaciones en un asentamiento del Bloque Occidental ocupado»; así como la estadounidense Expedia.
La compañía con sede en el Estado español que forma parte del listado también forma parte del sector turístico, pero ha dado signos claros de retroceder en su colaboración con los invasores israelíes. Se trata de eDreams Odigeo, que consta como empresa matriz. La firma digital de viajes también promocionaba viviendas y alojamientos en Gaza y Cisjordania, pero la pasada semana comenzó a bloquear estos anuncios, con la intención explícita de salir de la vigilancia de la ONU. De hecho, según argumentaba en declaraciones a Reuters el director financiero de la compañía, David Elizaga, «siempre han tenido una política de no ofrecer servicios en los asentamientos ilegales en los territorios ocupados por Israel», si bien algunos anuncios habían «aparecido automáticamente en su sitio web después de que los propietarios los publicaran en sus plataformas».

Tecnología y comida
Más allá de la oferta de servicios en la región, la ONU señala a varias empresas internacionales que contribuyen a la violación de los derechos de los ciudadanos palestinos en la región; o bien al avance de los colonos israelíes en las zonas ocupadas. Es el caso de Motorola, que consta en la base de datos a través de su filial local Motorola Solutions Israel. Según las Naciones Unidas, el histórico fabricante de teléfonos móviles estaría proporcionando equipos de vigilancia para los asentamientos, el muro y los puntos de control israelíes en el territorio palestino ocupado. La histórica multinacional de Illinois ya ha sufrido consecuencias por su colaboración con la expansión israelí: en el año 2021, poco después de que la oficina de derechos humanos publicara la primera versión de su informe, el fondo soberano de Noruega, KLP, la dejó caer de su cartera, junto con 15 empresas más implicadas en la invasión.
La señalización de las empresas ha servido, en varias ocasiones, para provocar cambios en la estrategia de negocio de las identificadas. Es el caso de la multinacional alimentaria General Mills, propietaria de marcas tan relevantes como la línea de alimentos mexicanos Old El Paso, los helados Häagen-Dazs o los productos vegetales de El Gigante Verde. Después de haber sido acusada por la ONU de participar en la ocupación del Bloque Occidental, la empresa con sede en Minnesota anunció en 2023 su desinversión en la región; un movimiento que celebraron las organizaciones de derechos humanos en el territorio, así como los impulsores del movimiento de boicot, desinversiones y sanciones a Israel.
Otros colaboradores
El informe de la oficina de derechos humanos se centra en las empresas que han tenido algún rol en la expansión de los asentamientos ilegales israelíes en territorio palestino, y se espera una nueva versión en solo unas semanas. Este verano, sin embargo, Albanese lanzó un análisis propio del conjunto de la actividad empresarial relacionada con la vigilancia, la coerción y los ataques sobre la población palestina que las fuerzas de Israel han perpetrado desde 1967. Entre las compañías mencionadas aparece Microsoft, que «ha integrado sus sistemas en el ejército israelí, y ha comprado varias empresas emergentes de vigilancia en el país» desde el año 2003. También Alphabet, la matriz de Google, que presta sus servicios de computación en la nube al gobierno de Tel-Aviv; así como lo hace Amazon. En la línea política de su fundador, el ultra Peter Thiel, la tecnológica Palantir también tiene un capítulo reservado en el informe de la relatora de la ONU; acusada de haber «prestado tecnología de vigilancia automática y predictiva» a las fuerzas armadas israelíes, así como elementos de la infraestructura de defensa o una plataforma de inteligencia artificial.