El capital tecnológico extiende sus tentáculos a todos los sectores. Los gigantes digitales, desde la IA hasta las criptomonedas, buscan ampliar su ámbito de influencia, especialmente con las recientes escaladas bursátiles que han protagonizado las principales empresas del sector. Uno de los entornos preferidos, al menos en el mercado norteamericano, han sido los deportes: la NBA no es ajena a este tipo de inversores, con los Golden State Warriors en manos del inversor tecnológico Joe Lacob; o el cambio de nombre del histórico Staples Center, el fortín de los Lakers y los Clippers, a Crypto.com Arena por el patrocinio del exchange estadounidense. También en el fútbol se han visto estos acercamientos, si bien más modestos: el Barça, sin ir más lejos, ya comparte negocios con WhiteBit o ZKP, dos empresas del mundo crypto, en transacciones que no han estado exentas de polémica. El negocio de las monedas digitales, sin embargo, aspira a ampliar su influencia, y, lejos de patrocinios y partnerships, quiere ser propietario de una insignia del deporte rey. El primer objetivo entre los grandes de Europa: la Juventus de Turín.
Según han adelantado varios medios italianos, los propietarios de la Vecchia Signora habrían rechazado una oferta de 1.100 millones de euros por el control completo del grupo. El comprador sería la compañía crypto Tether, la responsable del USDT, la stablecoin indexada al dólar más grande del mundo. Se trata del tercer fondo más importante del sector de las criptomonedas, con una valoración cercana a los 69.000 millones de dólares, según los últimos datos del mercado. El pasado mes de febrero, el gigante tecnológico ya entró en el histórico club de Turín con una participación minoritaria, del 11,5%; pero ahora quiere hacerse con toda la propiedad. Por ahora, como ha constatado el club, han rechazado la oferta, aunque nada hace pensar que la compañía se retire del todo. La actividad constante del Barça en el mundo web3 demuestra que las cryptos están más que interesadas en acceder al público general a través de los estadios, como ya lo hicieron la década pasada las apuestas digitales.

De hecho, el interés multimillonario de Tether por la Juve ha hecho que el mercado se revolucione a su alrededor. Tras el rechazo de la oferta crypto, las acciones del equipo bianconero se han disparado más de un 18% en la bolsa de Milán. Cabe recordar que, a diferencia del Barça o el Real Madrid, la mayoría de grandes clubes europeos son de propiedad privada y, por tanto, pueden cotizar en el mercado de renta variable. En concreto, los títulos de la Signora valen, cerca del cierre de la sesión, unos 2,6 euros por acción. La oferta del fondo de criptomonedas -dirigido, cabe decir, por el italiano Paolo Ardino- era de unos 2,66 euros por acción. Por lo tanto, la prima política se queda en unos seis céntimos por acción, un golpe sustancial. En el momento de presentación de la OPA, el pasado viernes, los títulos juventinos valían poco más de 2,1 euros; y la ganancia para los inversores superaba los 50 céntimos por acción. El mercado, pues, ha corregido al alza el precio del equipo, y envía un mensaje claro a las tecnológicas: si quieren la Juventus, tendrán que pagar más.
El bastión de Ferrari
Buena parte de la negativa a vender proviene del hecho de que, fundamentalmente, los propietarios de la Juve no necesitan dinero. El control del equipo está en manos de Exor, la sociedad de inversión de la familia Agnelli. Los históricos burgueses italianos controlan la mayor parte de la industria del automóvil del sur de Europa, con capital mayoritario en los grupos Ferrari y Stellantis -es decir, con gobierno directo sobre las marcas Ferrari, Alfa Romeo, Chrysler, Citroën, Dodge, Jeep, Fiat, Lancia, Maserati o Peugeot, entre muchas otras-. Exor, por ahora, gestiona activos por valor de unos 23.000 millones de dólares; y solo su presidente, John Elkmann -bisnieto del fundador de la saga, Giovanni Agnelli, y nieto del industrial que convirtió el grupo en un gigante, Gianni Agnelli- concentra una riqueza de unos 2.600 millones de euros. A pesar de que la oferta de Tether ofrecía un premium de unos 300 millones de euros; y que, además, la valoración pública de la Signora está en horas más que bajas, un 20% por debajo de la del año pasado, los Agnelli han sido claros: en una carta enviada a la gerencia de la crypto, enfatizaron que el equipo «no está en venta».

