Los problemas de Grifols se multiplican tras la retirada de la OPA de exclusión del fondo canadiense Brookfield. Mason Capital, titular del 2,1% de las acciones A de la multinacional catalana, eleva la presión para ejecutar cambios en el consejo de administración. Su objetivo es Tomás Dagá, mano derecha histórica de la familia, a quien acusan de haber demostrado un amplio «historial de destrucción de valor». En una misiva enviada a la dirección, Mason reclama que la firma de hemoderivados acepte la dimisión voluntaria que Dagá habría presentado como método para «abordar el deficiente gobierno corporativo» del cual ha sido partícipe. Se trata de la segunda carta que los inversores envían en pocas semanas, tras haber atacado a la familia fundadora por su rol en la posible oferta pública de adquisición para sacar a Grifols de la bolsa.
Entre otras cuestiones, Mason reclama que Grifols comunique a los accionistas «los honorarios pagados durante los últimos 15 años a Osborn Clarke», bufete de abogados del cual el mismo Dagá es socio. También reclaman informar de otros acuerdos con la firma, así como de la participación que pueda tener en la polémica family office Scranton, objetivo principal del informe publicado a principios de año por el fondo oportunista Gotham City Research que inició la crisis de la multinacional catalana. «Reiteramos nuestras peticiones para que los accionistas y todos los miembros del consejo puedan entender mejor la relación entre Tomás Dagá y Grifols», reclaman en la carta; todo añadiendo que «hasta que no haya acceso a la información solicitada, no se podrá tomar una decisión informada sobre la idoneidad de su continuidad en el consejo». En este sentido, entienden aceptar la dimisión del directivo como un ejercicio de transparencia. En caso contrario, advierten, «la continua falta de divulgación hablará por sí misma».

Revolución en el consejo
Ante la situación, Mason Capital busca consenso para renovar el consejo de administración de Grifols. El abandono de Dagá iría seguido del nombramiento de un nuevo consejero designado por el grupo de accionistas minoritarios del cual forman parte los estadounidenses, y que también aglutina las acciones de Flat Footed y Sachem Head Capital Management -con un total del 7,72% de los títulos tipo A de la catalana-. Su elección sería Paul Herendeen; una que, por ahora, no entra en los planes de Grifols. La actual dirección, de hecho, defiende las contribuciones de Dagá, uno de los artífices, aseguran, del estado actual de la compañía. El consejero «ha contribuido decisivamente a convertir a Grifols en la compañía global que es hoy, con unas ventas previstas de 7.000 millones de euros en 2024», continúan.