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La gran banca navega en una economía favorable hacia nuevos resultados récord

Los seis bancos del Ibex-35 han vuelto a romper récords. El Santander, el BBVA, CaixaBank, el Banc Sabadell, Bankinter y Unicaja han ganado 25.400 millones de euros en los primeros nueve meses del año, un 7% más que en el mismo periodo de 2024. Lo han hecho, además, contra el consenso de los analistas, que esperaban que el contexto macroeconómico hiciera mella: las bajadas de tipos de interés asumidas por el Banco Central Europeo desde el final de la crisis inflacionaria que plagó el continente los dos años anteriores debían erosionar las ganancias de una banca española históricamente débil. «Antes, el banco iba bien cuando la economía iba bien, y mal cuando iba mal. Ahora ya no es el caso«, declaraba el consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, en la última presentación de resultados. Los márgenes de intereses, según apuntan los balances, ya no son el motor de las ganancias de las entidades; ahora lo son las comisiones, que han reportado a los seis en conjunto una facturación de 20.000 millones de euros, un 4,4% más que entre enero y septiembre del año pasado. El alza en este segmento es mucho más intensa que la caída por los ingresos en concepto de interés, que sólo ha recortado un 2% el negocio bancario. Fuentes del sector bancario apuntan que este cambio de tendencia demuestra que las compañías han madurado: han disparado las rentabilidades, reducido el riesgo y la morosidad y se han inflado en la bolsa, acercándose a la competencia europea, tradicionalmente mucho más fuerte que la española. La bolsa, sin embargo, no está de acuerdo: todas las entidades cerraron la semana con caídas diarias sustanciales. Y el sentimiento del mercado se mueve en un sentido similar.

Lejos de aceptar la tesis de la banca, el profesor de Economía de la Universidad de Girona Joaquim Clarà atribuye los buenos resultados al dinamismo general español. «El consumo se disparó después de la pandemia, y esto se ha mantenido. No es sólo el rendimiento bancario: va bien toda la economía», reflexiona Clarà. Sí identifica cambios estructurales en la actividad bancaria, pero responden más al entorno en el que operan las compañías que a sus transformaciones internas. «El entorno global de ahora mismo no es el de 2008. Los cambios tecnológicos han transformado muchos sectores, y uno de ellos es la banca», razona. Similar es la valoración que ofrece el analista de mercados de la firma XTB Javier Cabrera, que sostiene que las mejoras registradas por la banca son «más contextuales que operativas». «Se han protegido bien de las bajadas de tipos, pero hay que tener en cuenta que la salud económica del Estado español es buena», sostiene el experto. La mayoría de los bancos españoles concentran la actividad a escala local, mientras que los dos que no lo hacen -el Santander y el BBVA-, también se han encontrado con contextos favorables en México y América Latina, sus mercados principales.

Cabrera celebra las condiciones en que se encuentra la banca española, pero no reconoce en ellas signos de madurez estructural. «La salud es buena, pero la banca es una caja negra. Es muy difícil saber hasta qué punto son resilientes, porque aún no han sufrido ninguna prueba de estrés»; contempla Cabrera. Por los mismos motivos que los buenos resultados: a diferencia de la banca francesa, alemana o italiana, los bancos del Estado no han tenido que enfrentarse a un contexto potencialmente recesivo. Todo, sin embargo, con limitaciones: cabe recordar que los seis bancos españoles rompen récords en el cómputo anual; pero han dado pasos atrás -más o menos sustanciales- en el tercer trimestre del año. El Santander, con mucha presencia internacional, ha escalado un 8% el tercer trimestre. El BBVA, que también tiene su pata más amplia fuera del Estado, ha ganado un 3,7% menos entre julio y septiembre. La caída de CaixaBank fue más pronunciada, de un -8,1% respecto al tercer trimestre de 2024; mientras que el Sabadell, a pesar de haber roto su techo de ganancias en el año, no ha alcanzado las previsiones de los analistas, y ha sufrido una caída en la bolsa que se ha acumulado durante el final de la semana.

Una sucursal bancaria del Santander / ACN

El debate de 2026

Las previsiones de la banca para 2026 son buenas. El director financiero del Sabadell, Sergio Palavecino, aseguraba en la presentación de resultados que durante el próximo curso los márgenes volverían a ser estables y, por tanto, las ganancias en la partida podrían volver a una cierta normalidad -lejana, cabe decir, al periodo de intereses elevados de 2023 y 2024-. Para Cabrera, la banca española operará en un entorno de negocio más favorable que el que tenía antes de la pandemia, pero no habrá alzas sustanciales respecto a 2025. «No habrá grandes incrementos del beneficio, pero habrá un mejor año que antes de la subida de tipos. No había margen de negociación», lamenta el experto.

Clarà coincide con el analista: «continuarán en la tendencia actual hasta 2026» -una tendencia de buenos beneficios, pero sin los crecimientos de los últimos dos años-. Aun así, ve un límite a mediados del próximo año: en agosto de 26, cabe recordar, finalizan los programas de fondos europeos de recuperación Next Generation; fundamentales para muchas empresas. «Los flujos de liquidez podrían secarse un poco, y habrá que ver qué porcentaje del retorno de los créditos existe», alerta el profesor; que ve cómo los clientes empresariales podrían ralentizar su actividad sin el apoyo de Bruselas. Cabrera rebaja el peligro, pero reconoce que «el mercado aún no lo tiene en cuenta». «De hecho, al final del día los fondos europeos tampoco están llegando con fuerza a la economía real», ironiza.

Imagen de la sede central del Banc Sabadell en Sant Cugat / ACN
Imagen de la sede central del Banc Sabadell en Sant Cugat / ACN

La bolsa reclama más

Durante los años de resultados récord, la banca española se ha disparado en la bolsa. En solo un año, las principales entidades crediticias del Estado han elevado su valor en el mercado cerca de un 80%; hasta el punto que ya suponen el 30% de la cotización completa del Ibex-35. Aun así, la bonanza en el parqué no los ha acercado en términos relativos a la actividad de los competidores europeos. «Se ha recortado un poco la distancia con el resto de Europa; pero no es notorio, porque los bancos del continente también han subido», constata el analista de XTB. Clarà insiste en que las buenas sensaciones son contextuales: «Es un tema de confianza. La economía genera buenas sensaciones, y el sector bancario tiene buenos resultados. Y los inversores responden». Acabada esta tendencia alcista, los inversores apuntan que los valores actuales de las acciones son «muy exigentes». «Cotizan más de un 30% por encima de su propia media de los últimos tres años», analiza Cabrera; recordando que ya hay algunas compañías que incluso comienzan a acercarse a los niveles de 2007, antes del estallido de la burbuja inmobiliaria. Esto, prosigue, podría marcar una buena tendencia; pero también acorta la paciencia de los inversores. Acostumbrados a dividendos sustanciales, reclamarán mantener la senda del crecimiento; pero las previsiones de resultados no acompañan. «Me parecería extraño encontrar crecimientos muy pronunciados», concluye el experto.

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