La mejora a última hora de la oferta por el Banco Sabadell que lanzó el BBVA el lunes vuelve a ralentizar los ya eternos procesos de la OPA hostil. Inmediatamente después de recibir la solicitud de modificación del folleto, la Comisión Nacional del Mercado de Valores puso en pausa el período de aceptación de 30 días que el banco oferente había concedido a los accionistas catalanes para adherirse -o no- a las condiciones que propone el Banco de Bilbao. Si el regulador bursátil estira al máximo los plazos, la revisión durará unos tres días; en los cuales los inversores catalanes no podrán comunicar su decisión al BBVA. Así, como máximo, se reanudaría la actividad el próximo jueves.
En tal caso, el nuevo punto final de la operación quedaría fijado el próximo 10 de octubre. Una semana natural después, el día 17 de octubre, se publicaría en el portal de la Comisión el porcentaje de derechos de voto del Sabadell comprometidos al BBVA; es decir, el resultado final de la OPA. A partir de entonces, la Vela enfrenta tres escenarios diferentes: si supera el 50% de los títulos, seguiría adelante con la compra y tendría el control del banco catalán una vez esta quede liquidada. Si queda por debajo del 30%, la OPA habrá fracasado y, por tanto, el Banco de Bilbao se retiraría y ambas entidades permanecerían independientes.
En caso de que se quede entre el 30 y el 50%, el banco que preside Carlos Torres podría guardar un último giro de guion, contemplado en el folleto de la OPA: rebajar el umbral de éxito de la operación hasta este 30%, lo que les permitiría continuar con la propuesta, pero que obligaría a lanzar una segunda OPA por la totalidad del capital no adquirido del Sabadell. Tras la mejora de la oferta, muchos analistas consideran que esta es la opción más factible; dado que el nuevo canje –4,8376 acciones vallesanas por una de la entidad resultante de la fusión– es «más atractivo» que la cifra anterior, pero «insuficiente» para alcanzar la mitad más uno de los derechos de voto.

En tal caso, la operación se alargaría un mes más, y obligaría al BBVA a invertir en efectivo el costo de todo el capital no adquirido del Sabadell. El costo de esta segunda OPA quedaría en manos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que debería ser la encargada de decidir el «precio equitativo» que correspondería a los títulos del banco catalán. Los accionistas del Sabadell, especialmente los minoritarios, han reclamado al regulador que dé a conocer antes de todo lo demás los «criterios por los cuales establecerá» este precio equitativo, para dar a conocer la rentabilidad de la segunda venta respecto de la primera. El consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, ya ha reiterado en varias ocasiones que «quien quiera vender, mejor que espere a la segunda OPA, que ganará más». En medio, Torres sostiene aún que no tienen intención de activar esta palanca; si bien el mercado no confía en las máximas que salen de la Vela -menos aún después del retroceso que supuso la modificación del precio del lunes-.
Nuevo mensaje del Consejo
Por su parte, el banco opado deberá emitir una nueva opinión respecto de la oferta teniendo en cuenta las cifras que ha presentado el BBVA a la Comisión. El consejo de administración del Sabadell ya emitió un informe contrario a la oferta especialmente vehemente solo una semana después del inicio del período de aceptación. Lo hizo, además, por unanimidad; con solo una abstención, la del millonario mexicano David Martínez, el único accionista relevante con un asiento en la mesa de dirección de la empresa. El inversor se declaró favorable a la consolidación bancaria, si bien «no a cualquier precio»; y reclamó al BBVA una «oferta más competitiva» que fuera capaz de entusiasmar al capital del Sabadell. El segundo dictamen del consejo, que previsiblemente será también contrario a la propuesta, tendrá especial interés para comprobar la reacción de Martínez; que puede servir como pista para deducir el comportamiento que tendrán el resto de grandes fondos de inversión detrás de la entidad catalana.