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La CNMV quiere suspender la cotización de BBVA y Sabadell a la espera de la fase 3

El tejido económico del Estado espera un terremoto para el próximo martes. Mientras los catalanes celebran la festividad de San Juan, el gobierno español dará el pistoletazo de salida a la recta final de la OPA hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell con los resultados de la fase 3 del estudio del expediente. Para amortiguar los potenciales efectos perniciosos del dictamen, la Comisión Nacional del Mercado de Valores pretende suspender la cotización de ambas entidades durante toda la jornada -es decir, prohibir la compra y venta de acciones de los dos bancos para que estos no influyan sobre el conjunto del parqué madrileño una vez la Moncloa comunique su posicionamiento-. Así lo ha explicado el presidente del regulador bursátil, Carlos San Basilio, en una intervención en el ciclo de seminarios de la Asociación de Periodistas de Información Económica en Santander.

Para San Basilio, la gestión del mercado del próximo martes debe ser «quirúrgica». Así, la potencial suspensión que propone el dirigente no sería para todo el día -desde las 9 de la mañana que abre la bolsa hasta el cierre, a las 6 de la tarde-; sino que se limitaría a los momentos inmediatamente anteriores y posteriores al movimiento de la Moncloa. El cierre, sin embargo, solo se aplicaría en caso de que el Consejo de Ministros comunicara su decisión con el mercado abierto. Cabe recordar que otros organismos, como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, o incluso el Banco Central Europeo, esperaron al final de la jornada bursátil para emitir sus decisiones. En este sentido se ha expresado, también en las jornadas de la APIE, el presidente del BBVA, Carlos Torres. En su sesión, Torres ha alertado que comunicar el resultado de la fase 3 durante las horas centrales del día «supondría una posible interferencia en el buen funcionamiento de los mercados».

Los presidentes del Banco Sabadell y del BBVA, Josep Oliu y Carlos Torres, durante un acto el pasado mes de junio / Ricardo Rubio - Europa Press
Los presidentes del Banco Sabadell y del BBVA, Josep Oliu y Carlos Torres, durante un acto el pasado mes de junio / Ricardo Rubio – Europa Press

Últimas horas convulsas

Las últimas jornadas antes del final de esta fase 3 de estudio no han sido sencillas para ninguna de las dos entidades; tampoco para el gobierno español. La salud del ejecutivo que dirige Pedro Sánchez es frágil, amenazada por las consecuencias del caso Koldo y la caída del secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán; un contexto que el mundo financiero asume que pesará sobre la decisión que tome el ejecutivo -sin estar aún claro en qué sentido lo hará-. BBVA y Sabadell, por su parte, han tensado la guerra fría desde el anuncio del posible interés de varias firmas internacionales por adquirir TSB, la filial británica del banco catalán, por un precio superior a los 2.500 millones de euros. Mientras que Torres ha sido muy crítico con los movimientos de su contraparte, el presidente del banco catalán, Josep Oliu, se ha limitado a asegurar que, en caso de que llegue una oferta firme por TSB, estudiarán «si aporta valor» a la compañía. El movimiento podría generar un terremoto en las relaciones entre ambas compañías; hasta el punto de que, según si se concreta, el Banco de Bilbao ha reconocido que sería posible incluso dejar caer la oferta hostil.

En todo caso, en el momento en que la Moncloa emita su valoración, y decida si impone o no nuevas condiciones al BBVA por encima de las que anunció la CNMC a finales de abril, comenzará la cuenta atrás para que los accionistas sabadellenses se posicionen. Una vez esté todo resuelto, los inversores tendrán hasta 70 días para opinar y elegir cuál de los dos proyectos desean. Así, no será hasta septiembre, con un agosto problemático de por medio, que se resolverá definitivamente el atolladero bancario que ha marcado la economía catalana desde la primavera de 2024.

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