La Comisión Nacional del Mercado de Valores ha confirmado que hará público el resultado de la OPA del BBVA al Banco Sabadell el 17 de octubre. El regulador bursátil consumirá el plazo de cinco días hábiles desde el fin del período de aceptación para comunicar cuántos derechos de voto se han adherido a las condiciones del Banco de Bilbao. Así, la comisión intenta hacer frente a las «informaciones contradictorias» aparecidas en los medios sobre la resolución de la venta: mientras que la Vela consideraba que el día clave era el 17, la plaza Sant Roc abría la puerta a hacerlo el día 21. Así, el próximo viernes será la jornada que marcará «las decisiones que se deriven del resultado», que se comunicarán al mercado «ese mismo día«.
La publicación de los resultados de la oferta toma especial relevancia en caso de que el BBVA alcance entre el 30 y el 50% de los derechos de voto del Sabadell. En tal caso, el monto adherido no llegaría al umbral de aceptación autoimpuesto; pero quedaría por encima del nivel de control que establece el decreto español de OPAs. El Banco de Bilbao, entonces, tendría derecho a seguir adelante con la compra, si bien tendría que lanzar una segunda oferta obligatoria por todas las acciones restantes, en efectivo y a un precio equitativo pactado con la CNMV. La Comisión reconoce que «una de las eventuales consecuencias de los resultados sería la posibilidad de que el BBVA tuviera que formular una segunda opa obligatoria» y que, por tanto, debería tener en cuenta las condiciones establecidas. Así, el precio equitativo se establecerá a raíz de la publicación de los resultados, y no antes. «Cualquier afirmación sobre la determinación del precio equitativo que se traslade al mercado antes de que la CNMV dé a conocer estas cifras debe ser considerada como mera especulación», apostillan.

Los cálculos del precio
Según el decreto español de OPAs, el precio equitativo que el BBVA debería acordar con la CNMV surgiría de la media de la cotización en el día en que se comunique la venta de las acciones. La fecha exacta del origen del precio, cabe decir, está todavía en disputa, si bien será el mismo regulador quien la defina una vez se conozcan los resultados. Además, la norma deja a la Comisión un cierto margen para introducir variaciones en la cifra que resulte, dado que se contemplan posibles «manipulaciones del mercado» -por ejemplo, salidas significativas de acciones durante la jornada clave, que arrastrarían a la baja la etiqueta final de la segunda oferta-. El costo definitivo, sin embargo, deberá ser oficial antes de que se agote el plazo para que el Banco de Bilbao decida si activa o no la palanca de la segunda OPA.