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La gran banca sufre las bajadas de tipos bajo la sombra de la OPA al Sabadell

El primer trimestre del 2025 fue un regalo para la gran banca española. A pesar de que la mayoría de analistas había advertido desde hace tiempo que las bajadas de tipos de interés harían un agujero importante en sus cuentas de resultados, el tesoro de los bancos del Ibex siguió llenándose. A finales de marzo, el Santander, CaixaBank, BBVA, el Sabadell, Bankinter y Unicaja reportaron unas ganancias de cerca de 8.500 millones de euros, un 27% más que en el mismo período del año anterior. Ignoraron así la flexibilización monetaria que marca la agenda del Banco Central Europeo desde que la crisis inflacionista comenzó a enfriarse. Entonces, los seis protagonistas se beneficiaron de una menor carga fiscal por la redefinición del impuesto a la banca –entre un 1 y un 7% menos que un año antes-, así como de un aumento de comisiones que delataba el buen funcionamiento general de la economía. Solo unos días antes de que comience la segunda temporada de balances del ejercicio, sin embargo, el mercado ve nubes negras: según la rama de estudios del banco Renta 4, las ganancias del conjunto del sector darían un paso atrás de un 5% acumulado respecto del mismo trimestre del 2024. «Hay quien podría tener caídas de beneficio a doble dígito, por culpa del impuesto y de la reducción de los márgenes», describe la analista Núria Álvarez, en conversación con Món Economia.

Según las estimaciones de la entidad, Santander mantendría prácticamente intacto el resultado neto registrado entre abril y junio del 2024, mientras que tanto BBVA (-14%) como CaixaBank (-19%) y el Sabadell (-11%) perderían fuelle a doble dígito. Menos intensa sería la amenaza sobre Unicaja y Bankinter, con bases mucho más pequeñas, que verían sus márgenes recortados en un 9 y un 7%, respectivamente. El analista de mercados Javier Cabrera asegura que estas cifras se corresponden con un mal estructural que sufre la banca española: es «muy dependiente de los márgenes de intereses»; porque a menudo gana más que las entidades del entorno europeo debido a una política de remuneración del ahorro conservadora. Es decir, cuando los tipos están altos, cobran muchos intereses, pero pagan poco los depósitos -una estrategia por la cual el BCE ha lanzado numerosos reproches, sin especiales efectos-. «El 2024, las comisiones fueron bien, y taparon el agujero. Ahora, aunque continúen bien, veremos una caída del beneficio», sostiene Cabrera.

La bajada de los tipos debía ser, simplemente, una cuestión de volumen. Es decir, el crédito vivo en régimen variable, así como los nuevos préstamos que se concedan, aportará menos a la cuenta de resultados; pero una financiación más barata debería servir para aumentar el ritmo de concesiones, tapando parte del agujero de los intereses. Sin embargo, para Renta 4, no se espera «una aceleración en el ritmo de crédito en el estudio comparativo anual». La rebaja de la ratio de facilidad de depósitos, que ha caído desde más del 3,5% hasta un ajustado 2% en los últimos doce meses, no habría activado la demanda de capital de forma significativa. Según los últimos estudios del BCE, el segundo trimestre cerrará con una escalada del crédito a particulares que no superará el 2%; mientras que el concedido a empresas no financieras se quedará en el 2,5%, una décima menos que en el primer trimestre. En este ámbito se podría detectar un cierto «efecto Trump»: la política comercial errática del presidente norteamericano borra la confianza de los consumidores, y unas condiciones financieras favorables no son suficientes para reavivar la demanda de crédito en el mundo de los aranceles.

Imagen de archivo de la sede de CaixaBank / ACN

Hay más debate sobre la tendencia que seguirá este trimestre, de cara a la segunda mitad del curso y el 2026. Para Álvarez, el deterioro del margen de intereses ha tocado techo. La caída, a juicio de la analista de Renta 4, de los rendimientos de los préstamos se irá moderando con el paso de los meses, y llegaría a una cierta estabilización a finales del presente curso y a la entrada del próximo. De hecho, ignorando la comparación interanual, el retroceso «será menor este trimestre respecto del primero de este año que en el primero respecto del último del 2024». Esto podría indicar una consolidación del negocio bancario, que permanecería en máximos gracias a unas mayores rentabilidades -una característica que no se podía atribuir al sistema financiero del Estado-. Para Cabrera, no será hasta el 2026 cuando se note una «estabilización» en la nueva normalidad bancaria. «Esperamos caídas del beneficio durante todo el año», augura el experto. De hecho, ante «la inflación controlada sin miedo a repuntes», el Banco Central Europeo podría verse tentado a rebajas de tipos más agresivas durante el último cuarto del 2025, lo que aplicaría aún más tensión sobre las cuentas de resultados bancarios.

Retroceso en tiempos de OPAs

BBVA y el Banco Sabadell se volverán a repartir los roles protagonistas en esta temporada de resultados trimestrales, como lo hacen desde mediados del 2024, con el lanzamiento de la OPA hostil que ha marcado todo el curso financiero. En cuanto a las previsiones de beneficio, el banco catalán puede celebrar unas previsiones ligeramente más halagüeñas que la de su depredador: el descenso del beneficio se quedaría en el low double digit, a pesar de que la caída del margen neto de intereses será más intensa que la de los vascos (-6% contra -2%). Con las previsiones actuales, y tras haber ganado cerca de 500 millones entre enero y marzo, la entidad que preside Josep OIiu rozaría los 930 millones de euros de beneficios en el primer semestre del 2025. El acumulado será un 18% superior al del curso previo gracias al buen rendimiento del primer período, cuando amplió el balance en cerca de un 60% año a año. Por su parte, el BBVA retrocedería en cerca de un 15% en el trimestre, y se quedaría en los 2.416 millones de euros. En caso de cumplirse esta hoja de ruta, declararía un beneficio acumulado de 5.114 euros, según las estimaciones de Renta 4, un incremento de poco más del 2% año a año.

En cuanto al futuro inmediato, ambas entidades reciben amenazas significativas. Por un lado, avisa Cabrera, si los aranceles golpean la economía catalana, el primer grupo en resentirse será el cliente nuclear del Sabadell: las pequeñas y medianas empresas. Por ahora, los modelos macroeconómicos avisan de un retroceso en las previsiones moderado en el Estado. El Banco de España ha recortado sus previsiones en dos décimas, hasta el 2,4%; mientras que BBVA Research registra una previsión de avance del PIB del 2,5% interanual. Ahora bien, a juicio de los analistas consultados, «se podría estar subestimando el impacto» de las políticas comerciales de Trump. «Los modelos no son muy buenos analizando los cambios de ciclo, y ahora podemos vivir uno», sugiere el experto.

Fachada del edificio ‘La Vela’, del BBVA en Madrid / EP
Fachada del edificio ‘La Vela’, del BBVA en Madrid / EP

Sobre BBVA también planea una sombra alargada. Cabe recordar que cerca del 50% de su negocio se concentra en México, con cierta diferencia su primer mercado. El país centroamericano es también uno de los grandes damnificados por las amenazas arancelarias de Trump, hasta el punto de que el Fondo Monetario Internacional ya alerta de una recesión inminente, con una potencial caída del PIB a finales de año de un 0,3%, un desplome de más de un punto y medio respecto de las previsiones anteriores a la toma de posesión del presidente estadounidense. Para Álvarez, este trimestre aún no se notará el yugo mexicano en el beneficio de la entidad vasca. La caída vendrá durante el segundo semestre, cuando los impuestos al comercio exterior estén más desplegados. Sin embargo, se podrá encontrar una pista clave en las provisiones, que delatarán el nivel de riesgo con el que trabaja el Banco de Bilbao. «Si sus estimaciones macroeconómicas van a la baja, se notará en las provisiones. El impacto sobre el beneficio se verá entre septiembre y octubre», sostiene el economista.

La prima, aún más lejos

Sobre esta realidad, los analistas consultados vislumbran movimientos modestos en las cotizaciones, dado que el mercado ya descontaba un enfriamiento debido a este «efecto Trump». Sin embargo, dentro de estos márgenes, Renta 4 sostiene que el Sabadell podría asomar la cabeza por encima de sus competidores. Es, de hecho, el único banco del Ibex que luce la etiqueta de «sobreponderar» -los expertos recomiendan apostar más por la acción vallesana- con un potencial de un 12%. Cabe decir que, a diferencia de los competidores, los catalanes presentarán un plan estratégico a tres años (2025-2027), que suele garantizar calor por parte del mercado. Por su parte, tanto BBVA (+9%) como CaixaBank (+10%) y Santander (+5%) permanecen neutrales en cuanto a los consejos a los inversores. En caso de confirmarse estos rendimientos, la brecha entre opante y opado se haría aún más profunda. Cabe recordar que, desde el inicio del 2025, la acción del Sabadell se ha revalorizado un 55,6%, después de haberse disparado más de un 60% el curso anterior; mientras que la del BBVA se ha quedado en un 37,2%, entre las peores de la rama financiera del Ibex. La prima negativa, en las condiciones actuales, ya supera el 15%, y llega a oscilar alrededor de los 2.000 millones de euros. A la espera de la decisión de los accionistas, pues, la temporada de resultados puede alejar aún más la victoria vasca.

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