El comité de empresa de Holaluz ha convocado una huelga indefinida de los trabajadores a partir del martes 14 de enero para protestar contra la eliminación del teletrabajo y otros beneficios de los que disfrutaban hasta ahora. La empresa, que lleva dos años arrastrando pérdidas económicas y se ha visto obligada a buscar financiación por parte de diversas entidades financieras para mantenerse en pie, ha optado últimamente por recortar algunos de los beneficios de los que disfrutaba su plantilla. Una medida que ha puesto en pie de guerra a los trabajadores de la compañía, que realizarán paros intermitentes de dos horas por la mañana y dos horas por la tarde los martes y los jueves a partir de la semana que viene, tal como han asegurado en un comunicado presentado este miércoles por la mañana por UGT y CCOO.
Esta huelga llega después de que la compañía eléctrica catalana despidiera a un tercio de la plantilla. Un hecho que se suma a que la empresa ha mantenido los sueldos congelados de los trabajadores durante tres años para intentar resolver sus carencias económicas. En esta línea, diversas fuentes sindicales consultadas por la Agencia Catalana de Noticias (ACN) apuntan que la eliminación del teletrabajo busca favorecer la salida de trabajadores en un momento económicamente delicado para la empresa que dirige Carlota Pi: «Teniendo en cuenta el empeoramiento en el último período de las condiciones laborales, el teletrabajo es una condición indispensable», argumentan las mismas fuentes sindicales.

Negociaciones tensas con la compañía
El conflicto por la restauración de la presencialidad total dentro de la compañía ya lleva meses y, ante la falta de entendimiento entre las dos partes, los trabajadores han acabado convocando una huelga indefinida. Holaluz presentó en septiembre un plan para el retorno a la oficina con tres días de trabajo presencial. En ese momento, la plantilla rechazó la propuesta tras un proceso en el cual hubo “pocas concesiones” por parte de la empresa. Tres meses después, la empresa presentó una nueva modificación sustancial de las condiciones de trabajo con la eliminación total del trabajo en remoto así como de los “últimos derechos adquiridos” como el curso de idiomas, el seguro médico o la presencia de fruta en la oficina. La plantilla tampoco aceptó la propuesta de las negociaciones, que terminaron antes de Navidad. Después de las fiestas, pues, los trabajadores han optado por levantarse en pie de guerra contra lo que consideran un «ERE encubierto» de la plantilla: «La dirección no ha demostrado ninguna intención de llegar a un acuerdo favorable», concluyen.