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La banca vuelve a romper récords en guerra contra el impuesto de Moncloa

No hay coyuntura que deje atrás los balances de la banca española. Así lo han demostrado los resultados trimestrales de las seis principales entidades del estado: a pesar del revuelo que planea sobre el sector -con la tensa espera por la decisión de la OPA del BBVA al Sabadell, bajadas de tipos más intensas de lo previsto y el final de un bregado convenio colectivo sectorial- todas ellas han registrado saltos sustanciales en la cifra de beneficios. En suma, las entidades financieras que figuran en el Ibex-35 han rozado los 24.000 millones de euros de beneficios, un techo inaudito entre enero y septiembre que apunta, a pesar de las incertidumbres, a uno de los años más exitosos del mundo financiero español. El Banco Santander, el BBVA, el Sabadell, CaixaBank, Bankinter y Unicaja inician el cuarto trimestre con buenas perspectivas, pero con el hacha de guerra desenterrada. Más aún tras el sí del Congreso de los Diputados para extender la vigencia del impuesto a la banca -ahora ya no extraordinario-, tan criticado por sus directivos.

Como cada curso y trimestre, la entidad del Ibex con unos resultados más voluminosos ha sido el Banco de Santander. Con más de 3.200 millones de euros solo en el tercer trimestre, y justo por encima de los 9.300 millones en todo el año, el banco presidido por Ana Patricia Botín ha crecido en global un 14% respecto de 2023. A pesar de los buenos resultados, cabe decir, el mercado ha recibido con desánimo el tercer trimestre de la compañía. De hecho, durante las primeras horas de la sesión en la bolsa madrileña del pasado martes -la mañana en que la CNMV hizo públicos los balances- el Santander sufrió una importante caída de la cotización, que llegó a los 30 céntimos por título a mediados del miércoles. Con los días, el valor se ha ido recuperando, y ya ronda los niveles de antes de la caída, con 4,61 euros por unidad. En el momento, el consejero delegado Héctor Grisi se declaró «descontento» con el rendimiento en el parqué: «no refleja los resultados del grupo ni su capacidad de seguir creciendo», denunciaba. Sí ha mostrado un alza sostenida del precio de los títulos el BBVA, el más valioso de los seis a ojos de los inversores. Durante los nueve primeros meses del año, la entidad presidida por Carlos Torres superó los 7.600 millones de euros de beneficio, un aumento interanual mucho más pronunciado que el de la competencia, de cerca del 27%. En una tendencia opuesta al vecino cántabro, los vascos han escalado sostenidamente desde la primera hora del pasado jueves, ganando cerca de 40 céntimos por acción en 48 horas, hasta los 9,42 euros. Lejos quedan, sin embargo, los 10,3 euros que disfrutaba antes de la presentación de la OPA hostil sobre el Banco Sabadell, el pasado mes de mayo.

No llega en cifras absolutas el Banco Sabadell; pero el banco de origen catalán ha rozado el rendimiento relativo del BBVA, con un incremento de ganancias del 26% respecto del mismo período de 2023. Los beneficios de más de 1.200 millones de euros de la entidad presidida por Josep Oliu se quedan cerca, en solo nueve meses, de las ganancias de todo 2023, que superaron por poco los 1.300 millones. La directiva identifica en el volumen del negocio bancario el rendimiento de este año. De hecho, el balance recoge un importante incremento del margen de intereses, a pesar de la intensa caída de la ratio por parte del BCE desde, precisamente, septiembre del curso pasado. Cabe recordar que, a inicios del cuarto trimestre del 23, el costo del crédito europeo se situaba en el 4,5%; mientras que ahora cae hasta el 3,4% -con menos valor unitario, entonces, el Sabadell celebra un aumento claro de operaciones-. En paralelo al BBVA -curiosamente- la entidad dirigida por César González Bueno escala sin parar desde la presentación de resultados, y ya supera los 1,85 euros por acción. También sube la acción de CaixaBank, que se queda cerca de los 5,7 euros tras confirmar un alza de ganancias del 16%, hasta los 4.248 millones de euros. El CEO de la compañía, Gonzalo Gortázar, atribuye los grandes nueve meses a una «intensa actividad comercial, la morosidad contenida, una solvencia y liquidez muy por encima de los requisitos y una rentabilidad que ha alcanzado niveles razonables». Un escalón por debajo, Bankinter sube un 7% hasta los 731 millones, mientras que Unicaja gana 451 millones de euros, un 27% más que hasta septiembre de 2023.

El conseller delegat del Sabadell, César González-Bueno, durant la presentació de resultats / Eduardo Parra - Europa Press
El conseller delegat del Sabadell, César González-Bueno, durant la presentació de resultats / Eduardo Parra – Europa Press

Ataques al impuesto

La banca española ha visto truncada la celebración de sus ganancias récord por una decisión del Congreso de los Diputados contra la que habían luchado con vehemencia en las últimas semanas. El gobierno español, tras una negociación tensa, ha desbloqueado la votación para hacer definitivo el impuesto a la banca -no así con el de las energéticas, que ha caído tras el no de Junts y el PNB-. El gravamen atacará el margen de intereses y comisiones con una ratio progresiva de entre el 1 y el 6%, con posibles deducciones -por bajadas de la rentabilidad y sobre Sociedades-. Por ahora, y a pesar de las intenciones de Sumar, estará vigente hasta 2027, a la espera de la posibilidad de mantenerlo sine die. CaixaBank y el BBVA han sido los más agresivos contra el gravamen. Gortázar, de hecho, lee en él un agravio específico hacia el banco de origen catalán: a juicio del consejero delegado, se sienten «discriminados frente al resto de sectores que no tienen esta carga». Tras el pico inflacionista, a su parecer, la tasa «ha dejado de tener sentido». «Ahora -apostilla- se crea un nuevo impuesto a la banca porque sí».

Similar es la interpretación de Onur Genç, CEO del BBVA. A juicio del consejero delegado, el gravamen -una de las medidas estrella de Pedro Sánchez durante la crisis inflacionista, y que sus socios de gobierno reiteraron en el pacto de investidura- tiene un «diseño anticompetitivo» que, a largo plazo, será «malo» para la capacidad económica del estado. A pesar del récord de beneficios que enlaza en dos cursos con la tasa en activo, Genç alerta que «obstaculizará el crecimiento» no solo del sector bancario, sino del conjunto del modelo productivo. «Si tenemos menos capital disponible, se reduce la concesión de crédito», razona -en contra del criterio del ministerio de Economía, que asegura haber legislado para evitar esta rebaja-. González Bueno, por su parte, reconoce una «mejora marginal» en el tipo que se alarga respecto del que estuvo vigente los últimos dos años; si bien se reserva un análisis más profundo para más adelante, cuando haya experiencia al respecto. Para el CEO del Sabadell, la banca española «no ha sido 100% eficaz» transmitiendo sus demandas a Moncloa en la negociación para la estructura normativa del impuesto.

Imatge del conseller delegat de CaixaBank, Gonzalo Gortázar / CaixaBank
Imatge del conseller delegat de CaixaBank, Gonzalo Gortázar / CaixaBank

Las trincheras de la OPA

Los buenos resultados de ambas entidades han dado oportunidad a BBVA y Sabadell para reivindicar sus posiciones respecto a la resolución de la OPA hostil del banco vasco sobre el catalán. A juicio de Genç, el contexto facilita que las condiciones impuestas por la CNMC -que deberían llegar durante las primeras semanas de noviembre- no sean especialmente duras. Desde la compañía, de hecho, insisten a menudo en que los posibles remedies deberían ser similares a los que marcaron la fusión de CaixaBank y Bankia. Por su parte, el Sabadell muestra cada vez más seguridad respecto a la posible negativa de las autoridades a la operación. González Bueno, de hecho, acusaba a su contraparte de «cambiar el discurso» en cuanto a la viabilidad de la OPA. Ahora, sin embargo, celebra que «el tiempo da cada vez más información»; poniendo en duda el paso a la fase 1 de la compra. El cálculo de la dirección apunta a varios agravios de la integración; el más llamativo de los cuales son los 4.000 puestos de trabajo que peligran en caso de que siga adelante. Una opción cada vez más lejana para el CEO: «La OPA -sentencia- no tiene opciones de salir».

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