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La banca y la energía concentran el asedio bursátil de los fondos bajistas

El año horrible de Grifols a raíz del informe del fondo especulador estadounidense Gotham City Research ha situado a los actores bajistas en el centro de la conversación bursátil en el Estado. El movimiento del vehículo de Daniel Yu y Cyrus de Weck, que afloró una posición corta del 0,57% en la multinacional catalana de hemoderivados poco antes de lanzar el terremoto que sacudió sus cuentas hace ahora un año, atrajo la atención de una multitud de perfiles similares. A principios de 2025, según registra la Comisión Nacional del Mercado de Valores, solo queda una posición dentro del capital que apuesta contra la empresa, a la espera de un 2025 de potencial rebote y con los vencimientos de deuda a corto plazo cubiertos. Las posiciones bajistas en las principales cotizadas del parqué madrileño, sin embargo, han ganado peso. Este mismo miércoles, Marshall Wace, el gran jugador a la contra del Ibex, ha deshecho algunas de sus inversiones contra la banca. En concreto, ha soltado un porcentaje de las posiciones en Bankinter y Caixabank, aunque mantiene aún más de un 0,5%, el umbral a partir del cual la CNMV comunica este tipo de operaciones. Los ataques contra los valores del selectivo español se distribuyen, según los últimos datos del regulador bursátil, entre algunas de las enseñas empresariales estratégicas de Madrid.

Hay que recordar que las posiciones bajistas son, como apunta el profesor de los estudios de Economía y Empresa de la UOC Joaquim Clarà, apuestas contra el rendimiento de una empresa -o bien intentos de aprovechar las fluctuaciones del mercado-. Cuando un fondo de este estilo, a menudo altamente especulativo, busca llevar a cabo un ataque bajista, pide un préstamo a un tercero de acciones de la compañía en cuestión y las vende al precio spot. En el plazo establecido para devolverlas a su propietario, las recompra y las entrega, esperando que haya una diferencia a su favor entre la venta original y el precio de compra final. Es decir, juegan a buscar quién perderá capitalización bursátil -a menudo, como intenta demostrar Grifols en las diversas demandas vivas contra Gotham, moviendo las emociones del mercado a este fin-. Los perfiles inversores en este tipo de operaciones suelen ser fondos «altamente especulativos». El más relevante del Ibex, Marshall Wace, fue fundado por uno de los directores de capital riesgo de Deutsche Bank, Ian Wace; mientras que otros, como AKO Capital, han estado sujetos a diversas polémicas a lo largo de los años, con casos de insider trading dentro de su plantilla. Hay de todo, sin embargo: sin ir más lejos, una de las operaciones más recientes contra el capital de Telefónica la llevó a cabo el fondo de pensiones público de Canadá; mientras que el fundador del mismo AKO, Nicolai Tangen, era el gestor de la bolsa de prestaciones de Noruega, el fondo soberano más grande del mundo.

La actividad bajista en el Ibex-35 llega en un año de complicaciones para la bolsa española -y, de hecho, para todos los mercados de valores europeos-. La ausencia de firmas tecnológicas, a menudo las que más elevan los índices bursátiles; así como la caída de sectores tan relevantes en el mundo inversor comunitario como el lujo y la extraña posición geopolítica del continente hacen que el capital global confíe entre poco y nada en las acciones de las cotizadas de los 27. Así, apunta Clarà, muchos de los bajistas miran hacia Europa a la espera de oscilaciones fuertes a lo largo del año. Además, en el caso del selectivo español, la mayoría de compañías que forman parte de él –utilities o actividades muy vinculadas a las decisiones del sector público, como las infraestructuras, la energía o la banca- esperan un curso incierto, lo que atrae las miradas de estos buitres del parqué.

Imagen de la Bolsa de Madrid / EP
Imagen de la Bolsa de Madrid / EP

Bankinter, la laguna financiera

Las malas perspectivas para el sector bancario europeo, que abandonará los entornos de tipos altos que habían garantizado importantes márgenes a las empresas que lo componen, no consta entre los movimientos que más pesan dentro del Estado español de cara a los bajistas. Solo dos compañías, Bankinter y Caixabank, registran posiciones vivas relevantes -es decir, superiores al 0,5% del capital-; y la entidad de origen catalán está cerca de desaparecer de la lista. El mismo Marshall Wace, que a mediados de diciembre agrupaba un 0,7% del capital del banco presidido por Tomas Muniesa, ha registrado dos reducciones de posiciones en los últimos 20 días, y ya cae por debajo del 0,6%, cerca de sus mínimos de los últimos dos años. Ningún otro especulador apuesta a la baja por la compañía, según la CNMV.

En el caso de Bankinter, han recortado cerca de una décima su losa en el accionariado, aunque se mantienen cerca del 0,9%. La firma de Gloria Ortiz también sufre el ataque de Point 72, que supera el 1%, y del fondo de pensiones de Canadá, con un 0,58%. En total, las ofensas contra el sexto banco del Ibex se acercarían a los 200 millones de euros. Para Clarà, la elevada presencia de créditos al consumo de la compañía, que creció durante 2024 en tendencia opuesta al resto del sector, imprime riesgo a sus balances. Otras entidades «más conservadoras», como el BBVA o el Banco Sabadell, centran menos la atención de su valor en la financiación personal. En un año de previsibles turbulencias, lee el experto, esta exposición es vista por los bajistas como una oportunidad para ganar con las potenciales pérdidas de la acción. En la primera semana de 2025, sin embargo, han jugado a la contra: cerraron la sesión del 31 de diciembre con unos 7,6 euros por título, mientras que la de este miércoles se ha clausurado por encima de los 7,8, una subida cercana al 2,5%. Con todo, los expertos ven grietas para que las posiciones en corto funcionen en el mundo bancario. Para el analista Manuel Pinto, «la reducción del margen de intereses, el incremento de los requisitos de capital y los impuestos serán cuestiones a considerar» en cuanto a las valoraciones inversoras en la industria.

Amenazas energéticas

El gran foco de los bajistas en 2025, como ya lo ha sido en los cursos anteriores, es la firma de renovables Solaria, que supera el 12%. Entre los fondos que apuestan contra la madrileña -uno de los valores relativamente jóvenes del selectivo, incluido en 2020- hay posiciones tan grandes como la de BlackRock, que acumula más de un 3% de su capital en acciones a la contra; o Qube, que, según la CNMV, se sitúa en el 1,86%. Ambas, cabe decir, han recortado en las últimas jornadas su ataque -en el caso de los estadounidenses, llegaron a superar el 4% durante el año pasado, en pleno auge del mercado de electricidad verde-. Otros acumulan subidas: es el caso de los londinenses Pertento Partners, que aterrizaron el pasado mes de abril con unas décimas, pero comunicaron este mismo fin de semana un incremento de su posición hasta el 1,4%. En el caso de esta firma, como recuerdan los analistas de XTB, los malos resultados financieros todavía lastran la visión del mercado. Cabe recordar que redujeron su beneficio un 34% interanual en el tercer trimestre de 2024. Comenzaron el año, hay que decir, con unos pequeños brotes verdes, y la acción llegó a rozar los 8,5 euros; aunque ha vuelto a los 8 euros este mismo miércoles -a años luz de los más de 26 que registraron a finales de 2020-. «La compañía se ha dejado la mitad de su valor en 2024, perjudicada por su endeudamiento y la incapacidad para generar caja libre en un contexto en el que, con los tipos altos, los inversores son más exigentes», añade Pinto.

Imagen de recurso de unos aerogeneradores junto a un campo de placas solares - Europa Press
Imagen de recurso de unos aerogeneradores junto a un campo de placas solares – Europa Press

Otras marcas del sector energético con mejores rendimientos contables, sin embargo, también registran ofensivas bajistas contra ellas, aunque ni de lejos tan agresivas como la de Solaria. Enagás, por ejemplo, supera el 3,6% en manos de bajistas. BlackRock aparece en ambas listas, aunque la tendencia de los estadounidenses es aún más intensa a la baja en el caso de la gestora de la red gasística: llegó al 2,36% de la empresa el pasado mes de julio, pero ha ido soltando acciones y ahora se queda en el 1,63%. También Audax sufre un ligero peso especulativo por parte de los británicos D.E.Shaw, mientras que AQR Capital y Millenium suman más de un 1% de Acciona. La opinión del mercado respecto de las compañías energéticas es clara: a la espera de posibles nuevos estallidos, el entorno geopolítico de la energía se ha estabilizado. Con el suministro de hidrocarburos y electricidad razonablemente garantizado en los mercados europeos, los shocks de demanda que sucedieron la pandemia y la guerra en Ucrania han ido desapareciendo del mapa. Es decir, la factura de la luz ha ido bajando, lo que reduce las ganancias de las multinacionales y, por tanto, también su cotización potencial. «Desde mediados de 2024 se detecta esta tendencia: la oferta constante hace que bajen en bolsa», añade el experto.

Fuera de sectores más afectados, la CNMV contempla apuestas que el mercado ve como «altamente especulativas» sobre compañías con una importante solidez orgánica, como el 2,37 que tres fondos acumulan contra Telefónica -con Marshall Wace como protagonista, tal como recoge la Comisión-; o los 1,78 puntos que registra ACS, la expansiva compañía de infraestructuras de Florentino Pérez. En estos casos, lee el docente, se pueden entender «apuestas por la oscilación». Es decir, ganancias «sostenidas, pero marginales» en los pequeños movimientos que compañías más consolidadas hacen en el mercado. «Seguramente son los más difíciles de predecir» concluye Clarà. Para Pinto, si bien es cierto que los indicadores centrales del balance de la TelCo han sido crecientes, los mercados «esperaban una mayor ambición en sus objetivos». Así, la lectura de un horizonte demasiado conservador, unida a las escasas cifras de flujo de caja que «limitan la recuperación de la deuda» pueden fundamentar la decisión de los especuladores de atacar Telefónica.

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