Las gafas son uno de los complementos más esenciales en la vida de muchas personas. También se convierten en el primero que voz alguien cuando te conoce. Es por eso que Josep Dosta decidió emprender construyendo su propia marca de gafas, Woodys, que no solo buscan convertirse en el elemento esencial en la vida de muchas personas sino que, además, quieren ser lo más sostenible. Con su apuesta por las gafas de madera y otros materiales reciclables, la compañía de Vic ya ha conseguido tener presencia en unos 72 países del mundo y valla el 2023 con una facturación de 17 millones de euros: «Las gafas son lo primero que voces de una persona cuando hablas. No ves los zapatos, los pantalones o la bolsa de mano. El primero que voces es la cara», explica el fundador.
Desde una óptica flotante a Pol Norte hasta una tienda lujosa de Dubai, Woodys se ha hecho un lugar en las ópticas de medio mundo gracias a su apuesta por la sostenibilidad y los diseños originales. La ambición de Dosta, el fundador y CEO de Woodys, es convertir la marca vicense en una compañía «global», «llegar a ser una de las mejores marcas de gafas del mundo». Acaban de abrir mercado a lugares como Azerbaiyán o Guatemala, pero esperan entrar con fuerza a nuevos mercados como el de Sudamérica.
En total, Woddys Eyewear es presente a 15.000 puntos de venta de 72 países del mundo. Su mercado más fuerte es el europeo, pero también venden mucho a Australia o Canadá, explica Josep Dosta. También en otros lugares como África sus gafas son muy valoradas, «porque los gusta mucho el color». La empresa explica que intenta adaptarse tanto como es posible a todos los mercados. «Cada mercado tiene su casuística y por ejemplo en Asia por la forma de la nariz necesitan un tipo de puente diferente que se los adapte mejor», explica. Este año también han empezado a abrirse camino a Arabia Saudí, Egipto, Dubai o Qatar.
Un público muy femenino
A pesar de que la marca vende de manera muy heterogénea, sí que es cierto que tiene mucha más presencia en la moda femenina que en la masculina. Su público principal son básicamente mujeres, en un 70%, que se sitúan en una franja de edad de entre los 28 y 50 años. Con todo, Dosta apunta que cada día la colección de hombre que tienen «se vende mejor». «Vamos viendo como cada día el hombre también se atreve a llevar cosas diferentes. Y también va mucho por países. En Italia o Francia el hombre lleva gafas de diseño mucho más divertidas. En cambio, en España tendemos a ser más básicos. Depende de cada mercado», señala.
La apuesta por Vic y no Barcelona
Situar la compañía a Vic -el lugar de nacimiento de su fundador- o hacerlo a Barcelona fue una decisión que se tomó concienzudamente. Tal como explica el fundador, sabía que en cierto modo en Barcelona podría conseguir las cosas más rápido que en Vic y a la vez había más oportunidades. «Pensaba que en Barcelona sería más fácil encontrar perfiles como diseñadores o gente de marketing, y también porque cuando viene gente de todo el mundo Barcelona es más práctico«, puntualiza. Pero la calidad de vida que tiene a Vic, asegura, «en Barcelona no la podría tener». Además, el hecho que empresas grandes en el ámbito mundial tuvieran empresas en pueblos pequeños, como el grupo Inditex a Arteixo (Galicia), lo animó a tomar esta decisión. «Realmente me he dado cuenta de que es mucho mejor poder tener una empresa en una ciudad pequeña que no tenerla en Barcelona, por el tema de costes, pero también por aspectos como la fidelidad de los trabajadores». Y al final, «de Barcelona aquí tardas una hora», remacha.