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Kai y Silvia Torrella (Gesinter): «Siempre que ha habido bolsa, los Torrella hemos abierto el puesto»

Cuando uno piensa en la gestión financiera, la primera imagen que viene a la mente es un monstruo de vidrio y acero. El edificio de Goldman Sachs, en la neoyorquina West Street; o las torres espejadas del Deutsche Bank, en Frankfurt. En un país de pequeñas y medianas empresas como Cataluña, el mercado financiero -desplazado a Madrid- parece lejano, inalcanzable. Pero es un sector que también tiene tenderos. Los hermanos Kai y Silvia Torrella dirigen uno de los puestos de inversión del país. Consejero delegado y presidenta de la sociedad gestora de inversiones Gesinter, se reivindican como una mercería de barrio para el capital. «Hay Zara y H&M, pero la gente todavía compra las camisas en la tienda de al lado, porque confía y se siente a gusto», reflexionan. Lejos del ojo de los grandes actores financieros, tres cuartas partes de los clientes de Gesinter son pequeños inversores individuales. «Inversores, no especuladores», insisten los directivos, que hablan de sus usuarios como amigos en una sobremesa. Y hay para eso y mucho más. La suya es la tercera generación de inversores de la familia Torrella, vinculada a la bolsa desde que su abuelo dejó el bar familiar en la Barceloneta para ser árbitro de mercados. Una década después de fundar la actual marca, y 75 años después de comenzar la historia familiar, Kai y Silvia se reúnen con Món Economía en un entorno que encaja con su ética de tenderos: la zona gastronómica del histórico Queviures Múrria, propiedad del fundador de Parlem, Ernest Pérez Mas. Con los Torrella, comenzamos una nueva ronda de la serie de conversaciones con empresarios Parlem al Múrria.

Son una empresa familiar, y lo hacen bandera. ¿Cuál es la historia detrás de Gesinter?

Kai Torrella: Si nos remitimos a los inicios, mi bisabuela tenía un bar en la Barceloneta. Iban marineros de todas partes. Mi abuelo, de niño, tenía que ir a Pla de Palau, a la antigua Bolsa de Barcelona, a cambiar las divisas. Le cogió el gusto al mundo financiero y en el año 50, creó R. Torrella y Compañía, que se dedicaba a hacer arbitraje bursátil. En ese momento había cuatro bolsas: Madrid, Bilbao, Valencia y Barcelona. Las empresas cotizaban a precios diferentes, había ineficiencias de información. Entonces, se compraba en la bolsa barata y se vendía en la cara. Esto se hizo durante mucho tiempo, y alcanzó unos volúmenes muy importantes. Incluso se incorporó mi padre, con 14 años. Pero entonces, en el año 87, llegó la reforma del mercado de valores, y todo pasó a ser electrónico. El arbitraje desaparece. 

Entonces, se juntan mi padre, su hermano y otro amigo y constituyen Interbrokers, una agencia de valores. Fueron a Nueva York un poco como Alfredo Landa, a tocar puertas: Goldman Sachs, Fist Boston, Lehmann… Y después pasaban órdenes para comprar paquetes importantes de Endesa, Telefónica, la banca… Pero a principios de los 90, entró la gran banca al negocio. Los clientes de los grandes bancos extranjeros que invertían en el Estado eran grandes fondos de inversión y de pensiones. Es entonces cuando abre Gesinter. En 2016 muere mi padre, y vendemos Interbrokers a GVC Gaesco. Volvemos a los fundamentos, y nos centramos en la gestión. Ahora estamos en este proceso de crecimiento, 75 años después de que la familia fundara la primera empresa. 

Ustedes son extraños, porque normalmente las empresas financieras, o son muy grandes, o duran muy poco.

K: Sí. Somos una rara avis dentro del sector. Las finanzas se han desplazado tremendamente hacia Madrid. Es una industria muy bancarizada; en el Estado prima la distribución financiera, que controlan los bancos. En Francia hay más gestoras boutique, de nicho de mercado, que apuestan por la calidad más que por la cantidad, familiares… Hay el H&M, hay el Zara. Pero también hay tiendas de barrio, y la gente va a comprar las camisas porque se siente a gusto, porque saben su nombre. Aquí es donde nos vemos nosotros.

Kai i Sílvia Torrella, expertos en Gestión de Fondos Independientes y Rentable. Barcelona 27-03-2025 / Mireia Comas
«Somos una rara avis dentro del sector. Las finanzas se han desplazado tremendamente hacia Madrid» / Mireia Comas

Parece que hay una contradicción en términos entre empresa familiar y sector financiero

Sílvia Torrella: Lo que nos diferencia es el carácter independiente. En un sector tan bancarizado, nos caracteriza ser un nicho. Nos hace ser libres para ofrecer nuestras opiniones no sujetas al producto que en ese momento está de moda. 

¿Hace más difícil su trabajo que las finanzas, la gran banca, esté tan concentrada en Madrid?

K: Es un poco igual. Nuestro cliente es un 75% retail, gente de la calle; y 25% empresas e instituciones. Estamos a gusto con el retail, porque buscamos la alineación total de intereses. Pero real: cuando alguien viene a la oficina lo atendemos Sílvia y yo, el directivo, el gestor… No colocamos una inversión y nos desentendemos. Velamos para que funcione, porque nosotros tenemos el dinero ahí. Podemos decir lo que hay en cada fondo, y exactamente qué haremos. 

Un cliente tan pequeño significa poco riesgo; pero también que, cuando la cagas, la cagas con el dinero de un amigo.

K: (Ríe) Nosotros, la comida de San Esteban la hacemos con todos los clientes alrededor de la mesa. El vecino, el padre del baloncesto… Pero somos una casa de renta variable. Todos nuestros fondos tienen más o menos riesgo. Si viene alguien con un perfil de riesgo muy bajo, nos encantaría tenerlo, pero le avisamos: Aquí, sufrirás. Si quieres un activo sin riesgo, mejor que vayas a otro lugar. 

¿Y cuando hay un bache bursátil importante, cómo se gestiona?

S: Siempre nos hemos dirigido a los clientes para explicar exactamente lo que hay. Transmitiendo nuestra experiencia basada en otros momentos de mercado. Que es larga: siempre que ha habido bolsa, los Torrella hemos abierto el puesto. Y eso, creo, lo valoran mucho: intentamos transmitir serenidad, tranquilidad. A lo largo de los años, ha habido momentos en que se han tomado demasiadas decisiones, y quizá lo que había que hacer era, precisamente, no hacer nada. 

¿Y son comprensivos?

S: Eso depende un poco del carácter del inversor. Nosotros procuramos fomentar mucho la educación financiera. Explicamos, hacemos talleres de ahorro, conferencias… Con la idea de explicar al inversor cómo reaccionar a movimientos de mercado que los pueden asustar. 

¡Ahora estarán ocupados!

K: Sí, pero el tema de los aranceles de Trump estaba un poco escrito. En la bolsa hacen daño los eventos inesperados. Todo esto estaba advertido. Dieron más miedo el Brexit, o las Torres Gemelas, que no estos movimientos. Nosotros somos conscientes de que gestionamos los ahorros de la gente. Si alguien quiere hacer trading, que compre valores, ETFs… Y se mueva a corto plazo. Nuestras inversiones van a 3-5 años. Y los aranceles, me atrevo a decir que serán una anécdota de principio de mandato. 

Su cliente, entonces, no es un especulador.

K: No. Es un inversor a largo plazo, en renta variable. Surge del boca a boca, de la confianza. Y, después de tantos años, no se marcha por los movimientos a corto plazo del mercado. Cada uno tiene su perfil: hay quien se pone más nervioso, y hay quien se aprovecha. Nosotros intentamos calmar las situaciones tensas, que hay muchas, y este año vendrán unas cuantas más. 

Hablaban de la independencia. ¿Qué aporta eso al cliente? Especialmente, cuando crisis bursátiles recientes -es el caso de la del 2008- han estallado porque los fondos sobrevaloraban activos de moda.

K: No necesariamente elimina los riesgos. Mi padre siempre decía que nuestro trabajo es sota, caballo y rey. Invertimos en empresas cotizadas con un cierto volumen, solventes, conocidas… No hacemos experimentos. En los casos de firmas con abanicos más amplios, hay productos que se ponen de moda, que el cliente demanda y que no pueden decir que no, que no crees. Nosotros, cuando vemos un sector sobrecalentado, como la IA, damos un paso atrás y compramos otra cosa. 

Pregunta logo parlem

¿Está pasando lo mismo con las tecnológicas que con las hipotecas en 2008?

K: La IA es similar a los semiconductores en los años setenta, Internet en los años noventa y los smartphones en los 2010. Es un antes y un después. Como herramienta es fantástica, es productiva, sirve. Dicho esto: cuando se pone de moda, el dinero se canaliza como si no hubiera más activos para invertir. Hay que saber separar el grano de la paja. Amazon cayó un 90%. Y se recuperó, pero muchas otras desaparecieron. Actualmente, hay tecnológicas a múltiplos muy exigentes. Si continúan creciendo como dicen, se mantendrá la tendencia. Pero algunas han tirado demasiado, y tendrán que corregir. Y hay otras que no tendrán evolución. 

Kai i Sílvia Torrella, expertos en Gestión de Fondos Independientes y Rentable. Barcelona 27-03-2025 / Mireia Comas
«Actualmente, hay tecnológicas a múltiplos muy exigentes. Si continúan creciendo como dicen, se mantendrá la tendencia. Pero algunas han tirado demasiado, y tendrán que corregir» / Mireia Comas

¡Ustedes deben saber de todo!

K: Quizá es lo que más me gusta de mi sector. Tenemos que estar al día de todo lo que pasa: IA, coches eléctricos, robótica, renovables…

Dice que hay que separar el grano de la paja. ¿Los institucionales han vendido mucha paja como si fuera grano?

K: No lo sé. Pero sí tengo la sensación de que la gente invierte mirando por el retrovisor. Y las rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Nosotros, como somos pequeños, tenemos que gestionarnos diferente. Nos gusta mucho esto de las behavioral finance, ir contra la corriente. Como decía Warren Buffett: «sé audaz cuando los demás son miedosos, y miedoso cuando los demás son audaces». Cuando todos ganan con IA y criptos, da un paso atrás. Y este inicio de año ha sido un momento de dar un paso atrás en tecnologías y comprar cosas que no estaban tan valoradas. 

¿Recomendaron comprar Tesla, u otras empresas de Elon Musk?

K: Tenemos un poco de Tesla en las carteras. Pero ya lo decíamos en nuestras perspectivas para el 2025: había que salir de Estados Unidos para incrementar Europa, y había que infra ponderar las 7 magníficas. ¡Habían llegado a pesar el 38% del SP500! ¡Esto nunca se había dicho! Y esto hace entrar en una espiral de gestión pasiva: cuando alguien compra ETFs del índice, compra aún más empresas de estas. Tecnológica, aún más. ESG, más. 

Salir de EE.UU., mirar hacia Europa e infra ponderar la tecnología. Exactamente, lo contrario de lo que decía el consenso de los grandes fondos. ¿Cómo se lo toma el cliente, cuando escucha que dicen lo opuesto diametral de JP Morgan?

K: Cuando hacemos presentaciones con clientes, siempre lo decimos: tomen todo lo que escuchen con pinzas, ¡incluido lo que decimos nosotros! Aquí nos equivocamos todos. Si miras las perspectivas bursátiles de las grandes casas americanas para 2023 y 2024, te das cuenta de que no la acertó nadie. Y ahora todos dicen que en 2025 la bolsa crecerá. ¿Ahora? Nosotros, que vamos al contrario, miramos hacia Europa. Las empresas de aquí estaban muy baratas. Y ha habido un detonante, que son los flujos de fondos: si salen dinero de allá, acaban aquí. 

¡A eso se le llama burbuja!

K: Yo creo que todavía no ha llegado a eso. Pero hay algunas valoraciones ajustadísimas. Y dentro del SP500 hay muchos más sectores -consumo, farmacia- que no han hecho nada. La bolsa americana está ajustada, y la parte tecnológica, si no se hacen los crecimientos que esperan…

Pero entonces aparece Deepseek, y cae todo. China parece previsible, pero no lo es tanto. 

K: Tenemos un fondo dedicado a China y su entorno. Muy rápidamente: la bolsa china ha sufrido muchísimo los últimos años. En 2021 estalla una burbuja inmobiliaria del tamaño de un campanario, con ciudades enteras abandonadas. En la pandemia, son los primeros en cerrar y los últimos en abrir. La bolsa, entonces, comienza a caer. El gobierno chino, a media caída, hace su plan quinquenal para pasar 400 millones de personas de clase baja a media. Y empieza a regular sectores: fintech, videojuegos, banca, farmacia… Y claro, cuando el gobierno regula, el inversor extranjero sale por pies. 

Entonces, la bolsa china, desde 2021 hasta mediados de 2024, cayó un 50%. Y hay valores que han caído al 80 o el 90%. A principios de 2024, las valoraciones de las empresas chinas eran ridículas. La bolsa de Hong Kong estaba a niveles de 1997, cuando el PIB per cápita se había multiplicado por 25. Entonces, el gobierno hizo un paquete de estímulos que ha puesto en marcha hace una semana. La oportunidad es muy importante. China es el primer país en coche eléctrico y conectado, robótica, IA, energía limpia, tierras raras, trenes de alta velocidad… Estás comprando empresas del futuro a un precio muy atractivo. Y el catalizador será el gobierno, que siempre que estimula, provoca subidas de entre un 80 y un 90%.

Entonces, ¿es el momento de entrar en China?

K: Sí, pero con calma. China no puede ser el núcleo de una cartera inversora. Debe ser el aderezo. Si vas a invertir 100, ponle 15, o 20. Además, China es de los pocos países que tiene la bolsa descorrelacionada: va a su aire. Si todos pierden, ellos no pierden. 

Kai i Sílvia Torrella, expertos en gestión de fondos Independientes. Barcelona 27-03-2025 / Mireia Comas
«En casa, la empresa era como un hermano más. En las comidas se mezclaban los espaguetis con las conversaciones sobre bolsa» / Mireia Comas

¿Han tenido ustedes ofertas de adquisición?

S: ¡Nuestra vocación es de permanencia!
K: Nos han enseñado a ser empresarios. En casa, la empresa era como un hermano más. En las comidas se mezclaban los espaguetis con las conversaciones sobre bolsa. Claro que nos han venido a comprar. Pero lo vivimos mucho, porque es nuestro. Nos hace ilusión haber llegado hasta aquí, sacarlo adelante. Y somos un poco románticos, no queremos que se despersonalice el sector. 

¿Cómo es Cataluña como mercado inversor? Especialmente considerando que el gran capital está todo en Madrid.

K: El institucional, sí. Aquello es otra liga, los volúmenes son otros. Cataluña es un mercado de empresas pequeñas y medianas. El empresario, que suele ser un líder, nos ve a nosotros como iguales. Contactamos, nos entendemos… Es el perfil que nos gusta. 

Entonces, sin hablar en francés, son tenderos de las finanzas.

S: ¡Totalmente! Es donde queremos que la gente nos sitúe. 

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