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Los analistas respaldan a Grifols pese a las caídas: «Cotiza con descuento»

Grifols encadena, tras casi un mes de recortes, una semana de alzas en la bolsa. Leves, todas ellas: la más significativa se registró este mismo jueves, con una mejora del 1% respecto a la jornada anterior. La acción cerró la jornada cerca de los 10,6 euros, una buena señal, ya que ha revertido el descenso progresivo que ha sufrido desde principios de octubre, y que ni siquiera unos buenos resultados trimestrales habían logrado frenar. Fuentes del accionariado apuntan a un sentimiento de mercado que «tiene poco que ver» con la gestión que llevan a cabo el consejero delegado, Nacho Abia, y el director financiero, Rahul Srinavasan.

La cotización actual supone una rebaja importante respecto a las expectativas de los minoristas, que situaban el título por encima de los 15 euros tras el último balance; y atribuyen a movimientos contra la empresa el rendimiento de octubre. De hecho, identifican como piedra de toque un comunicado que lanzó la Asociación de Accionistas Minoritarios la pasada semana, en el cual cuestionan los motivos de dos fondos, Kinbury Capital y Millenium, por apostar contra la catalana con posiciones significativas en corto, abiertas poco después de conocer los trimestrales. «Fue enviarlo y empezar a remontar. No es casualidad», asegura una voz de los minoristas a este medio. Los analistas del mercado, aunque no parecen aceptar que haya malas intenciones detrás de los cortistas, coinciden con los inversores en que la farmacéutica «cotiza con descuento».

Tras un 2024 horribilis, en el que sufrió el ataque especulador de Gotham City Research y la OPA fallida del fondo canadiense Brookfield, el mejor elogio que lanzan los analistas a Grifols es que ha vuelto a la normalidad. Las dos ofensivas contra su valor, para el analista de Renta 4 Álvaro Aristegui, no eran las únicas amenazas que sufría la catalana; ni tampoco las únicas que ha dejado atrás. «Desde el punto más bajo de 2024, con mucha inflación de costos, mucho endeudamiento y sin suministro, se ha recuperado mucho y muy rápido», considera Aristegui. El crecimiento culminó a finales del tercer trimestre, con unas ganancias de 304 millones de euros y un flujo de caja libre de 188 millones tras M&A y dividendos. En adelante, «es muy difícil seguir creciendo»; o, al menos, mantener crecimientos relativos como los que han celebrado en 2025 -solo en el 3T, han elevado el resultado neto un 245% respecto al mismo periodo del año anterior-. De hecho, estos efectos de base podrían explicar parte del retroceso en la cotización, a la espera de un cuarto trimestre que podría ralentizarse ligeramente. «Si se compara con el cuarto trimestre de 2024, que fue de resultados récord, con el impacto en contra de la debilidad del dólar, puede que no crezcas tanto», considera el experto. Es decir, mostraría alzas aún importantes, pero que quedarían por debajo de los resultados del año pasado; y esto puede haber desencantado a algunos inversores.

El CEO de Grifols, Nacho Abia, y el miembro del consejo, Victo Grifols Deu, durante la junta de accionistas / EP
El CEO de Grifols, Nacho Abia, y el miembro del consejo, Victo Grifols Deu, durante la junta de accionistas / EP

La salud del negocio

Es la misma clave que observa el analista de XTB, Javier Cabrera, que considera que las rebajas del último mes y pico no responden necesariamente a una enmienda al negocio de la compañía. Para Cabrera, el capital «quiere ver recurrencia». Tras 2024, que culminó años de rebajas en la bolsa y supuso la cima de la estrategia de endeudamiento para buscar crecimiento inorgánico, «quieren ver unos cuantos trimestres consecutivos de beneficios» antes de consolidar un retorno completo a la normalidad. Además, continúa, el lastre de la deuda todavía pesa sobre la percepción del capital. «Aún queda por hacer antes de que la compañía pueda incrementar el valor para el accionista», alerta. El apalancamiento ha caído consistentemente desde el final del ejercicio pasado, y ya ronda una ratio de deuda neta a Ebitda de 4,2x, unos niveles elevados, pero manejables. Ahora bien, a juicio de Cabrera, la tranquilidad llegará cuando «se establezca alrededor de 3x y se mantenga». Aristegui le resta importancia, sin embargo, al problema del pasivo: «la deuda todavía es una preocupación, pero siempre ha sido elevada, porque es una actividad intensiva en capital. Pueden generar mucho efectivo», argumenta.

El negocio tiene otra amenaza, que reconocieron los mismos directivos en una llamada con analistas antes de hacer públicos los trimestrales. Varios productos que han salido al mercado recientemente, o que se preparan para hacerlo, compiten con los medicamentos basados en plasma y diversas proteínas que comercializa Grifols. Es el caso de ArgenX, que ingresó 1.000 millones de dólares en 2024. También se ve en el horizonte la nueva terapia AAT de Sanofi, que está en fase de estudio, con resultados «prometedores» -con las primeras conclusiones de las fases clínicas, de hecho, los títulos de la catalana cayeron un 3,5%-. Contra las amenazas, Abia y Srinavasan sostienen que «hay mercado para todos»: a pesar de las ventas de ArgenX, los productos plasmáticos de Grifols elevaron las ventas un 18% en el periodo. «A menudo estos temores a la competencia no es que estén infundados, pero se sobreestiman: hay quienes piensan que tendrán impacto, pero el mercado todavía crece», analiza Aristegui.

Objetivos para la acción

Con todo, los expertos están alineados con el consenso general de los analistas, que sitúan las acciones de Grifols cerca de los 16 euros. «Una acción por encima de 15 euros es razonable a corto plazo», contempla Aristegui, también en línea con las expectativas de los inversores minoristas. El horizonte de valor, sin embargo, es un debate importante en el caso de la farmacéutica catalana. Solo los observadores financieros de Bankinter, tradicionalmente pesimistas con la empresa, recomiendan vender acciones; y el llamamiento mayoritario es a comprar, ya que observan que los precios actuales están muy por debajo del valor real. Ahora bien, el promedio resulta de cálculos más que diversos: además de Bankinter, los únicos que consideran que la acción está por encima de su precio natural, hay quienes sitúan a Grifols poco por encima de los 14, mientras que los más optimistas la elevan a los 20,2 euros por acción. Alantra, sin ir más lejos, ha elogiado tanto el negocio como la estrategia de control de la deuda, y marca en el centro de la diana los 18 euros por acción; mientras que Bestinver considera que debería moverse entre los 13,5 y los 14. En cualquier caso, la mayoría de expertos consideran que, a estas alturas, la multinacional ya debería estar por encima del precio que marcaba en diciembre de 2023, justo antes de la crisis de Gotham.

Es aquí donde entran los minoristas, que aseguran «no entender el porqué de la caída». La Asociación apunta al afloramiento de las posiciones en corto como origen de los agravios de la empresa. De hecho, ya preparan una solicitud a la Comisión Nacional del Mercado de Valores para que investigue posibles manipulaciones de la cotización, similares a la que enfrentó Gotham, aunque a una escala más pequeña. Los analistas consultados no ven este tipo de intromisión por parte de Kintbury y Millenium, aunque reconocen que la entrada de bajistas puede haber impulsado parte de las pérdidas de octubre. «Los inversores a largo pueden pensar que estos saben algo que ellos no, y retirarse», describe Cabrera. Habrá que esperar, pues, al veredicto del regulador bursátil para eliminar esta rémora de los cálculos de la multinacional de hemoderivados. Hasta entonces, el mercado se mantiene expectante. «Viene de momentos muy buenos. En adelante, a ver qué pasa», concluye Aristegui.

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