El sector manufacturero del Estado mantiene su hundimiento durante diciembre. Según lo
Si bien los tipos de interés han afectado los mercados internacionales, el descenso de actividad ha estado tanto exterior como interno. «Los nuevos pedidos disminuyen tanto en el entorno estatal como el extranjero», reza el documento, si bien las exportaciones se han retardado «en un grado ligeramente menor» de los anteriores periodos estudiados. Las vendedoras de bienes de manufactura, según los gestores de compras, «han preferido hacer uso de sus stocks» antes de comprar nuevos productos, con los ojos en el corto plazo. Así, el estocatge de manufacturas se ha reducido considerablemente en los últimos meses: en diciembre, concretamente, cayó a «el ritmo más pronunciado desde el 2013».

El enfriamiento de las compras ha tenido un rápido efecto sobre la producción, que también enlaza ocho meses de pronunciado descenso. Esta tendencia ha afectado también los precios, que ya van por su décimo mes consecutivo en retroceso -en línea con los objetivos del Banco Central Europeo, que, con el endurecimiento de la política monetaria, buscaba enfriar la inflación mediante una ralentización del ritmo de demanda-. Todo ello ha significado un importante golpazo para la estructura de la ocupación al sector secundario español. Los fabricantes, aseguran los purchase managers, «optan en diciembre para reducir sus plantillas, y el ritmo de destrucción de puestos de trabajo se aceleró respecto de noviembre». Justo es decir que el sector no es especialmente pesimista al observar el mediano plazo. Los encuestados, según HBC, «esperan una mejora de la demanda del mercado, y algunas empresas han mencionado los lanzamientos de productos previstos para el 2024».
«Sumidos en el estancamiento»
Según el economista en jefe del Hamburg Commercial Bank, Cyrus de la Rubia, «los fabricantes continúan sumidos en el estancamiento». Para el experto, el manufacturero del Estado «cierra el año con una nota sombría», con la mayoría de los indicadores clave en caída libre. Así, el inicio del 2024 no parece llevar en ningún caso las primeras notas de la recuperación. Las perspectivas para el primer trimestre son, de hecho, «bastante deslucidas». A pesar de esto, el economista en jefe no detecta «indicios de capitulación». «Tanto la producción como la de los pedidos exportadores han frenado su caída, ofreciendo rayos de esperanza», declara; destacando los bienes de consumo como palanca estabilizadora de un sector que todavía tiembla por el hostil entorno macroeconómico. Además, ramas como los bienes intermedios o la generación de capital han hecho relevantes pasas atrás que no han podido ser compensados por aquellos subsectores que sí que han funcionado correctamente.